Tabaquismo: un enorme gasto para la salud pública

Tabaquismo: un enorme gasto para la salud pública

Por Fabiola Czubaj
El sistema sanitario público y privado necesitará este año unos 24.000 millones de pesos para atender las complicaciones que causa el consumo o la exposición pasiva al humo de tabaco, más del doble de lo que el Estado recauda anualmente en concepto de impuestos a los cigarrillos, unos 10.000 millones de pesos.
Así lo sostiene un informe divulgado ayer por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), que está afiliado a la UBA y es reconocido por sus investigaciones en salud pública.
Pero ¿qué pasaría si el precio de los cigarrillos aumentara 50%? Sólo en la Argentina disminuiría 15% el consumo y morirían hasta 3200 personas menos por año por las enfermedades que provocan el consumo y la exposición al humo de tabaco.
Esta única medida generaría un ahorro en el gasto sanitario y un aumento de la recaudación impositiva de entre 6000 y 7000 millones de pesos por año. “La recaudación por la venta de cigarrillos en los países de América latina no llega a cubrir ni siquiera la mitad de los gastos directos provocados por el tabaco en el sistema de salud”, afirma el equipo de 40 investigadores de siete países que realizó la proyección coordinada desde Buenos Aires por el IECS.
El gasto sanitario que genera el tabaquismo incluye los diagnósticos, las internaciones, los tratamientos y el seguimiento de los pacientes con enfermedades crónicas, como cánceres, infartos, accidentes cerebrovasculares o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y las infecciones respiratorias, incluida la neumonía y la gripe.
“Si aumentara un 50% el precio de los cigarrillos se estaría implementando una de las medidas más efectivas para controlar el tabaquismo. Bajaría el consumo y se desalentaría que los ex fumadores volvieran a fumar. Además, como consta en nuestro estudio, se podrían evitar hasta 45.000 muertes por año en América latina [ver infografía]. En nuestro país, eso se traduce en entre 1226 y 3236 muertes de las 40.591 proyectadas para este año”, precisó a LA NACION la doctora Andrea Alcaraz, coautora del estudio y coordinadora de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del IECS.
Este informe se conoce junto con una declaración de 14 ONG locales en la que reconocen que disminuyó la prevalencia del consumo, pero señalan que la mortalidad y el consumo se mantienen estables desde hace 15 años. Por esto, le exigen al Estado la “pronta implementación de una política fiscal que aumente el precio real y reduzca el acceso” a los productos de tabaco. “Nuestros gobernantes no pueden hacer oídos sordos a un reclamo cuya finalidad es algo tan legítimo como cuidar la salud del pueblo por sobre los intereses económicos”, sostuvo el doctor César Di Giano, que preside la Unión Antitabáquica Argentina, que adhiere a la declaración.
Por su parte, la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina, otra entidad firmante del documento, difundió un estudio sobre la evolución local del poder de compra de cigarrillos. “El aumento de impuestos y de precios es la política de control de tabaco más retrasada en la Argentina. Nuestra investigación muestra que en la última década, los cigarrillos se fueron abaratando con respecto al costo de vida y del crecimiento del ingreso, y la industria tabacalera logró mantener estable el consumo per cápita a través de estrategias de precios bajos y, así, compensar la reducción del consumo que se hubiera logrado con las políticas de control de tabaco implementadas en los últimos años”, indicó la doctora Verónica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina.
Con su equipo calculó que, en 2005, un argentino necesitaba el 42% de su sueldo para comprar 100 paquetes de cigarrillos. El año pasado, con el 22% del sueldo compraba la misma cantidad. “Con un sueldo promedio en junio de 2005 se podían comprar 236 paquetes, mientras que en junio de 2013 se podían comprar 442 paquetes”, agregó Schoj.
También firman la declaración IECS, Cedes, Fundación Aciapo, Fundeps, Aliar, Fundación Pacientes con Cáncer de Pulmón, FEIM, Programa InfoSalud, Prosahi, Fenaomfra, CIC, Medef y Fundación Cardio.
Aumentar el precio de los cigarrillos y los impuestos al tabaco es una de las seis medidas que deberían implementar los 178 Estados firmantes del Convenio Marco de Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que entró en vigencia hace nueve años. La Argentina es uno de ellos, pero también el único de la región que aún no lo ratificó. Ayer, la OMS difundió un comunicado en el que insta a los gobiernos a cumplir con esta estrategia “para salvar más vidas”. Cita a Filipinas y Francia, donde el consumo cayó un 50% cuando se triplicó el precio del cigarrillo.
Cuando faltan 72 horas para el Día Mundial Sin Tabaco, la OMS refuerza su recomendación: si todos los países aumentaran un 50% los impuestos al tabaco, en los próximos tres años habría 49 millones de fumadores menos y se salvarían 11 millones de vidas en el mundo. “Hoy, cada seis segundos muere una persona por el consumo de tabaco. El tabaquismo mata a casi la mitad de sus usuarios.”
Con toda esta información en mente, el equipo de 11 instituciones de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú y México que coordinó el IECS utilizó un modelo matemático para conocer qué efecto tendría en América latina la medida que aconseja la OMS. Para la Argentina, utilizó la población total del censo de 2010 y los datos de mortalidad y morbilidad. “Esperemos que esta información contribuya a aumentar la conciencia sobre los problemas asociados con el tabaquismo y que pueda ayudar a los gobiernos a definir medidas más precisas en la lucha contra el tabaquismo”, señaló el doctor Andrés Pichon-Riviere, director ejecutivo del IECS y autor principal del estudio.
El precio del cigarrillo es “extraordinariamente bajo” en la región. “Esto facilita el acceso al tabaco”, en especial en los jóvenes. “Aumentar los impuestos eleva los precios y reduce el consumo, pero esa reducción no compensa el aumento de la recaudación por el mayor precio. Estudios locales e internacionales muestran que se puede hablar de aumentos superiores al 100% sin perjudicar la recaudación impositiva”, precisó el licenciado Joaquín Caporale, coordinador de Economía de la Salud del IECS.
LA NACION

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