19 Jul Emociones múltiples: un Mundial que conmocionó a todos
Por Daniel Arcucci
La Copa de todas las Copas, tal como la había dicho la presidenta Rousseff, tuvo al fin cosas de todas las copas, es cierto, y cosas tan propias que la volvieron única, incomparable. Muchas buenas, muchas malas. Las mejores surgieron de los campos de juego; las peores, de los alrededores. Pero, en un lado y en otro, en noticias y en tragedias, siempre pasó algo que provocó conmoción. Todos los días, algo. Así fue Brasil 2014. Inigualable.
Día 1.
Brasil debutó en San Pablo, con un difícil 3-1 sobre Croacia. Neymar empezó a probarse el traje de héroe y líder, pero el personaje de la jornada fue el árbitro, Nishimura, que vio un penal que nadie vio.
Día 2.
Holanda le amargó el estreno del título a España con una goleada histórica: 5 a 1 en Salvador, con Robben y Van Persie geniales y el pobre Casillas como principal víctima. Otro arbitraje polémico (parecía que iba a ser tendencia, pero no) no le impidió a México vencer 1-0 a Camerún.
Día 3.
La primera gran sorpresa del torneo. Costa Rica le gana 3-1 a Uruguay. Y en el otro duelo del grupo de la muerte, Italia voltea a Inglaterra (2-1) de la mano de Pirlo.
Día 4.
Para la historia, el primer gol de la tecnología: Benzemá define, Valladares no controla y el reloj mágico dice que la pelota pasó la línea: Francia 3, Honduras 0. Ah, Messi vuelve a gritar en una Copa del mundo, en el 2-1 sobre Bosnia.
Día 5.
Alemania le da una lección de fútbol al Portugal de Cristiano: 4-0 en el Fonte Nova bahiano. En la jornada, sí, hay un partido malo: Irán y Nigeria, cero.
Día 6.
El mexicano Ochoa (foto) le cierra el arco a Brasil y se demuestra que un 0-0 puede ser espectacular. Debuta el candidato a sorpresa, Bélgica, y casi lo sorprende Argelia, pero gana 2-1.
Día 7.
Chile disfruta de su Maracanazo y le da el golpe final a España, campeón que se despide más rápido que nadie, con un 2-0 memorable, festejos de Vargas (arte puro para definir) y Aránguiz. Australia hace sufrir a Holanda, pero pierde 3-2 en un festival de gritos, con uno de Cahill para no olvidar.
Día 8.
Si no es épico, no es Mundial para Uruguay: vuelve Luis Suárez y le grita en la cara dos veces a Inglaterra: 2-1. Pekerman hace historia con Colombia, que gana dos al hilo por primera vez en los Mundiales y se mete en octavos tras el 2-1 a Costa de Marfil. Y, sí, hay otro cero malo, el de Japón y Grecia.
Día 9.
Costa Rica, el más vivo del grupo de la muerte: baja a otro campeón del mundo, Italia, por 1 a 0 y se clasifica anticipadamente. La Francia de Benzemá se divierte con Suiza: 5 a 2 en la capital del gol, Salvador.
Día 10.
Irán asusta a la Argentina. Pero está Messi en el Mineirao y con él, la magia de un gol en el último minuto. Alemania no le gana a Ghana, pero Klose gana su lugar en la historia de las Copas del Mundo: convierte y llega a 15, como Ronaldo.
Día 11.
Argelia se divierte con Corea del Sur, 4-2. Y a Estados Unidos se le va la clasificación sobre la hora contra Portugal, 2 a 2. Bélgica le gana a Rusia y con poco está en octavos.
Día 12.
Neymar hace soñar a Brasil; figura en el 4-1 sobre Camerún, que lo deja primero en su grupo. España, rey ya sin corona, se despide con un triste y tardío 3-0 sobre Australia.
Día 13.
