Animarse a empezar

Animarse a empezar

Por Gisela Carpineta
Plantar un árbol, tener un hijo yescribir un libro”, son las tres pre-misas que según el poeta y filósofo cubano, José Martí, debe cumplir todo hombre para ser feliz. Siendo un poco menos ambiciosos, la realidad es que a diario nos encontramos con deseos más simples y tangibles –pero no por ello más fáciles de alcanzar y realizar– como dejar de fumar, cambiar de carrera, mudarnos con nuestra pareja, arrancar el negocio propio o irnos de viaje sin rumbo cierto. Sí, son pensamientos y proyectos que no nos dejan en paz, que no salen de nuestra mente. Y justo ahora que estamos en marzo y el tiempo de relax vacacional va diciendo adiós, nos invade un sacudón de realidad: “otro año más y sigo en el mismo lugar”, quizás sea la que jamás pronunciada en estos tiempos por quienes no están a gusto con la rutina en la que sus días se gastan. Proyectamos cómo será ese pequeño restaurante con nuestro mejor amigo, anhelamos cambiar las ciencias exactas porun curso de cocina, calculamos una y otra vezen cuánto quedarían las cuotas del préstamo para el primer auto y pensamos el recorrido detallado de nuestro viaje por la India. Sin embargo, todo eso no logra escaparse de la cabeza y seguimos sin dar el primer paso hacia lo que consideramos que nos hará sentir eso que llaman felicidad plena.“El cerebro ya sabe que el patrón a seguir es poner obstáculos a nuestros deseos y,sin darnos cuenta, dirigimos nuestro foco de atención hacia la negatividad con excusas in-ternas como esas; así logramos el objetivo de no cumplirlas y trabajamos en nuestra propia contra”, advierte Sandra Munk, directora de la Consultora Cambio y Desarrollo que aseso-ra y acompaña en los procesos de cambio y desarrollo personal y profesional.“El psiquismo humano tiene que luchar con una cierta inercia, en la cual es como si se dijera ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’; es muy conservador, teme lo nuevo, teme la sorpresa, teme toda modificación de un estado conocido. Pero hay que tener en cuenta que ser siempre igual a sí mismo puede ser muy aburrido”, advierte Juan Eduardo Tesone, médico psiquiatra, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina y de la Sociedad Psicoanalítica de París. “Hay que pensar que el cambio pueda permitirnos otra forma de vida más acorde a nuestra verdadera personalidad, a nuestros deseos inconscientes y expectativas conscientes”, agrega. Por temor a lo desconocido o por simple comodidad, porque ya lo intentamos y no funcionó, por miedo a no tener el visto bueno de los demás o por terror al fracaso: un sinfín de cuestiones –o muchas veces simples excusas– juegan en contra a la hora de querer arrancar eso que tanto anhelamos. Nos sentimos desmotiva-dos, cansados de hacer todos los días lo mismo, necesitamos un cambio de vida o simplemente algo que nos “mueva la estantería” y nos haga sentir más plenos.“Existen personas que trabajan en lo que no les gusta durante años y no se animan a cambiar por miedo a abandonar ‘lo seguro’, sin poder distinguir que lo ‘único seguro’ es la frustración que vienen acumulando, deteriorando severamente su calidad de vida”, remarca Daniel Rosales, presidente de la Asociación Argentina de Coaching, una disciplina para entrenar todas las cuestiones relacionadas a ser más efectivos a la hora de diseñar y lograr resultados. Si bien ponerse objetivos a veces da miedo, ya que nos lleva de lo conocido a lo desconocido, Verónica de Andrés y Florencia Andrés –autoras del best seller “Confianza Total” y expertas en motivación y coaching– remarcan que “también es algo natural porque los objetivos son como el motor del progreso humano que nos conecta con el entusiasmo”. Sin embargo, aclaran que existen personas que incluso hasta le tienen miedo al éxito. La coach Agostina Fasanella, de Liderarte Consultora, explica que todo aquello que insinúe innovar en nuestras vidas será tomado como una amenaza y generará miedos. “La buena noticia es que se puede salir de allí y sólo necesitamos tener absoluta firmeza en decir basta a aquellas rutinas que ya no nos sirven y estar conscientes que nuestra mente siempre va a querer mantenernos en el lugar conocido, ya que, de alguna manera, esto nos asegurará que aparentemente no tendremos sorpresas desagradables”. Es por ello que la mayoría de las personas manejan su rutina exitosa-mente, sin medir que de esa manera sólo se tiene más de lo mismo. Para Munk, es después de las vacaciones cuando se abre un nuevo ciclo y con estese nos presenta por delante una nueva oportunidad de mejorar en algún aspecto, de completar lo que venimos haciendo, de cerrar algo que ya no nos sirve. “En nuestra mente, todo eso es perfecto. Pero cuando fundimos el sueño con la acción, dejamos de ser sólo soñadores para volvernos visionarios y emprendedores”.“El éxito es alcanzar lo que uno sueña y todos los sueños son nobles mientras sean de uno”, aclara Bernardo Stamateas, psicólogo, teólogo y autor de los best seller“ Emociones Tóxicas”, “Quiero un cambio” y “Gente tóxica”. En ese sentido recuerda que en un viaje conoció a un joven centroamericano cuyos padres y abuelos eran abogados muy famosos: “Toda la vida le habían dicho que tenía que ser abogado así que finalmente se recibió, les dio el título y les dijo ‘ahora voy a hacer lo que quiero’”. Este abogado ahora es profesor de salsa de un conocido hotel. “Los sueños están escondidos en lo que nos apasiona y no hay nada mas frustrante que cumplirle el sueño a los demás”, un punto de vista con el que concuerda el psiquiatra Tesone: “El éxito del cambio comienza porque sea un deseo propio y no que la presión del cambio venga del afuera”. Pero, ¿cómo salir de esa zona de confort que nos mantiene en el mismo sitio? ¿Cómo detectar qué es lo que nos detiene y dar ese sacudón? “La mayoría de las cosas que queremos lograr están fuera de esa zona que conocemos, por eso lo principal es definir cuál es nuestra meta. Estamos más acostumbrados a hablar de lo que no queremos y eso deja poco margen para enfocarnos en lo que sí queremos lograr: no quiero más este trabajo, no quiero más esta relación, no quiero más esta situación”, sostienen Verónica de Andrés y Florencia Andrés. Para Stamateas también es fundamental identificar qué queremos lograr, pero de manera específica y cuantificable: “Si yo no sé dónde está el blanco, no sé a dónde apuntar la flecha. Esto, que parece muy obvio y básico, es algo en que mucha gente que falla desde el comienzo; dice que busca más amor, más paz, y va derecho al fracaso”. Muchas veces las razones que nos impiden cambiar son de origen interior y se llaman miedos, inseguridades o son derivaciones de la desconfianza en sí mismo. “Es importante y necesario conocerse, descubrir los errores y bloqueos y en base a ello tomar decisiones para una mejor construcción de la autoestima y la confianza”, explica Adriana Guraieb, psicoanalista y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).El miedo al fracaso es natural, de eso no hay duda, ¿pero es una cuestión persona lo cultural? Para Stamateas, en América Latina está muy estigmatizado equivocarse y en ese sentido los argentinos somos muy adolescentes: “Queremos todo y no tenemos nada, queremos vivir en un eterno presente, y no hacemos un puente hacia el mañana. No podemos decir ‘disfruto hoy y también pienso en las consecuencias del mañana’”. Si bien se suele decir que la gente tiene resistencia al cambio, Rosales sostiene que estos comportamientos no son naturales sino culturales: “Son producto de conversaciones internas que interpretan lo nuevo como amenaza a lo que identificamos como ‘la caja de confort’. La confianza es la base indispensable para lograr resultados autosustentables. La gente no teme al cambio, teme a que otros quieran cambiarla”. Ya tenemos la teoría, estamos más seguros de lo que deseamos, y tenemos más claro el panorama de porqué tenemos miedo a dar ese primer paso. Ahora, es tiempo de acción. Por eso, si bien no existen recetas mágicas ni infalibles que nos lleven directamente al éxito y cada camino es –y debe ser– personal, los especialistas coinciden en que siguiendo una serie de claves, se puede dar el tan difícil y ansiado primer paso que nos llevará, con paciencia y siendo amigos de nosotros mismos, a lograr nuestros proyectos. ¿Tomamos nota?

