“El deseo no se pierde así tengas cien años”

“El deseo no se pierde así tengas cien años”

Por Federico Fahsbender
Pepe Soriano habla con cariño de Cristina Kirchner: “Con ella tuve tres o cuatro reuniones, nunca un presidente me había preguntado qué necesitábamos los actores”, recuerda. “Yo te acompaño”, le dijo a la Presidenta, mientras le estrechaba la mano. No fue el único encuentro de Soriano con el poder político: meses atrás llegó al Ministerio de Desarrollo y Bienestar Social, donde consiguió apoyo médico para actores ancianos y habló con un alto funcionario de planes ambiciosos para formar compañías teatrales. Ahí, fue como un sindicalista de peso: Soriano es el presidente de SAGAI, la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes, que se encarga de recaudar los derechos de propiedad intelectual, principalmente los cánones de retransmisión de contenidos audiovisuales. Por ejemplo, si una serie vuelve a salir al aire, si se repite aquí o en el resto del mundo, el actor vuelve a cobrar, y es una caja considerable: “Estamos hablando de más de 60 millones de pesos anuales de recaudación y de 2.500 asociados”, remarca.
A sus 84, Soriano, uno de los actores más venerados de la Argentina, está en un lugar de privilegio. Mientras muchos colegas en edad avanzada se ven totalmente marginados de la chance de conseguir un papel, él se luce con un protagónico en la cartelera marplatense. Y lo más llamativo: que un productor teatral de peso como Carlos Rottemberg le confíe a un actor de 84 años una temporada teatral completa. “La laguna dorada” es la versión teatral de “On Golden Pond”, un film con Katherine Hepburn y Henry Fonda sobre una pareja de ancianos en su casa de fin de semana, y una compleja relación con su hija. La española Charo López es su contraparte: hubo rumores de choques entre los dos, supuestos aires de diva de López que no fueron bien recibidos. Y en la obra, más allá de su tono conmovedor, lo mejor es Soriano, que hace de Román, un viejo amargado, maltratador y lleno de chistes cínicos, sin ninguna corrección política. Toda la sala se ríe con él. Soriano habla fascinado con su vida sindicalista, mientras se reúne con NOTICIAS en la clásica churrería Manolo de la avenida Alem. Y es un jefe gremial insólito para este país: “Laburo para la gente. Yo por eso no cobro un mango”.
Noticias: ¿Cómo fue comenzar a pelear porcentajes con los canales?
Pepe Soriano: El primero en firmar convenio fue El Trece. Llevó un año y poco más cerrarlo.
Noticias: No les debe haber hecho mucha gracia que les vayan a pedir plata.
Soriano: Si yo estuviese en ese lugar, pensaría lo mismo. El acuerdo se hizo un 31 de diciembre. Fue para nosotros un brindis. Tenes que conservar la fuente de trabajo, hay que discutir lo más que podamos a nuestro favor sin perjudicarles el negocio a ellos. Acá estamos peleando acuerdos a 15, 20 años, con aumentos progresivos.
Noticias: ¿Creía en un primer momento que los canales estafaban a los actores?
Soriano: Totalmente. La palabra no sería esa, pero si nunca nos pagaban, ¡entonces la guita se la estaban guardando! Con el tiempo, todos se plegaron; los canales de aire, de cable, cines. Todo lo que sea audiovisual se paga. Y seguimos luchando con hoteles, restaurantes, cadenas de electrodomésticos, por el contenido que se ve en el negocio. Facturamos todo y esa es la ventaja, cobrarles a todos y no esquilmar a un solo tipo.
Noticias: Debe ser el único sindicalista que no cobra.
Soriano: Es que con mis compañeros entendimos que si nos ponemos un sueldo, va a aparecer un montón de gente que va a querer cargos. Yo vivo de lo que gano en el teatro. Sé lo que he padecido, hay empresarios que me deben plata, hay cosas que jamás cobraré. Son reglas de juego del mundo capitalista. Muchos actores, con la plata de SAGAI, han resuelto cosas de su vida personal. Tu familia puede cobrar la plata del convenio hasta 50 años después de que te mueras. Vienen herederos y cobran. Hay compañeros que me dicen: “Hermano, esa guita me salvó la vida”. Una primera actriz me dijo la temporada pasada acá en Mar del Plata: “Con lo de SAGAI pagué una deuda de 150.000 pesos con el banco”. El derecho de intérprete alcanza a 10.000 personas, no solo a los afiliados. Mis últimos cobros fueron de mil pesos o menos, pero porque hago poca televisión.
Noticias: ¿No le interesa hacer televisión?
Soriano: La ficción tuvo un momento brillante, que se perdió. Esto es mi pensamiento personal, eh?, la ficción que se hace hoy en tele no me interesa en términos generales. No me ofrecen papeles, nada. Y se suma que soy la cara visible que les saca la guita a los canales, ¿ja ja ja! Y además ya está, estoy viejo.
Noticias: Pero un rol para usted debe haber. Hizo de Lisandro de la Torre, de mujer, tiene amplitud de registro
