06 Jun Un equipo que se construye desde cada rincón del mundo
Por Diego Morini
Cuando nada parece ser de ayuda, miro a un picapedrero golpeando la roca tal vez hasta cien veces sin que aparezca ni una sola grieta. Sin embargo, al golpe ciento uno la rompe en dos. Sé que no fue ese último golpe el que la partió, sino todos los anteriores”, Jacob Riis. Esta leyenda está ubicada en el ingreso al vestuario de los Spurs, Gregg Popovich pidió colocarla allí. La cita del periodista danés encierra buena parte de la filosofía de San Antonio. Pop, dijo alguna vez respecto de esta cita: “Conocí esa frase cuando leí algo sobre la inmigración en Nueva York y él [por Riis] era alguien que conocía de ello. Luchó por mejores condiciones para los inmigrantes de todos los países”. Y los Spurs lucen como un inmigrante en la NBA. Es una franquicia estadounidense, pero con filosofía del Viejo Continente. El dueño del Oeste está en una nueva final con una estructura edificada con 9 jugadores que nacieron fuera de los Estados Unidos. La formación de sus jugadores es lo que distingue a este equipo y que le permitió estar disputando la sexta final. La Argentina (Emanuel Ginóbili), Brasil (Tiago Splitter), Francia (Tony Parker y Boris Diaw), Italia (Marco Belinelli), Canadá (Cory Joseph), Australia (Patty Mills y Aaron Baynes) e Islas Vírgenes (Tim Duncan), son los que nutren a este gigante que dirime sus fuerzas justo ante un producto genuino del baloncesto de estas tierras: Miami Heats.
Los Spurs son el equipo con más extranjeros en la historia de la NBA y todos tienen un recorrido particular. El más cercano es el de Manu Ginóbili, que apenas pasó por la Liga Nacional Argentina (Andino, de La Rioja, y Estudiantes, de Bahía Blanca), se terminó de profesionalizar en Europa, explotó en Italia (Reggio Calabria y Kinder Bologna) y desde hace 12 años es pieza vital de los Spurs y el intérprete ideal de Gregg Popovich.
Todos tienen una historia en sus valijas. Los franceses Parker y Diaw tienen fundamentos del juego forjado por fuera de los Estados Unidos. El base, de 32 años y nacido en Brujas, Bélgica, ante de ser elegido en el Draft de 2001, dejó su huella en el París Basket Racing y fue el “dueño” del equipo. Lo mismo sucedió en los Spurs, donde cosecha tres anillos y logró en 2007 convertirse en el primer jugador europeo MVP de las finales de la NBA. El caso de Diaw, de 32, es algo similar, pero diferente: comenzó en Francia en Pau Orthez y en 2003 fue elegido por Atlanta Hawks para jugar en la NBA. Después pasó por Phoenix Suns y por Charlotte Bobcats. En 2011 regresó a Francia y tras un año en Bordeaux, RC Buford, el general manager de los Spurs, realizó las gestiones para que Popovich lo tuviera en su plantel.
Cada actor tiene su acento, pero una única filosofía. Splitter, por ejemplo, debutó en la liga de básquetbol de España, en Saski Baskonia, cuando apenas tenía 15 años, después pasó a Araba Gorago y más tarde por Bilbao Berri. En la temporada 2003
04 llegó a Tau Cerámica y en 2007 San Antonio lo eligió en el draft, pero continuó en Tau hasta junio de 2010, cuando Pop entendió que ya era tiempo del brasileño. “San Antonio nos permite aplicar lo que traemos como formación”, dijo el pivote de 29 años.
En la máquina perfecta de básquetbol que ha construido Popovich no hay piezas alternativas. El italiano Belinelli, de 28 años, en 2001 jugó en Virus Bolonia, donde fue compañero de Manu. Al tiempo emigró a Fortitudo Bolonia y en 2003-04, fue campeón de la liga y ganó la Copa. En 2006, con 16,4 puntos de promedio en la Liga y 12,9, en la Euroliga, saltó al draft de la NBA y lo seleccionó Golden State Warriors. Desde entonces RC Buford anotó su nombre, siguió su evolución cuando pasó a Toronto Raptors, New Orleans y Chicago Bulls y el 10 de julio de 2013, San Antonio decidió tener al italiano en su estructura.
El grupo de trabajo que encabezan Popovich y RC Buford, también cuenta con otro hombre importante: George Felton, que desde 2006, está en San Antonio. “Felton le aportó una riqueza de conocimientos y experiencia a nuestro equipo de exploración, es uno de los reclutadores más respetados en la universidad y la NBA”, dijo Buford.
Felton ayudó para la llegada del neozelandés nacionalizado australiano Aaron Baynes, de 27 años, que estaba en la Universidad de Washington, fue elegido en el Draft de 2009, pero emigró al baloncesto lituano (Lietuvos Rytas), pasó por Alemania (EWE Basket Oldenburg), por Grecia (Ikaros Kallitheas), por Eslovenia (KK Union Olimpija) y en enero de 2013 desembarcó en los Spurs. El canadiense Cory Joseph, de 22 años, estaba en la Universidad de Texas, en Austin, y muchos decían que no estaba preparado para la NBA, sin embargo, San Antonio lo eligió en el puesto 29 del Draft de 2011. Y el base australiano Patty Mills, de 26, comenzó en la universidad de Saint Marys, fue seleccionado por Portland en 2009, tuvo una lesión que no le permitió jugar, en 2011 se fue a Melbourne Tigers (Australia), al año siguiente a Xianjiang Flying Tigers, de China y en 2012, Popovich lo quiso entre los suyos.
San Antonio ejemplifica el crecimiento constante del número de jugadores internacionales en la NBA. Esta temporada se ha superado con 92 de 39 países el registro histórico que era de 84 de 38, de la 2010-11. Los Spurs golpean la piedra con fuerza, tienen paciencia y logran sus objetivos: están en la sexta final y van por el quinto anillo.
LA NACION