07 Jun Aprendiendo con los periodistas
Como la actividad del turf suele desarrollarse en la sección de deportes de los medios periodísticos, conozco a muchos periodistas deportivos (yo mismo fui joven cronista de turf alguna vez, y periodista especialista en derecho, por cierto).
A los que admiro más les observo la sensacional característica no sólo de poder hablar de lo que saben, sino de poder hablar con arte. Hay además una cuestión de miradas: cuando uno tiene un punto de vista, el periodista tiene varios enfoques; cuando uno tiene una convicción, el periodista duda. Del periodista deportivo especialista en turf, admiro el amor (y a veces el sufrimiento) por aquello que describe, que analiza, que critica o que elogia. También admiro la posibilidad de tomar distancia suficiente de esa pasión que yo también poseo, y que esa distancia pueda transformarse en imágenes, textos, palabras y audiovisuales divertidos, amenos, atractivos, formativos.
Además, me cruzo (en mi vida de dirigente-político-presidente de una Obra Social) con otros tantos periodistas así, sin mas. Porque los periodistas tienen esa virtud de ser “generalistas”, de abordarlo todo. Podrá decirse que esa característica -no ser hiper especialistas sobre aquello de lo que hablan- es precisamente su condena. Yo digo que esa posibilidad es una virtud: ver un panorama general y sacar conclusiones rápidas; ver el mapa e imaginar una ciudad, sus casas, sus habitantes, sus vidas, sus rutinas; tener criterio, seleccionar y producir rápidamente.
En los tiempos de la ultra especialización profesional, esa “generalización” del periodismo me agrada, la respeto, porque la posibilidad de aprendeher la realidad de un vistazo es virtud sólo de unos pocos. Uno de los escasos resabios de los tiempos en los que los sabios lo sabían todo…
Más acá: ojalá sigan existiendo los periodistas que sueñan y los que están convencidos de que su tarea está signada por un desarrollo ético, atado a esos sueños. Para ellos: por muchos años más… y gracias.