Miranda! siempre está

Miranda! siempre está

Por Sebastián Ramos
¿Demasiado viejos para el pop, demasiado jóvenes para morir? A trece años de su irrupción en la escena como un fenómeno instantáneo, Miranda! vuelve a reprogramarse con la intención de permanecer y de instalar su marca en el cielo pop argentino de una vez y para siempre. Enfrentados por primera vez ante la posibilidad de separarse tras la partida de Lolo (sí, el de la guitarra), Ale Sergi, Juliana Gattas y Monoto Grimaldi decidieron seguir adelante con el grupo y grabaron su sexto álbum de estudio, Safari, con Cachorro López en la producción. “Las canciones son más alegres, no hay baladas, pero en lo lírico quizá sean más reflexivas, más contemplativas”, sugiere Sergi como clave para entender esta nueva etapa de la banda.
En busca de aventuras, los Miranda! repasan lo bueno y lo malo de su incursión televisiva -fueron jurados de La voz argentina y, el año pasado, Sergi se vio envuelto en un entrevero mediático y chimentero que les dio rating a los programas de la tarde-, recuerdan el ascenso meteórico en época de crisis y analizan el mundo pop que los rodea.
La “sala de prensa” del búnker/estudio de grabación de Miranda! tiene como única decoración una pared repleta de premios ganados en estos trece años de pop exagerado, con los ojos bien abiertos. Lenguas y astronautas con el sello de MTV se acomodan entre placas de Los 40 Principales y un Gardel plateado que sonríe de costado por la ironía. Desde su aparición en escena, con la crisis de 2001 de fondo, Miranda! ha logrado que cada uno de sus discos se hiciera notar y con Safari no pretenden menos.
“Siempre que grabamos un disco el desafío es el mismo: hacer un disco que comunique, que no se parezca a los anteriores, pero que mantenga la esencia del grupo”, dice Sergi.
-¿En qué creés que Safari se desmarca de sus anteriores trabajos?
Sergi: -La lírica la veo diferente. Versa sobre los mismo temas, pero el que canta está parado en otro lugar, más reflexivo, más contemplativo. Y por ahí en lo musical hay un poco de reggae o dancehall, que no teníamos en nuestro repertorio. Hay también bastantes canciones de guitarra y batería, a las que le dimos un tono pop y que por ahí es lo más cercano al rock que podemos hacer. Y también es un disco más alegre. Dejamos deliberadamente las dos o tres baladas que teníamos y pusimos los cortes bailables con la idea de que el disco exprese nuestro sentido del humor del momento, nuestro estado de ánimo. Estamos bastante enérgicos, muy contentos de poder grabar un disco nuevo.
-¿Cómo los afectó la salida de Lolo?
Sergi: -No es algo grato para nadie atravesar un momento así, pero la verdad es que estábamos peor antes. No nos estábamos llevando bien. Ahora estamos más contentos, más unidos que nunca y por eso queríamos transmitir ese sentimiento, que tiene que ver con haber solucionado los problemas que teníamos y poder seguir adelante. En estos años nos miramos un par de veces y nos dijimos: “¿Qué hacemos? Así no podemos seguir”. Pero la verdad es que nosotros tres queríamos continuar. Y ahora encontramos una nueva dinámica con los músicos que nos acompañan en vivo. Nos sentimos ya un grupo más grande y nos manejamos como una banda nueva. Lo sentimos así, como una especie de reinvención.
-¿Se puede cantar “Es la guitarra de Lolo” sin Lolo?
-Lo que pasa es que no es la primera vez que tocamos “Don” sin él. Todo esto se fue dando de a poco, fueron dos años en los que él a veces no venía a tocar. Y también, incluso a pesar nuestro, la canción es más grande que nosotros. Todas las canciones en general son de la gente, pero esa canción en especial y esa frase en particular… De hecho, esa parte no la cantamos nunca. Siempre la cantó la gente y hoy por hoy sigue resultando la misma cosa, como cuando un grupo hace el cover de una canción. Hoy mismo por la calle, todavía me gritan: “Eh, la guitarra de Lolo”. A mucha gente le quedó la frase para siempre, quedó como un latiguillo ante cualquier situación y hasta es una frase que está más allá de la canción en sí.