Show de Colombia contra Japón, con un gol de James Rodríguez para enmarcar y el récord de Mondragón para celebrar; a los 43 años, el futbolista más veterano de la historia de los Mundiales. Godín, habituado a ser héroe, mete el cabezazo que clasifica a Uruguay y elimina a Italia, pero el mordiscón de Suárez a Chiellini traerá cola. Grecia, con un penal sobre la hora, le gana a Costa de Marfil y se clasifica por primera vez a octavos de final. Inglaterra empata y se despide sin ganar.
Día 14.
La Messimanía no se detiene: en Porto Alegre, de local, convierte dos goles a Nigeria y lleva a la Argentina al primer lugar, invicta. Tercera invasión argentina. Quién será su rival, Suiza, amenaza con Shaqiri, que le hace tres a Honduras.
Día 15.
No necesitaron empatar los “hermanos” Loew y Klinsmann: Alemania le ganó 1-0 a Estados Unidos, pero igual pasaron los dos pese a que ganó 2-1 el Portugal de Cristiano ante Ghana sin Boateng y Muntari, expulsados de la concentración. A Argelia le alcanza el 1-1 para despedir a la Rusia de Capello.
Día 16.
El primer día sin fútbol desde el comienzo del Mundial no fue el primer día sin tensión. La vigilia del primer cruce “mata-mata” de octavos, entre Brasil y Chile, tuvo a Felipao haciendo de psicólogo para bajar la ansiedad de los hinchas brasileños. Y de sus jugadores.
Día 17.
A punto estuvo de darse el Mineirazo. Pocas veces en la historia de los Mundiales se vivió una tensión como la que inundó el estadio de Belo Horizonte. Fue el día del 1-1 entre brasileños y chilenos, del tiro en el travesaño de Pinilla, de los dos penales atajados por Julio César en la definición, del convertido por Neymar tras larga marcha (en la foto, con Scolari). Del llanto de los jugadores de Brasil. Ya no saldrían de ese espiral de angustia. Colombia, con un James brillante, no tiene problemas para vencer a un Uruguay sin Suárez y desmoralizado, en su regreso mundialista al Maracaná.
Día 18.
En Brasil, no se habla de otra cosa que del llanto de los jugadores. ¿Se puede jugar al fútbol bajo esa presión? El equipo local empieza a mostrar que padece el torneo. Convocan a una psicóloga. En el calor de Fortaleza, Holanda y México juegan otro partidazo: lo ganan los holandeses porque los mexicanos, con ventaja, se repliegan. En otro final infartante y sorprendendente, Costa Rica le gana a Grecia por penales.
Día 19.
Francia sufre, pero le gana a Nigeria. La poderosa Alemania sufre más para ganarle a Argelia, en tiempo suplementario. La Argentina viaja a San Pablo y, por primera vez, se siente visitante. Otra invasión argentina, la mayoría sin entradas.
Día 20.
La Argentina vuelve a sufrir, Messi vuelve a aparecer. Electrizante contraataque, cuando faltaban dos minutos para el cierre del segundo tiempo suplementario. Pase gol a Di María (foto), que entra en el corazón de todos los argentinos. La selección, a cuartos. Bélgica y Estados Unidos, con los arqueros como figuras. Pasan los belgas.
Día 21.
Se presenta en Rio, tal como estaba prevista y en una muestra de confianza por lo que podría haber pasado el día anterior, la película “Messi”, de Alex de la Iglesia. Emotiva, muestra a un Messi acostumbrado a tomar decisiones importantes desde muy pequeño. Valdano lo define: “Messi es otra forma de ser Maradona”.
Día 22.
La selección viaja a Brasilia, para afrontar la fase trauma: los cuartos de final.
Día 23.
En Fortaleza, Brasil le gana a Colombia, pero pierde a su estrella. La noticia estremece al mundo: “Neymar fora da Copa”, con una fractura de vértebra por una dura entrada de Zúñiga. En el Maracaná, Neuer se hace gigante y Alemania deja atrás a Francia. “Estamos preparados para cruzar el Rubicón”, dice Sabella. Y su frase se convierte en un clásico del Mundial.