PLANTEARSE METAS CLARAS
El diseño de las metas que queremos lograres tanto o más importante que las acciones que tomaremos luego para llevarlas a cabo. “Cuánto más claras sean nuestras metas y el diseño de acciones que pondremos en marcha, los resultados llegarán como consecuencia, casi naturalmente”, afirma la coach Fasanella. Al momento de definirlas, los proyectos pueden ser modestos o grandilocuentes: “Groucho Marx, con la fina ironía que lo caracterizaba, decía que había pretendido cambiar el mundo y finalmente se limitó a cambiar de corbata”, recuerda el psiquiatra Tesone. Por su parte, Stamateas sostiene que las metas no tienen que ser lo suficientemente difíciles para frustrarse, ni lo suficientemente fáciles para alcanzarlas y estar aburridos. “Tengo que ponerme metas pequeñas porque cada meta que logro me impulsa para la próxima. Esto es como el embarazado: hay que disfrutar el suceso yel progreso”, aconseja. Para aquellos aventureros que arrancan con impulsividad y luego “se pinchan”, Fasanella sostiene que el secreto está en chequear si la meta sólo cubre sus necesidades de aventura o está alineada realmente con lo que quieren para sus vidas. “Nadie se aburre cumpliendo un sueño”. Si sos de esos “multiemprendedores” que dispersan la energía en varios proyectos a la vez, pero que finalmente ninguno se concreta, el presidente de la AAPC sostiene: “En ambos casos se da una falta de compromiso y uno termina quedándose en el mismo lugar sin lograr los resultados esperados”.

