27 Jan Spam telefónico: cuando tras un premio “ganado” sólo se esconde una estafa
Por Evangelina Himitian
primera vez que le llegó un mensaje se ilusionó. ¿Sería cierto? Fue hace un año. Un SMS en su celular le anunciaba que acababa de convertirse en acreedora de un 0 kilómetro. Dudó y, por si acaso, no contestó. Dos días más tarde, recibió otro mensaje similar. Cambiaba la marca del auto. Al cabo de unas semanas, Ana Landa, de 29 años, se había convertido en la virtual ganadora de cinco autos, de distintas marcas y modelos. De haber sido cierto, habría entrado en los récords Guinness como la mujer más afortunada del mundo. Pero no, Ana aún viaja en colectivo.
El spam llegó a los celulares y en el último año y medio se convirtió en una verdadera pesadilla, sobre todo para los usuarios de teléfonos inteligentes. Según apuntan en las asociaciones de consumidores, ésta es una de las denuncias que encabezan los reclamos en el rubro telefónico.
En la Justicia hay varias causas por estafas iniciadas por usuarios que de buena fe creyeron haberse ganado el premio prometido. A la mayoría de ellos se les pidió que hicieran un pago o una transferencia que en general ronda los 3000 o los 5000 pesos. Y dicen ser enviados desde concesionarias de autos, desde programas de televisión e incluso desde la Anses. Por supuesto que son falsos. En otros casos, simplemente se les solicita que compren unos 500 pesos en tarjetas de carga telefónica y que informen los números.
“No es sólo el tema del acoso o de los mensajes indeseados. El problema es el costo que tienen para el usuario. Estos mensajes no son gratuitos. Cuestan hasta $ 7,4 cada uno y no figuran en los detalles de los consumos. La única manera de detectar que te los están cobrando es pedir un resumen detallado de los consumos a las telefónicas”, apunta Carolina Suárez, directora del Centro de Educación al Consumidor.
El spam no sólo trae dolores de cabeza a los usuarios, sino también a las empresas telefónicas. Ante la cantidad de reclamos recibidos, Personal, por ejemplo, implementó desde comienzos de este año un sistema para canalizar las denuncias y bloquear a quienes los envían. Por mes, reciben unas 9000 denuncias de usuarios y más de la mitad corresponden a un mismo tipo de mensaje.
Cuando reciben mensajes indeseados, sus clientes pueden reenviarlos al 7726 (los números corresponden a la palabra “spam”). Si la empresa comprueba que se trata de un envío masivo y no solicitado por el cliente y si la línea pertenece a esa compañía, se la bloquea. Y, si no, se le informa a la empresa que le brinda el servicio.
En Movistar, el tema del spam en celulares también preocupa. Desde hace unas semanas, la empresa habilitó un micrositio en su página web ( www.movistar.com.ar/sms-spam ) sobre la problemática, donde se reciben denuncias y se ofrece información sobre cómo evitar estos mensajes o darse de baja. Pero además, a fines de año, la empresa anunció que instrumentará una plataforma para detectar y bloquear el spam de SMS.
Según Fernando del Río, director comercial de Claro, el nivel de preocupación que hay en la empresa por el tema spam es “altísimo”. Hace tres meses, instalaron un sistema para que los clientes reciban una doble notificación cuando están ingresando a un servicio con cargos, ya que, según afirman las empresas, muchos de los usuarios dicen no haberse subscripto a ningún servicio o haberlo hecho en forma accidental sin haber recibido una notificación del costo. Además, desde hace un tiempo habilitaron un centro de atención de denuncias por el envío de SMS no solicitados. Una vez hecho el reclamo, dice la empresa, el número que lo origina queda bloqueado. Otra opción es reenviar el mensaje al 351 80060000 para bloquearlo.
A Analía de Bernadi sus hijos le regalaron un celular touch screen para Navidad. Desde entonces, a pesar de que ella casi no usa Internet, comenzaron a lloverle mensajes con chistes, consejos de moda y el horóscopo. No le dio importancia, pero a fines de mes la factura se lo hizo notar. Una pequeña fortuna, a causa de esos mensajes que jamás había solicitado. Hizo el reclamo, se dio de baja en todos los servicios, pero al mes siguiente los mensajes volvieron. Volvió a tramitar la baja y así se la pasa todos los meses.
MÁS DENUNCIAS
“La cantidad de denuncias por este tema se incrementó mucho desde la masificación de los teléfonos táctiles. Porque muchas veces son servicios premium que no son solicitados por los usuarios. Pero en algún momento les aparecen en forma de banner o publicidad dentro de un sitio y sin darse cuenta le dan OK y comienza un laberinto del que es muy difícil salir”, explica Suárez.
El spam es un problema para los celulares porque no está contemplado en la legislación local. Las empresas consideran que los contenidos premium no son spam, sino sólo los envíos masivos no solicitados. Consideran que en algún momento, aunque sea por error, el usuario los solicitó.
El proyecto de ley que busca regular la telefonía celular está en el Congreso y contempla, del artículo 57 al 59, el spam. El texto, así redactado, establece que las empresas que ofrecen servicios por SMS deben solicitar el alta del servicio mediante un trámite que requiera firma o deje constancia física de que el cliente solicita el servicio. También, que puede darse de baja en cualquier momento que lo desee.
Los especialistas distinguen distintos tipos de mensajes spam. Uno es el de contenidos premium que el usuario dice no haber solicitado (horóscopo, por ejemplo). Otros son los enviados por supuestas empresas como publicidad de productos. Y otro tipo de spam, el más frecuente, es el que busca literalmente generar una estafa. Suele ser el caso de los viajes o de los automóviles.
También están aquellos que se envían para hacer “ingeniería social”. En este tipo de mensajes, se les pide a los usuarios que completen datos personales. En los últimos días, estuvo dando vuelta un mensaje que decía “Agendate mi nuevo número”, cuyo origen es el número 0385.
Como estos mensajes para activarse tienen como requisito que uno conteste, si el usuario tiene el mal tino de responder “¿Quién sos?”, ya quedó atrapado en una red de la que será difícil salir. Sin embargo, algunos usuarios denuncian que sólo por recibirlos y abrirlos en su celular, ya tienen un costo. La recomendación, en todos los casos, es nunca -jamás, por ningún motivo, ni por curiosidad- contestarlos.
LA NACION