Día 24.
Y la Argentina, cruzó el Rubicón. En un paso histórico, después de 24 años, supera los cuartos de final, tras ganarle a Bélgica con un golazo de la figura de la tarde, Higuaín. Messi dice: “Nunca jugué como me hicieron jugar hoy. Corrí más que nunca”. Nace un nuevo equipo y nace el mito Mascherano. Una foto lo ilustra: él, de espaldas, haciéndole frente a los gigantes Fellaini y Witsel, que lo duplican. Por la tarde, la poderosa Holanda sufre ante la Costa Rica del enorme arquero Navas. Sólo le gana por penales.
Día 25.
Jasper Cillesen, arquero holandés, pide disculpas públicas por su bronca al ser sustituido para los penales en el partido ante Costa Rica. Argentina es el semifinalista que menos kilómetros debió recorrer durante el Mundial. Brasil intenta aprender a jugar sin Neymar.
Día 26.
El escándalo por la reventa de entradas salpica a Blatter: detienen en el Copacabana Palace a Ray Whelan, ejecutivo de la empresa MATCH, vinculada al sobrino del presidente de la FIFA.
Día 27.
Se puede escribir mucho o, simplemente, señalar: Brasil 1, Alemania 7, estadio Mineirao (en la foto, los brasileños sufren un gol alemán). En la historia quedará.
Día 28.
Se amanece con la noticia más triste para los enviados argentinos: en la madrugada, en un accidente de tránsito, muere Jorge Topo López, periodista de La Red y Olé. En un ambiente de conmoción y tristeza, la selección da otro paso histórico. Con Romero (foto) como Goycochea 24 años atrás, gana por penales, a Holanda, y vuelve a ser finalista.
Día 29.
Río se blinda y comienza a organizar un operativo sin precedentes para la final entre Argentina y Alemania. Neymar da una conferencia de prensa y desea que Lionel Messi, compañero suyo en Barcelona, sea campeón mundial.
Día 30.
El búnker argentino comienza a hacerse a la idea de que Alejandro Sabella no seguirá siendo el DT tras el Mundial. La FIFA incluye a tres argentinos (Di María, Messi y Mascherano) entre los nominados al Balón de Oro. La AFA es multada en casi $3 millones por no incluir a un futbolista en las conferencias de prensa previas a los partidos.
Día 31.
La selección argentina vuelve, tal como lo había soñado, al punto de partida: Rio de Janeiro, donde debutó, para jugar la final. Dormirá soñando con el Maracaná. Cientos de miles de argentinos la acompañan. Brasil no termina nunca de despertar de su pesadilla. En el partido por el tercer puesto, en Brasilia, pierde por 3 a 0 con Holanda.
Día 32.
Como nunca antes en la historia, se repite por tercera vez una final. Como en México ’86 y en Italia ’90, Argentina y Alemania frente a frente, por el bueno. Ganan los alemanes, en el cierre del segundo tiempo suplementario, con un golazo de Götze, a pesar de una gran actuación argentina. Para Alemania, el cuarto título. Para la Argentina, una base para el futuro. Sorpredentemente, Messi es elegido el mejor futbolista del torneo. Es el premio individual más triste de su carrera.
Tres campeones del mundo (España, Italia, Inglaterra) fuera en la primera rueda. Dos que nunca habían pasado la fase de grupos (Argelia, Grecia) en octavos de final. Otro, en cuartos: Costa Rica. Festival de sudamericanos (Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Argentina) y latinoamericanos (México, Costa Rica) en la segunda rueda. Pero el local sufrió algo peor como el Maracanazo, como si eso fuera posible, y el campeón fue, por primera vez en la historia en América, un. europeo.
El Maracaná apaga sus luces. Se imaginaba a Brasil allí, tal vez en una final con la Argentina. Pero no fue este, precisamente, el Mundial de los hechos previsibles. Fue, en cambio, el Mundial de las conmociones.
LA NACION