La Gran Guerra: a cien años, el debate revive en la pantalla y los libros

La Gran Guerra: a cien años, el debate revive en la pantalla y los libros

Por Fernando Massa
En el Museo de Historia Militar de Viena se preparaba la exposición que mostraría por primera vez la sangre que desató el conflicto, la que aún sigue ahí, en el uniforme militar y la camisa del archiduque Francisco Fernando, así como el descapotable en que él y su esposa viajaban ese 28 de junio de 1914 en Sarajevo, hasta que el joven Gavrilo Princip disparó su arma. Muy lejos, en Buenos Aires, se reeditaban libros que recrean y analizan lo sucedido y otro texto salía a la luz para poner el ojo en el papel de la Argentina durante esos cuatro años que comenzaron a definir el siglo XX. Las calles de París, en tanto, invitaban a distintas exposiciones, una de fotos publicadas por el diario Excélsior en aquellos días, otra en los salones de Los Inválidos…
Mientras, en el teatro Elysées Biarritz de esa ciudad, la Primera Guerra Mundial también se volvía un recuerdo vivo a través de las anécdotas narradas por el sobrino de Charles de Gaulle, del análisis de historiadores y del interrogante vigente de cómo inspirar a las nuevas generaciones, que discurrieron durante la presentación internacional de Guerras mundiales, una miniserie que emitirá el próximo 28 de julio History Channel, durante tres noches consecutivas y en simultáneo por el nuevo canal H2, para conmemorar el centésimo aniversario del conflicto bélico.
La miniserie cuenta la historia de una generación de hombres -De Gaulle, Stalin, Hitler, Churchill- que crecieron en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, para convertirse en los líderes de la Segunda, planteándolo como un solo conflicto que duró 30 años. Una hipótesis con la que no todos los historiadores presentes en la mesa de debate estuvieron de acuerdo.
Con lo que sí se manifestaron en sintonía fue con los paralelismos con la actualidad. ¿Estamos de vuelta en los 30?, era la pregunta que el historiador francés experto en nazismo Johann Chapoutot escucha seguido. “Por supuesto que hay similitudes, pero la diferencia es que hemos estado viviendo en paz, en Europa, desde hace 70 años. Y en los 30, habían experimentado la guerra más dura de la historia, con más de diez millones de personas muertas, sólo 15 años antes. Por eso podemos estar de nuevo en los 30 en cuestiones económicas, pero en cuanto a política, diplomacia y cuestiones militares el contexto es totalmente diferente”, dijo.
¿Y cuáles son las lecciones que dejó esta guerra? El historiador estadounidense Steven Gillon destacó que a cada situación debemos entenderla según sus propios términos y no por analogía. “El mayor error es nuestro deseo de imponer lecciones superficialmente atractivas del pasado al presente -diría Gillon a LA NACION-. Esto es algo que sucedió en un momento muy único de la historia y la relevancia para nuestros días, para el mundo que vivimos hoy, es siempre superficial. Sí es valorable para entender a los hombres y a la humanidad.”
El debate se enfocó entonces en el aporte que podrían brindar hoy una miniserie como Guerras mundiales o los tantos libros nuevos que vuelven a poner la lupa sobre este acontecimiento, incluso acá en Buenos Aires, con la reedición de 1914-1918. Primera Guerra Mundial, del historiador inglés David Stevenson, o la publicación del argentino Ramón Tarruella 1914. Argentina y la Primera Guerra Mundial, que reconstruye el impacto de la contienda en el país y recorre los debates sobre la neutralidad en la opinión pública y los partidos políticos. “Yo creo que programas como éste no son el final de la conversación, sino el principio -dijo Gillon-. Se trata de iluminar la imaginación de las personas, de pensar en cómo inspirar a las próximas generaciones, de que la gente se interese en la historia.”
Las preguntas volvieron al presente y apuntaron al creciente apoyo del electorado a partidos de extrema derecha en Europa. Bernard de Gaulle, sobrino de Charles, eligió una anécdota ocurrida días antes: celebración del Día D, playa de Normandía, 17 jefes de Estado, entre ellos, la reina Isabel II, Barack Obama, Angela Merkel, Vladimir Putin, veteranos de guerra estadounidenses, británicos, polacos… “Y no tuve la sensación de estar en un país donde el nazismo estaba resurgiendo -dijo De Gaulle, de 90 años-. La gente estaba feliz de estar ahí: hablábamos de paz, de historia, que en un punto ya es vieja… Y sí, el sentimiento era que el mundo ha cambiado.”
De Gaulle fue más atrás. Las historias de la Primera que le contaron su padre y su tío se entrelazaban con sus experiencias de la Segunda, también con el presente, como esa reunión que tendría en minutos con cuatro hermanos -así los llamó- que habían pertenecido a la unidad de resistencia francesa con los que entró a Berlín cuando la guerra terminaba. “Estábamos exhaustos, victoriosos, pero exhaustos y vulnerables… -recordó-. Y unas semanas después, escuchamos de Hiroshima y nos aterró. No podíamos comprender la composición de la naturaleza humana. Llevó unos días para que nos diéramos cuenta de qué estaba pasando, para entender que una nueva era había comenzado.”
LA NACION