Arte: récords que tienen historia

Arte: récords que tienen historia

Por Alicia de Arteaga
Como todo los años, la temporada del mercado de arte internacional arrancó en Londres y anotó récords históricos en el turno de los modernos e impresionistas, que siguen siendo la crema de la buena pintura aunque los contemporáneos marketineros, onda Jeff Koons, hayan derribado las barreras de los prejuicios y los precios.
Todo parece indicar que el arte es hoy objeto de deseo de los nuevos millonarios rusos, chinos y árabes. Curioso destino para algunas de estas pinturas que pertenecieron a familias judías expoliadas por los nazis, bajo las órdenes de Hermann Göring, quien además de cuadros atesoraba muebles y piedras preciosas. Más de cinco millones de objetos de arte fueron secuestrados durante el régimen liderado por Hitler. Muchos de ellos reaparecieron en el mercado; otros, en museos y colecciones privadas, pero la gran mayoría sigue en el misterio de un triángulo de las Bermudas. El tesoro de los nazis ha sido el objetivo del equipo de Monument Museum of Fine Arts que inspiró el último film de George Clooney estrenado en la Berlinale (ver recuadro).
En una semana, entre Sotheby’s y Christie’s cosecharon más de 500 millones de dólares. Es un landmark para las rematadoras fundadas en la Inglaterra del siglo XVIII para vender libros, “cosas viejas” y el legado de sucesiones eternas. Pero los gigantes del mercado llegaron bastante más allá de lo imaginado en aquel modesto comienzo.
En el último cuarto de siglo, el alza de los precios de las obras de arte ha sido sideral. Sólo para tener una idea, la subasta de la colección Havemeyer, comentada con bombos y platillos a comienzos de los años ochenta, totalizó 35 millones de dólares. Casi la mitad de lo que le costó a su nuevo dueño la naturaleza muerta de Juan Gris en la subasta de Christie’s.
La firma capitaneada por François Pinault (Au Printemps, Chateau Lafitte, Museo Punta della Dogana) ha tomado la delantera de los negocios con una subasta récord, a pesar de haber retirado a último momento el conjunto de obras de Miró, estimadas en 49 millones de dólares, procedentes del gobierno de Portugal.

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El as en la manga de Sotheby’s era el paisaje parisino que eterniza con una paleta exquisita la vista del boulevard Montmartre desde el Grand Hotel de la Russie en plena Belle Époque. Fue pintado en 1987 por Camille Pissarro.
Boulevard de Montmartre matinée de printemps integró la colección de Max Silberberg, un industrial azucarero con base en Breslau, dueño de una pinacoteca digna de un museo con pinturas de Monet, Manet, Sisley, Courbet y Van Gogh. Lo mejor de cada firma entre los siglos XIX y XX, un conjunto que tuvo un triste final.
Silberberg fue forzado por las autoridades nazis, según relataron los expertos de Sotheby’s, “a entregar su colección para una serie de subastas organizadas con fines confiscatorios”. El cuadro sería comprado años más tarde por John y Frances Loeb, benefactores de organizaciones culturales judías. Los Loeb donaron la obra al Museo de Israel, que en el año 2000 decidió devolver el cuadro al heredero Max Silberberg, quien dejó precisas instrucciones para que después de su muerte el óleo saliera a subasta pública.
Así las cosas, la pintura se puso a la venta con un estimado de diez millones de dólares y triplicó la suma frente al asombro de la audiencia. Tamaño, procedencia, tema y fecha conformaban el cóctel perfecto para marcar un récord. Habría que agregar que la vista parisina tiene un parecido cercano con el lindísimo y festivo Monet La rue de Mosnier aux paveurs, récord de 11 millones de dólares en 1986. La noticia fue portada de los diarios y la fecha quedó en los anales del mercado. Era la primera vez que un cuadro pasaba la barrera de los diez millones. Monet resultó el mejor aperitivo para el gran salto: marzo de 1987, cuando Christie’s bajó el martillo por 39 millones de dólares para Los girasoles, de Van Gogh. Y el público quedó mudo.
Las subastas del invierno boreal colocaron a Christie’s a la cabeza de las ventas. La naturaleza muerta de Juan Gris superó todas las expectativas al cambiar de manos por 56,6 millones de dólares.
De los cuadros recuperados del expolio nazi el más recordado será siempre el dorado retrato de Adele Bloch-Bauer que Gustav Klimt pintó en 1907. Fue comprado en 2006 por 135 millones dólares por Ronald Lauder, heredero del imperio de la cosmética fundado por su madre, la legendaria Estée Lauder.

U$S 27.500.000
El hombre está en el mar (Van Gogh)
Pintada por el artista holandés en 1889 en el asilo de Saint-Rémy, duplicó las estimaciones de Sotheby’s. Es la reinterpretación de una pintura de la francesa Virginie Demont-Breton; pertenece a una serie de citas de Van Gogh de obras de artistas que él admiraba.

U$S 16.600.000
Composición con Minotauro (Picasso)
El artista español obtuvo un doble récord en Sotheby’s, al mejorar sus anteriores ventas de una obra sobre papel y un grabado (La mujer que llora I se adjudicó por 5,2 millones de dólares). Las piezas pertenecían a la colección privada del galerista Jan Krugier.

U$S 31.360.000
Boulevard Montmartre (Pissarro)
Fue el lote estrella del remate en Sotheby’s: estableció un récord para el artista danés -en 2007 se habían pagado 13 millones de dólares en Nueva York por la obra El invierno- y duplicó el precio que había estimado alcanzar la casa de subastas (16 millones de dólares).

U$S 56.800.000
Naturaleza muerta (Juan Gris)
Vendida en Christie’s después de haber integrado algunas de las exposiciones más importantes dedicadas al cubismo en el mundo, también marcó un récord para el pintor español. Superó la barrera de los 25,5 millones de dólares alcanzada en 2010 en Nueva York con Violín y guitarra.

U$S 135.000.000
Retrato de Adele Bloch-Bauer I (Klimt)
Es el más recordado de los cuadros recuperados del expolio nazi. Realizado en 1907, fue comprado en 2006 por Ronald Lauder -heredero del imperio de la cosmética fundado por su madre, Estée Lauder- por un precio récord de 135 millones de dólares.
EL CRONISTA