06 Jul Gabriel García Márquez según la mirada de escritores y críticos
Sobre Gabriel García Márquez han corrido y siguen corriendo ríos de tinta, no sólo porque ha obtenido el Premio Nobel de Literatura, sino porque escribió una novela que constituyó un hito fundamental en la historia de la literatura latinoamericana y también mundial, Cien años de soledad. Como suele suceder a menudo, su ruidosa consagración como figura emblemática del boom también le generó detractores. Entre las críticas que ha cosechado figura la de haber dado una imagen for export de América Latina a través de Cien años…, una imagen que contribuiría a consolidar la visión exótica que los europeos tienen o tenían de América Latina como tierra exuberante, salvaje y milagrera. También se lo ha acusado, como padre indiscutido del realismo mágico, de ser complaciente respecto de la pobreza de la región y dar una visión edulcorada de la vida en las latitudes del sur de América.
Sin embargo, no ha sido desplazado de su lugar central en la literatura. El crítico y escritor peruano Julio Ortega ha hecho un libro sobre la base de compilaciones que lo tiene como protagonista. Su primera edición apareció en 2007, y la segunda, que acaba de aparecer publicada por la Editorial Alcalá, promete tener tanta o más repercusión que la primera, en tanto algunos de los escritores que participaron de la primera han muerto, lo que resignifica su palabra. Se trata de Gaborio. Artes de releer a García Márquez un libro en el que, según lo informa Milena Heinrich de la agencia Télam, la obra del colombiano es releída por un grupo de críticos y escritores. Cada uno de ellos es también un referente de la literatura o la crítica. Basta citar algunos nombres de los más de cuarenta autores que integran la edición: los mexicanos Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis, el peruano Alfredo Bryce Echenique, el español Enrique Vila-Matas y el argentino Tomás Eloy Martínez. Se trata de la compilación de textos de diferentes géneros: relatos, memorias y lecturas que apuntan a conformar una memoria colectiva sobre la escritura del Nobel colombiano.
Dice Heinrich: “En su inicio, Ortega –estudioso del ganador del máximo galardón literario en 1982– invita a recorrer las impresiones, heterogéneas, de este grupo de lectores del legado del colombiano.” Por su parte, Ortega aclara, refiriéndose a quienes integran el volumen: “Todos tenemos, en efecto, una relación personal con su obra.” En Gaborio, esa relación personal se traduce en una multiplicidad de voces, que apuntan a dar una versión abarcadora, polifónica, colectiva, de la figura del colombiano. Las percepciones particulares que reúne el libro constituyen retazos de experiencias nacidas de la lectura o de un breve intercambio de palabras con el escritor y en su mayoría están referidas a su fundacional Cien años de Soledad, a El amor en los tiempos de cólera y a Vivir para contarla, “un trío de textos en los que Gabo noveliza su historia y la historia que lo enmarca”. “Vivir para contarla” es el leitmotiv que unifica el conglomerado de voces convocado por Ortega. En ese relato aubiográfico, a modo de epígrafe, el colombiano escribió: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”, una frase que, sin duda, figura entre las más citadas del escritor. “García Márquez –sostiene Ortega en Gaborio– hijo al fin de sus obras, parece haber hecho de su vida una creación de sus novelas. Pero no menos extraordinario es que escribiendo sus memorias haya terminado haciendo la biografía de nuestra lectura. Al cerrar el libro, nos hemos sentido implicados, cómplices, convocados.(…).”
Por su parte, quien fuera su íntimo amigo, el escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, escribió sobre Vivir para contarla: “En el legendario género de las memorias, que quizá sea más antiguo que la escritura, los autores encuentran por lo general un relato, no de lo que el autor es, sino de lo que querría ser ante la historia… Lo mejor que se puede decir de Vivir para contarla es que, de todos los libros de García Marquéz, es el que más se le parece.” Cabe destacar que además de ser su amigo, T.E. Martínez también participó en la creación de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada por Gabo en 1994.
Es libro, afirma Monsiváis, “explica narrativamente una parte considerable del proceso creativo de Gabriel García Márquez, su reelaboración incesante de la experiencia de los primeros años, su convicción de la correspondencia entre los paisajes físicos y estados de ánimo, entre la Naturaleza y el patrimonio sensual y cultural de los habitantes de una región”.
Gaborio es una prueba contundente de las huellas que Gabo ha dejado.
TIEMPO ARGENTINO