Roly Serrano “”Más allá de estar de acuerdo, escuchar al otro siempre es interesante””

Roly Serrano “”Más allá de estar de acuerdo, escuchar al otro siempre es interesante””

Por Alejandra Canosa
Buenos Aires es un horno. Los 35 grados de temperatura obligan a Roly Serrano a refugiarse en un típico barcito de Palermo con botellita de agua en mano. Acepta la entrevista con 3Días para hacer un balance de lo que fue el 2013.
Atrás quedó ese Roly quien alguna vez fue chico de la calle -“se lo que es que te duela la panza por hambre”, recuerda- y no quedándose con eso, abrazó la ilusión de que algo bueno le iba a deparar el destino.
El actor, que hace dos meses dejó el cigarrillo -“fumaba tres atados por día”-, el autodidacta que logró sobrevivir a la nada en sus comienzos, se superó con el tiempo, creció profesionalmente y es respetado por eso. “Hice de todo antes de ser actor, limpié gallineros, fui electricista, me gané la vida colocando cortinas americanas… de todo”. Hoy sueña construír una casita en las afueras de Córdoba y alejarse muy de a poco del caos de la vida urbana. “La ciudad está colapsada, la gente está violenta y vivís estresado; algunas cosas me gustan, otras no”, declara.

¿Dónde quedó el slogan ‘¡Va a estar linda Buenos Aires!’?
– Mirá, yo soy anti-macrista, aunque reconozco que, más alla de que en plena obra del Metrobus era molesto circular, hoy la gente se mueve con comodidad y acortó los tiempos para ir de un lado a otro. Creo que Mauricio y yo tenemos concepciones y proyectos de vida diferentes. Su proyecto tiene que ver con algo menos social y ahí está la diferencia entre él y yo. Creo que tiene menos contacto con la realidad. ¡Si no te dolió la panza de hambre alguna vez hay cosas que por naturaleza no podés ver! No lo acuso, vive en otra burbuja, su concepto es diferente.

¿Qué cosas te duelen de la Argentina?
– Me duele la cantidad de gente que vive en malas condiciones. Algunos viven hacinados en las villas y en algunos casos lo hacen porque es más barato. Por mi condición de actor, conozco cómo funcionan las villas internamente: muchos son trabajadores, chicos que van al colegio y para ellos es muchísimo más barato vivir ahí que trasladarse desde cualquier otro barrio y gastar un dineral en viáticos.

¿Creés que no hay otras opciones?
¡No muchas! ¿Van a ir a trabajar al campo donde no hay reglas de trabajo? ¿Dónde está el sindicato de obreros del campo? Cuando la gente del campo hizo el paro andaban con la 4×4 en la ruta y los peones seguían laburando levantando la cosecha. No le puedo pedir a los habitantes de la villa que vayan a trabajar al campo como esclavos, hacer un trabajo riesgoso y morirse de hambre. Por otro lado la ciudad es un basurero y la gente sobrevive comiendo de la basura. Se necesita un cambio de política social y ahí es donde siento que estoy más lejos de Macri que de Cristina.

¿Creés que las nuevas generaciones de políticos pueden aportar algo?
– Sí, absolutamente. Fijate que la juventud volvió a acercarse a la política y hay que acostumbrarse a convivir con el que piensa diferente. Ese nuevo proceso está generando nuevas ideas.

¿Por qué algunos artistas no reconocen aciertos de quienes piensan diferente?
– Dudo de si eso está pasando. Creo que está instalado en los medios pero no pasa tanto en la realidad. Conozco actores con los que he hablado de política y después en la tele dicen todo lo contrario porque esa vorágine no te permite escuchar. Esa es la clave: más allá de estar de acuerdo o no, escuchar al otro siempre es interesante.

¿Qué ves en la tele?
– Un buen noticiero, documentales de animales, canal Encuentro, paso por los chimentos, me cago de risa y me distraigo entre tanta pálida. Tenés mil opciones. Uno tiene la libertad de elegir en un país donde mucha gente dice que no hay libertad. ¡Acá tenemos hasta la libertad de insultar a la Presidenta y que no pase nada!

¿Se tendría que haber suspendido el festejo por los 30 años de democracia por los incidentes en las provincias?
– Es una pregunta muy difícil de responder. Estuve muy atento a lo que pasaba en el país por los saqueos y por otro lado el festejo de la Plaza. Hay algo de trasfondo político innegable, ya pisando fin de año y ¿cómo puede ser que todas las policías se pongan de acuerdo? Cada pérdida es un dolor enorme y creo que eso ha sido manipulado. Volviendo a la pregunta ¡no sé qué hubiera hecho! No hay peor cosa que el tigre herido, porque lastima más.

¿Qué balance hacés de la gestión kirchnerista?
– Las últimas décadas antes del kirchnerismo me daban la sensación de un departamento cerrado y creo que a partir de este gobierno se abrieron las ventanas y entró aire nuevo, un poco fresco, un poco de olor a podrido. Sí, quedó resaca, pero ya hay un cambio. Siento que hemos subido escalones como sociedad.

¿Un deseo para la Argentina?
– Que tomemos conciencia que no estamos peleados, aceptar las diferencias y dejarnos de joder. No permitir que los demás digan cómo tenemos que pensar y sentir. Ojalá que podamos al fin tener una sociedad tranquila donde al que le toque gobernar pueda construir ideas y llevarlas adelante. Y que sepamos a quién votar, porque desde el año 1810 queremos saber de qué se trata… ¡y todavía no lo sabemos!
EL CRONISTA