YENDO DEL SHOW A LA TV
Pasó una década desde que “la guitarra de Lolo” ubicó a Miranda! en ese limbo de popularidad al palo adonde van los autores de un hit inmediato. Muchos auguraban un éxito de patas cortas. Pero no fue así.
-Cuando empezaron, la Argentina atravesaba una de las crisis más caóticas de las últimas décadas, ¿creen que era la situación ideal para que una banda de pop alegre se hiciera tan popular?
Monoto: -La gente estaba golpeada y necesitaba un poco de diversión, seguro.
Gattas: -En el momento no lo pensamos, pero es verdad que el espíritu de todo, la alegría, la despreocupación, ponerse cualquier cosa y maquillarse, era como para no abrumarse con la situación. Y es una técnica que funciona y que sostenemos: es el alma de la banda. Pasarla bien, divertirse, bailar, emocionarse, pero con alegría.
Sergi: -En esos años estábamos en la absoluta edad de la inocencia. Ahora en retrospectiva me doy ternura de mí mismo. No digo que hayamos perdido toda la inocencia, pero hemos aprendido a nivelar las emociones para realmente disfrutar de lo que estamos haciendo. Pasa el tiempo y uno se da cuenta de que la carrera se trata de permanencia, no del ascenso constante.
Gattas: -Es algo que ambicionamos siempre. Permanecer y no escalar. Siempre tuvimos esa cosa de seguir y tocar y tocar. Como ahora, que atravesamos este obstáculo y situación complicada y lo único que queremos es seguir tocando. Hemos estado más arriba, más abajo, con más o menos shows por delante, pero permanecemos. Nosotros y el interés de la gente.
-¿Su participación en La voz (argentina) les dio un nuevo subidón de popularidad?
Sergi: -Sí, se nos sumó mucho público más chico, que no nos conocía, y también público más grande, familias completas. Nos abastecimos de fans del Puma, de la Sole, de las “axeleras”.
Gattas: -Era un público que no había llegado a Miranda! La televisión se mete en todos lados y realmente fuimos a tocar a todo el país después de eso. Un poco por nuestra carrera y por eso de no detenernos nunca, pero también por estar en el programa y todos los domingos meterse en la casa de la gente.
-Y a vos, Ale, te quedó de la TV una historia residual…
Sergi: -Bueno, después me llamaron de Tu cara me suena…
-No, te lo decía por tu romance mediático con vedette incluida.
-Ah, bueno, pero por eso no cobré nada, ja, ja. Creo que igual hubiera pasado sin estar en la tele, no sé. Lo que sí te puedo decir es que me encontré con otro sector de la televisión y de la prensa que no conocía y que es muy diferente de la que estaba acostumbrado.
-¿En qué sentido?
Sergi: -Que no tiene códigos, que no respeta absolutamente nada. Eso no es periodismo de espectáculos, no sé ni qué nombre ponerle. Son larvas, no les importa nada. La idea es incomodarte en cámara para que muestres lo peor de vos. Ésa es la idea de esa prensa, no tienen otro objetivo. Igual, me hago cargo, porque una vez que te metiste en ese juego, no hay manera de salir. Aunque uno no vaya a esos programas, siempre alguien te va a nombrar. Lo tomo, hasta te diría con un poco de humor…
Gattas: -¿Con un poco? ¿Te podés reír más todavía del asunto?
Sí, parece que sí. Hay más chistes, alguna que otra anécdota y los tres ríen con ganas. Miranda! está de vuelta, como casi siempre en los últimos trece años.
“Tenemos la edad del pavo”, bromean, y prometen seguir creciendo. ¿Podrán? Sin dudas, Safari es un paso más en ese camino.
LA NACION