06 Jun Asumió la alcaldía de Kiev el ex boxeador
El líder del partido ucraniano UDAR (Golpe), Vitali Klitschko, asumió ayer la alcaldía de Kiev con promesas de “tolerancia cero” con la corrupción y con dudas y advertencias sobre el futuro del Maidan, símbolo de las protestas contra el depuesto presidente Viktor Yanukovich. Klitschko logró el 56,7% de los votos en las elecciones municipales celebradas el pasado 25 de mayo, tras lo cual anunció un programa de 500 días para transformar la ciudad. Para empezar, deberá decidir qué hacer con el Maidán, ciudadela que ocupa desde noviembre la Plaza de la Independencia y la adyacente avenida Kreschatik, aunque casi todas las barricadas erigidas durante las revueltas con nieve y neumáticos ya fueron retiradas. Klitschko considera que el Maidán, escenario de protestas pacíficas durante tres meses que desembocaron en febrero en violentos disturbios, “ya cumplió su función” y los instó a “levantar los campamentos”, porque la ciudad “debe volver a la normalidad y todas las personas deben regresar” a sus lugares de residencia habituales. No obstante, aseguró que no empleará la fuerza contra esos activistas, que para muchos son héroes de la revolución que derrocó a Yanukovich, en la que murieron más de cien personas y otras 300 están desaparecidas. En cambio, los líderes del Maidán tienen intención de permanecer en el corazón de Kiev hasta que las autoridades cumplan sus promesas, entre las que figuraría el control popular de la labor de los diputados que salgan elegidos en los próximos comicios parlamentarios. Algunos grupos propusieron erigir en el Maidán un monumento en recuerdo de los caídos en los disturbios y dejar un pabellón permanente para informar a los ciudadanos y visitantes sobre el legado de la revolución contra Yanukovich. Paralelamente y al asumir en su cargo, Klitschko afirmó que “todos juntos estamos construyendo un nuevo país de gente libre y decente. Los cambios en Ucrania empezarán por la capital, Kiev.” El ex campeón mundial de boxeo, estrecho aliado del presidente electo, Petro Poroshenko, prometió además que reformará todo el sistema administrativo de la capital para hacerlo accesible a los ciudadanos, y convertirá a Kiev en una ciudad europea moderna. La asunción se produce en plena discusión sobre los roles de Rusia y Ucrania en el conflicto. Ayer, el G-7 llamó “a la cúpula ucraniana a continuar con las operaciones moderadas para el restablecimiento de la ley y el orden”, algo que irritó al gobierno ruso. El premier Dmitri Medvedev llamó “cínicos” a los líderes del grupo y dijo que “se refieren a las ‘acciones moderadas’ del Ejército ucraniano sobre su propio pueblo: esto es un cinismo que apenas se puede superar”.
TIEMPO ARGENTINO