21 Feb Milagro en Siria: un bebe sobrevivió a un bombardeo que destruyó su casa
La imagen de Rateb Malis, envuelto en una frazada y elevado entre los escombros por las manos de su padre, logró conmover al mundo. Y su historia, la de un recién nacido que salió ileso de un atentado que destruyó su casa en Duma, 10 kilómetros al nordeste de Damasco, se convirtió en símbolo de la crueldad de la guerra civil que sacude a Siria.
El pasado 7 de enero, Rateb, de tan sólo 27 días de vida, logró sobrevivir a un bombardeo efectuado por el ejército sirio sobre la localidad de Duma, que convirtió en escombros el hogar de la familia Malis. Su padre, Abu Rateb, lo encontró y con sus propias manos removió las ruinas para salvarlo. Desde entonces, Rateb Malis se convirtió en “el bebe del milagro” en Siria.
Además del bebe, la otra hija de los Malis, María, también logró sobrevivir al bombardeo. Sólo sufrió un pequeño corte en la cabeza.
Luego de sobrevivir al bombardeo de las fuerzas del régimen, Abu Rateb Malis y su familia buscaron refugio en la casa de un pariente, ubicada también en Duma. Allí se dejó fotografiar, el lunes pasado, sosteniendo a su hijo y ante la atenta mirada de María.
De acuerdo con un informe elaborado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organismo con sede en Londres, por lo menos 66.000 de las 130.000 víctimas de la guerra civil que enfrenta al gobierno de Bashar al-Assad con los grupos rebeldes son civiles. De ellos se estima que entre 7000 y 11.000 son menores de edad.
El organismo indicó que estas cifras son el resultado de un recuento de víctimas realizado entre marzo de 2011 y fin del año pasado.
El ataque perpetrado sobre Duma el pasado 7 de enero fue realizado siguiendo una modalidad que en diciembre último terminó con la vida de más de 300 personas, entre ellas, 87 chicos, en la ciudad de Aleppo, en el norte del país. Los ataques se llevan a cabo con helicópteros que lanzan “barriles bomba” sobre las regiones o zonas más pobladas del país.
Los “barriles bomba” contienen kilos de explosivos que provocan daños masivos al estallar. Y, por su efecto devastador, han sido bautizados también “barriles de sangre”.
En tanto, cuando faltan sólo cinco días para el inicio de la conferencia de paz en Ginebra, los enfrentamientos en Siria persisten. Más de 1000 personas murieron en las últimas dos semanas por choques entre militantes vinculados con Al-Qaeda y otras facciones rebeldes, informó ayer un grupo activista, en lo que es la ola de violencia interna más sangrienta entre los insurgentes desde que comenzó la revuelta, hace casi tres años.
Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió ayer a los grupos armados de la oposición siria que las ejecuciones en masa observadas en el norte del país pueden ser consideradas crímenes de guerra. “Recibimos información sobre una sucesión de ejecuciones masivas de civiles y combatientes desmovilizados en Aleppo, Idlib y Raqa a manos de grupos armados radicales, en particular el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL)”, dijo.
LA NACION