APRENDER DE LOS ERRORES
“Cada vez que nos equivocamos debemos detenernos y preguntarnos qué aprendimos, en lugar de ‘qué hice mal’. Hay que imaginar que cada vez que nos equivocamos podemos estar en la antesala de un descubrimiento”, sostienen las autoras del método “Confianza Total”.“Si hay contratiempos, no los resista”, enfatiza Rosales, y afirma que en ese sentido, los clubes de fútbol son un ejemplo concreto de cómo no perder el foco y el compro-miso cuando aparece el primer obstáculo:“Barcelona de España es un caso de que pueden lograrse resultados más perdurables en el tiempo cuando se focaliza el compromiso en proyectos a largo plazo”. Para Stamateas, la clave es tener tole-rancia al error e incorporarlo como parte del aprendizaje: “Fracasar no es caer, es permanecer caído; el error es el maestro de cualquier camino hacia el éxito”. Entonces, el problema no es equivocarse sino no lograr transformarlo en crecimiento.
ELEGIR, ESA ES LA CUESTIÓN
Aunque es cierto que no hay cambio sin duelo o sin un sufrimiento, ese es el precio que muchas veces debemos pagar para poder sentirnos mejor después. Sin embargo Tesone aclara: “A veces el cambio puede ser engañoso. El proceso de cambio, para quesea auténtico, tiene que romper el equilibrio anterior y para eso es necesario tenerla capacidad de aceptar un cierto grado de caos psíquico movilizador”. Para Stamateas, “siempre que uno decide, gana algo y pierde otra cosa. Si yo decido estar en un lugar, perdí de estar en otro. La gente exitosa, cuando decide, se enfoca en lo que gana, no en lo que pierde; porque así sino se sentirían insatisfechas o no disfrutarían de lo que finalmente obtuvieron”. ¿Y si no funciona? Tranquilos. No es el fin del mundo, sólo cuestión de replantearla meta inicial o dar una vuelta de timón.“Nunca te des por vencido. Si lo que estás haciendo no está funcionando no quiere decir que no funcionará o que no puedas hacer alguna otra cosa. Establecer una meta, es elegir lo que uno quiere, hacerse cargo de esto, aceptando dejar de lado otras opciones y poniendo su esfuerzo en sortear los inevitables obstáculos que se van presentando en el camino”, sostiene Munk.“Si al escalador le faltan 300 metros para llegar a la cima, tiene que mirar lo que le falta porque ese es el desafío, pero también mirar lo que logró porque esa es la satisfacción. Si sólo miro para delante, no voy a disfrutar del recorrido”, ejemplifica Stamateas.

SACAR FUERZA DE LAS CRISIS
Para Munk hay que utilizar las emociones como tablero de comando: “El enojo utilizado en forma constructiva nos da fuerzas para avanzar y vencer obstáculos”, algo con lo que coincide Rosales: “El enojo y la frustración son valiosas señales que nos muestran que no está ocurriendo lo que esperábamos que ocurriera y así podemos reconectarnos con nuestro compromiso en hacer que las cosas pasen”. Es por ello que resistir el obstáculo no hará que desaparezca. “Si se mantiene el foco en el proyecto, la acción comprometida, más allá de los obstáculos limitantes, será el mejor amortiguador”, aclara el coach. “El miedo debería servirnos de alerta para repensar cómo enfrentarlos y construir confianza, debilitar las dificultades y despedirnos de la comodidad y confort en la situación que deberemos cambiar y así tener un año mejor y un balance de vida más pleno”, aconseja la psicóloga Guraieb. Las bases están planteadas, el resto dependerá de nosotros. ¿Nos ponemos en marcha?
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