06 Aug Siete de cada diez bebés dejan de tomar la teta a los seis meses
Mamá me mima, me ama y me da la teta. Las ventajas de la lactancia materna son incomparables con cualquier otra forma de alimentación. Los niños que fueron amamantados no sólo tienden a gozar de buena salud, sino que cuando se enferman, presentan síntomas menos intensos y curan más fácilmente que aquellos que no lactaron. Sin embargo, los datos del último estudio de Situación de la Lactancia Materna en Argentina del Ministerio de Salud de la Nación, el 60% de los bebés de dos meses se alimenta con leche materna exclusivamente, proporción que se reduce al 45% al cuarto mes y al 30% a los seis meses de edad. Es decir, luego de los seis meses, apenas tres de cada diez bebés son alimentados con leche materno.
Con motivo de celebrarse desde el 1º de agosto la Semana Mundial de la Lactancia Materna con el lema “Lactancia Materna: un triunfo para toda la vida”, los especialistas destacaron la importancia de iniciar, mantener y prolongar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida, como recomienda la OMS. Una vez cumplidos los seis meses, se deben introducir alimentos adecuados a la edad del niño y es beneficioso complementarla, si es posible, con leche materna hasta los dos años de edad.
La leche que una madre brinda a su hijo le aporta diversos elementos que contribuyen significativamente en la prevención de enfermedades por sus factores antiinfecciosos, antiinflamatorios, inmunomoduladores, antivirales y antioxidantes. “Posee todos los nutrientes en la cantidad exacta y es un elemento clave en la vida futura de las personas por sus factores protectores y preventivos de ciertas enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedad celíaca, colitis ulcerosa, ciertos tipos de cáncer y afecciones respiratorias”, explicó Miguel Larguía, presidente de la Fundación Neonatológica. Además, el niño bien amamantado será menos susceptible a infecciones respiratorias, gastroenteritis, intolerancia digestiva (en prematuros), otitis media aguda y tendrá mejor visión durante la primera infancia.
Según los expertos, en la cultura popular existen algunos mitos que no hacen más que obstaculizar el acto de amamantar. “Es un mito que si el bebé es gordito no va a llenarse sólo con la leche de su mamá. Lo que sucede es que no siempre existe la información adecuada y, además, la presión de la industria es muy fuerte”, dijo a Télam la médica pediatra María Luisa Ageitos, asesora de Unicef. Otras madres creen que su leche no sirve o es insuficiente, otras desconocen los derechos que garantizan el tiempo protegido para la lactancia y crianza de sus hijos. Todas las mujeres son capaces de generar la leche que su bebé necesita para alimentarse, tanto en cantidad como en calidad. “La producción de leche depende de la estimulación que la glándula reciba y a priori no existe ningún motivo genético que haga que la mujer pueda producir menos leche.”
Un elemento fundamental para mantener la lactancia es que las mamás salgan de la maternidad con el conocimiento necesario para alimentar a su bebé. “La enseñanza para amamantar no debe ser teórica, sino también práctica. Puede hacerlo una enfermera, una técnica, médicos, la abuela o una amiga de la madre. Debe hacerse antes del parto o a lo sumo durante los primeros dos o tres días de vida, para evitar que la madre sea dada de alta sin estar segura de cómo amamantar adecuadamente”, comentó Larguía.
“Los Hospitales Amigos de la Madre y el Niño acreditados por la OMS, Unicef y el Ministerio de Salud de la Nación, contemplan esto en su iniciativa. A su vez, tienen el consultorio de Lactancia Materna para evacuar las dudas que las madres pudieran tener.” La iniciativa forma parte de marco “macro” del Modelo de Maternidades seguras y centradas en la Familia, el cambio de paradigma vigente en la actualidad, refirió el doctor Larguía.
NO ES SÓLO VOLUNTAD. Para que la lactancia sea posible y efectiva, las mujeres deben contar con una estructura de contención que les permita poder amamantar. Entre estas condiciones se encuentran, la ayuda de los hombres, el goce de la licencia laboral de al menos seis meses, lactarios y guarderías en los lugares de trabajo e información sobre los beneficios de la lactancia.
“Criar un niño es una responsabilidad compartida entre padres y madres desde el primer día. El hombre debe reclamar su derecho a presenciar el parto y compartir esta primera hora, que llamamos la ‘hora de oro’, junto a su compañera”, indicó Antonio Morilla, presidente de la subcomisión de Lactancia Materna de Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), quien destacó que “la mayoría de las campañas sobre los beneficios de la lactancia están dirigidas a las mujeres y esto es un error porque se genera una presión exclusivamente sobre la mujer, como si fuera sólo su responsabilidad en lugar de asumir que se trata de una tarea de toda la sociedad”.
Por su parte, Laura Krochik, puericultora y directora de la Asociación Civil Argentina de Puericultura dijo que “el hombre no puede dar la teta, pero puede hacer todo lo demás de la casa y también acompañar el amamantamiento. Una acción que nosotras incentivamos es que ayude a la prendida al pecho, ya que para la mujer con un solo brazo es más difícil.”
En la Argentina, la ley de contrato de trabajo Nº 20.744 establece una licencia por maternidad de 90 días, a distribuirse 45 días anteriores al parto y 45 después del mismo. Esta norma no acompaña a otra ley posterior de Promoción y Protección de la Lactancia Materna que indica la importancia del amamantamiento hasta los seis meses de vida.
“En el plano laboral, el trabajo en negro o las presiones para que la mujer regrese pronto a su puesto hacen que las licencias sean inexistentes o cada vez más cortas”, remarcó la doctora Ageitos, quien aseguró que la licencia no debería ser inferior a seis meses, lo que sucede sólo en algunos lugares del país por legislación provincial o municipal. Y añadió que “por más que haya cada vez más información sobre los beneficios, no hay una valoración social de la lactancia y ni siquiera hay una conciencia sobre el beneficio económico ya que la mujer que da la teta faltará menos por enfermedad de su hijo”.
TIEMPO ARGENTINO