Soriano: Es que tampoco me preocupa. ¿Qué aspiraciones materiales puedo tener? Tenía un auto y lo vendí, a la mierda. Vivo tranquilo, ¿para qué quiero más?
Noticias: Dice que está viejo, pero lo contrataron para una temporada entera. No hay tantos actores de edad con un protagónico.
Soriano: Y en el rubro más difícil, que es teatro, algo mecánico, físico. Tengo que estar toda la semana. Tampoco hay tantos actores que lleven gente a una sala. En las revistas salen todos, famosos son todos. Pero los pones en un teatro, ¿y llevan a alguien?
Noticias: “Visitando al Señor Green”, la obra que hizo hace unos años, tuvo tres coprotagonistas: Facundo Arana, Federico Olivera y Jorge Schubert. ¿Por qué se iban? ¿Le tienen miedo los actores jóvenes?
Soriano: Para nada. Arana dejó la obra porque le habían ofrecido una guita para televisión. ¿Qué querés que le diga? A Olivera me parece que el proyecto no le gustaba. A Schubert le encantó hacerlo. No abro ninguna expectativa frente a un compañero más joven. Ahora estoy trabajando con Rodrigo Noya, que tiene 20. Nos vamos a comer juntos, lo quiero mucho. Cuando hablamos algo de lo que yo aprendí, se lo digo fuera del escenario. No soy el testimonio de Stanislavsky; soy un actor y punto. El oficio lo tenes incorporado in¬conscientemente. El tipo que hace funcionar el oficio a conciencia no es buen actor.
Noticias: Su personaje en “La laguna dorada” tiene una oscuridad latente, a flor de piel. No es un jubilado buenito.
Soriano: ¡Para nada! ¡Es un hijo de puta! A la mujer y a la hija las trata como mierda, descalifica a sus vecinas lesbianas. Te engaña porque tiene cierta simpatía. Y no me gusta. Me cuesta cuando se burla de las lesbianas. Bueno, también me tocó hacer de Francisco Franco.
Noticias: ¿Cómo se lleva con Charo López?
Soriano: Bien.
Noticias: Se dijo que hubo cierta mala onda entre ustedes.
Soriano: No hubo nada explícito. Esta mujer vino y al principio se produjeron muchas dificultades, cosas de vestuario, del texto. Esto generó una sutil alarma.
Noticias: ¿Ella se quejaba mucho?
Soriano: Claro. Pero terminó el día que estrenamos. Creo que Charo venía con cierto miedo. Hacía muchos años que no venía a la Argentina. También hay que otorgarle al actor el poder tener miedo encima del es¬cenario. Pero nunca hubo un diálo¬go desagradable. Cuando siento que estoy a punto de putear a alguien, rae voy. ¿Con qué autoridad puedo catalogar a un compañero? Esto que te cuento se reduce al cuidado de la salud de uno. Yo la mía la cuido, tengo un estado excepcional.
Noticias: ¿Hace algún tratamiento en especial?
Soriano: Hace trece años que estoy con uno de los poquísimos médicos ortomoleculares serios que hay en la Argentina.
Noticias: ¿Pero qué le da el médico, exactamente?
Soriano: Aminoácidos, básicamente, una terapia de suplementos tremenda. También, todas las semanas me aplico por vía sanguínea una bolsita con vitaminas. Así, puedo bailar a los 84. No tengo dolores, problemas de memoria, nada. A este médico va Gasalla, por ejemplo. Van compañeros de SAGAI, les hace un precio espectacular. Hay gente que llega a mi edad y está hecha pelota porque tiene una vida de desarreglos. A mí el agua me parece maravillosa, cumplo con los tres litros por día. Y desayuno con un limón entero ex¬primido, me lo tomo de una. Hace siete años tuve un cáncer en la vejiga. No había metástasis, lo controlaron bien. Todos me querían sacar la vejiga. Pero el médico
que me trató me dijo: “La vejiga no te la toco”. Me tuve que bancar rayos y quimioterapia; una internación larga. Cada
tanto me hago un chequeo por ese cáncer. Y aquí estoy.
Noticias: Usted tiene hijos. Su personaje en “La laguna dorada” hace una gran recapitulación de la relación con su hija.
Soriano: Sí, tengo dos de mi primer matrimonio, que pasaron los 50, uno está en España. También tengo una hija de 21, de mi segundo matrimonio. Sigo casado, llevo 30 y pico de años con esta mujer. Y bien, eh, pero bien a muerte. Es psicoanalista, lacaniana. Hablamos muchísimo, todos los días. Ojo, tengo mi propio analista, cuando me siento medio desequilibrado, lo tengo a mano. Es difícil el tema lacaniano: un tipo que te dice que “amar al otro es dar lo que no se tiene”, bueno, la verdad que no sé. (En plena entrevista, una chica pelirroja, alta, de unos 20 años, pasa frente a Soriano, que gira la vista y se asombra.)
Noticias: Creo que los dos miramos lo mismo.
Soriano: Es apreciable. Eso no se pierde así tengas cien años, tiene que ver con el deseo. Después veremos si se puede cumplir o no.
Noticias: ¿Cómo se lleva con el deseo?
Soriano: Muy bien. Pero, para, ¿vos me estás preguntando sobre sexo? Noticias: No necesariamente.
Soriano: Náh, náh; es mentira que a los 84 podes rendir como a los 20. No se puede. Pero el deseo está.
REVISTA NOTICIAS

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