10 Mar Futura tormenta solar amenaza con costar U$S 2.000 millones a la economía mundial
El sol está cada vez intolerante. Hasta ahora se sabía que había cuidarse de exponerse a sus rayos durante algunas horas del día. Pero los tiempos cambian, y el sol parece que también no solo pone en jaque a los humanos sino también a la economía global. La semana pasada, el sol liberó la llamarada más poderosa de los últimos cuatro años y los científicos advierten que el mundo tendría que prepararse para una fuerte tormenta electromagnética que, en el peor de los casos, sería como un Katrina global, que le costaría a la economía planetaria unos u$s 2000 millones, sostuvo el Financial Times.
La tormenta solar más intensa de la que se tiene registro, que en 1859 arruinó gran parte de la red telegráfica que se acababa de instalar, tuvo lugar durante un ciclo al que, de lo contrario, se lo hubiera considerado débil. Hoy día una tormenta del tipo de la de 1859 le asestaría un nocaut a la información, a las comunicaciones y a los sistemas de distribución eléctrica del mundo, y según los Estados Unidos, el costo aproximado sería de 2000 millones de dólares.
En términos de vulnerabilidad en la Tierra, el mayor cambio que se produjo desde el pico de 2000 es que el mundo se volvió más dependiente de los satélites con sistema de posicionamiento global (pero no solo en lo que respecta a la navegación). Para estar coordinadas, las redes de teléfonos móviles del mundo dependen de las señales horarias en extremo precisas de los GPS.
Los expertos advirtieron que este fenómeno podría crear una tormenta geomagnética alrededor de la atmósfera de la Tierra, que podría interferir con la energía eléctrica, redes y sistemas de comunicaciones, aseguró la BBC.
También significa que el espectacular despliegue de luz en el cielo nocturno conocido como la aurora puede ser visible en latitudes más bajas de lo habitual.
Aquí en la Tierra, el intenso flujo magnético podría hacer que subiera la tensión eléctrica, lo que llevaría a fallas en la red, como la que dejó a oscuras a todos Québec en 1989.
El ciclo de once años de actividad solar es bastante variable y, en la actualidad, está un poco demorado. Se espera que el próximo máximo tenga lugar en 2013.
Además de la tormenta solar de 1859, en los registros figuran como importantes la de 1972, cuando una tormenta geomagnética provocada por una erupción solar interrumpió las comunicaciones telefónicas de larga distancia en el estado de Illinois (EE.UU.).
Y en 1989, otra tormenta sumió a seis millones de personas en la oscuridad en la provincia canadiense de Quebec.
Los investigadores dicen que el Sol se ha estado despertando después de un período de varios años de baja actividad.
Algunas partes de la aurora boreal ya se han visto más al sur de lo habitual en Irlanda del Norte y en otros lugares en el Reino Unido. Los científicos señalan que se puede esperar una mayor actividad en los próximos días.
LA NACION