Adiós a Eliseo Verón, un docente nato y un gran provocador intelectual

Adiós a Eliseo Verón, un docente nato y un gran provocador intelectual

Por Fabián Falco
La fría crónica periodística dice que el filósofo y semiólogo Eliseo Verón falleció, en su domicilio de Buenos Aires, a los 78 años de edad.
Pude conocer a Eliseo en una faceta diferente a la de la gran mayoría de quienes tuvieron la oportunidad de aprender de él, pues mi acercamiento y relación tuvo como excusa el mundo corporativo, desde donde pude vincularme y construir un espacio de estima personal que superó ampliamente la admiración profesional.
En los más sencillos encuentros, con café o vino de por medio (creo recordar que evitaba el malbec), Eliseo siempre lograba sacarme de la zona de confort y desafiar mi humilde intelecto para exigirme la comprensión de la realidad desde otro punto de vista siempre -claro estácon un mayor valor agregado.
Las tertulias inevitablemente terminaban catalizando en la comunicación, ese modo tan particular de relacionamiento entre los humanos.
Me escaparé del esfuerzo por avanzar en el eje de la capacidad de producir sentido, de los textos que se inscriben en los discursos y de las ideologías como manera que tiene el sujeto de ubicarse en el mundo…
Apenas quisiera reflejar en estas líneas esa otra dimensión humana y terrenal que marcó Eliseo.
Es esa virtud de saber leer los momentos sociales, independientemente de los estudios de opinión, de las encuestas y hasta de los caprichos corporativos del CEO o del Gerente de marketing de turno…
Las empresas lo buscaban como consultor, pero él fue un docente nato.
Un provocador intelectual que, con un diagnóstico preciso, lograba alinear el corto plazo y la inmediatez que carcome las neuronas y cimientos de las corporaciones, con la mirada de largo plazo de la sociedad.
A nivel internacional realizó estudios, investigaciones y aportes para numerosas empresas y organismos tales como Peugeot, Renault, Elle, Paris Match, Marie Claire, L’Oréal, Air France, RATP, Apple France, Le Figaro, Le Monde, Cidil (el centro de documentación de la industria lechera francesa), el consejo nacional del sida de Francia, Electricité de France, el comité francés para la educación de la salud y el Centro Georges Pompidou.
Docente incansable, había sido designado recientemente como Profesor Emérito de la Universidad de San Andrés, en cuya mesa redonda en su honor tuve la posibilidad de participar junto a Roberto Bouzas, director del departamento de Ciencias Sociales (UdeSA), Antonio Fausto Neto (UNISINOS) y Oscar Traversa, profesor consulto Facultad de Filosofía y Letras (UBA).
Había comprado una modesta casa en Italia, con parroquia incluida, en Rimini, alejada de las grandes urbes y donde casi no funcionaba el teléfono celular.
Le gustaba alternar ese entorno con el espacio intelectual que había construido en su posada del norte de Brasil donde solía encontrarse en los tórridos veranos con los intelectuales más refinados del planeta.
Siempre con sencillez y gran calidez humana. Y siempre atento al periplo profesional de su hijo.
La última vez que vi a Eliseo fue en noviembre pasado cuando tuvo la deferencia de invitarme a participar como docente en su cátedra de la Universidad Nacional Noroeste Provincia de Buenos Aires, en reconfortante viaje por el interior de la provincia junto a su incansable compañero de peripecias intelectuales, Oscar Traversa.
Eliseo participó activamente en los procesos complejos, dinámicos, racionales, emotivos e inconscientes que hicieron mella en muchas de las corporaciones y campañas políticas en la Argentina de las últimas décadas.
Cada vez que los argentinos usamos el teléfono, ya sea fijo o móvil, abrimos la canilla, leímos el diario, en el clásico soporte de papel o digital, cargamos combustible o elegimos representantes…
nos hemos sometido a experiencias cotidianas fruto de contactos o vínculos aspiracionales.
El supo encontrar el camino para leer y comprender cómo se decodifica ese pensamiento transversal que une la marca, el mensaje, los públicos y los consumidores.
En esas dimensiones que trascienden las relaciones humanas y la comunicación social Eliseo ha tenido un rol privilegiado como generador de inteligencia emocional.
Con gran talento e inmensa calidez humana.
EL CRONISTA