05 Jul La Argentina y Bélgica: los dos equipos más ofensivos del Mundial, frente a frente
Por Pablo Lisotto
La Argentina buscará este sábado superar la barrera de los cuartos de final, algo que se le niega desde 1994.
Sin embargo enfrente tendrá a Bélgica, que bien podría describirse como el primer rival serio del equipo albiceleste en Brasil 2014.
El equipo europeo está en etapa de crecimiento luego de un serio replateo iniciado tras la paupérrima Eurocopa que organizó en 2008, y si bien se dice que “su” Mundial será el de Rusia en 2018, hasta aquí demostró autoridad y determinación en sus cuatro presentaciones anteriores (las ganó todas), gran estado físico (definió sus cuatro presentaciones en los últimos minutos de juego) y posee una cualidad similar al del equipo de Sabella: genera mucho en ataque pero le cuesta concretar.
Pese a esa falencia, ambos rivales son los dos seleccionados que más situaciones de ataque generaron: 248 para la Argentina (7 goles) y 218 para Bélgica (6 tantos).
Para tener noción del peligro al que se enfrenta el equipo albiceleste, en el partido del pasado martes ante Estados Unidos, los europeos buscaron el arco en ¡38 ocasiones!, de las cuales dos remates terminaron en gol, 16 veces el arquero yanqui evitó la caída de su valla (record histórico) y las restantes fueron desviadas. Hasta aquí, los belgas patearon al arco 81 veces (55 a destino) y los argentinos, 78 (49).
Seguramente, este y otros datos están en la cabeza de ambos técnicos a la hora de plantear el partido. ¿Saldrán los dos equipos tan abiertos, en busca del golpe por golpe para exhibir ante los ojos del mundo su respectivo poderío ofensivo, o ambos tomarán los recaudos necesarios para afirmarse defensivamente y desde la última línea construir las ocasiones?
Otro punto a destacar es que el conjunto europeo cometió hasta aquí más infracciones que la selección argentina (144 a 86), lo cual puede ser bien utilizado para quebrar la resistencia del gran arquero que es Courtois con algún tiro libre cerca del área.
La cita es este sábado a las 13. Sólo es cuestión de esperar que el tiempo inevitablemente pase hasta que sea hora del pitazo inicial.
LA NACION