20 May Las “maras”, un fenómeno cada vez más preocupante
El incremento en los niveles de homicidio en América Central no sólo se relaciona con el narcotráfico o la violencia política. El informe de la ONU publicado en abril alerta de un viejo y preocupante fenómeno: las “maras” o pandillas, que con sus acciones siembran terror en varios países de la región.
América Central, que incluye a Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México y Panamá, registra desde mediados del siglo XX de cinco a ocho veces más homicidios respecto a su población que Europa y Asia, explicó el director de Análisis de Políticas y Asuntos Públicos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), Jean-Luc Lemahieu.
Según el experto, en América Central el principal problema son “las bandas”, grupos de jóvenes que matan para defender su identidad y pertenencia al grupo, por lo que las muertes “son arbitrarias”.
Este tipo de violencia es diferente a la del narcotráfico, que mata “cuando tiene competencia”, pero, en general, “prefiere operar sin muertes”, apuntó el experto.
El Salvador, Honduras y Guatemala son el centro de la crisis de las “maras”, que llegaron a constituir estados paralelos, donde cobran impuestos, imponen sus normas y atemorizan a la población. Las actividades desarrolladas por las pandillas van desde el tráfico de personas, extorsión y lavado de dinero hasta el narcotráfico.
El informe de la ONU destaca, de todos modos, el caso de El Salvador, donde se ven cambios importantes después de la tregua entre las dos principales “maras” (la Mara Salvatrucha y El Barrio 18), acordada en marzo de 2012.
El pacto tuvo un efecto inmediato en los niveles de homicidios, pero todavía no se puede evaluar su impacto a largo plazo, señala el estudio.
Después de la tregua, la tasa de homicidios descendió de seis por cada 100.000 habitantes a 2,8. También bajaron los índices de otras actividades criminales, como la extorsión, también relacionada con las “maras”.
LA NACION