26 Jan El norte de Brasil se convierte en una imán inmobiliario
Por Nick Foster
Es una ironía que, en el Brasil del siglo XIX, a lo largo de su nordeste costero y tropical, grandes espacios de tierra fueran abandonadas o, directamente, regalados a los esclavos liberados por no ser aptos para el cultivo de la caña. 150 años después, las cosas son muy diferentes: inversores extranjeros y brasileños se pisan los talones para asegurarse una parcela frente al mar y destinarla a un desarrollo inmobiliario. Esta parte del país se une relativamente tarde a la fiesta que vive el sector en Brasil. Buzios, en el sureste, a cuatro horas de Río de Janeiro en auto, fue descubierto por el jet set internacional, en la década del 60, después de que Brigitte Bardot se dejara fotografiar en una de sus playas color turquesa. Más al sur, Paraty, una joya colonial, ubicada sobre una prístina extensión costera, ha estado en el mapa de segundas viviendas por casi el mismo tiempo. Ante este panorama, la región noreste recién ahora, aunque a paso veloz, está recuperando el terreno perdido, según confirman las últimas cifras. Los especialistas calculan que la feria inmobiliaria anual, organizada en mayo en la ciudad nororiental de Fortaleza por la Asociación de Brasil de Bienes Raíces y Desarrollo del Turismo, debería haber dado lugar a nuevos proyectos por un valor estimado de R$ 2.700 millones. Para comparar: tras la edición 2010 del mismo evento, el valor de contratos cerrados llegó a R $ 1.000 millones.
Inversión, ¿quo vadis?
Muchas de los últimos contratos se realizaron en el nordeste, donde, impulsado por el aumento de los precios de materias primas, el crecimiento económico local está superando el ya alto promedio de Brasil. Por ejemplo, el estado de Pernambuco, que contiene el complejo turístico de Porto de Galinhas, registró un alza del 9,3% del PBI el año pasado, en comparación con el 7,5% para Brasil en su conjunto. ¿Hacia dónde se dirige la inversión? Las 285 hectáreas del emprendimiento Aquiraz Riviera, ubicado de espaldas a las playas del Atlántico y a 25 km de Fortaleza, con un buen indicador al respecto, con una excepción: inusualmente para Brasil, tiene al golf como su principal característica. Pero, además, hay 625 lotes marcados para viviendas unifamiliares y apartamentos de baja altura, con un costo promedio por metro cuadrado de R$ 6.000. Por su parte, un ático de 170 metros cuadrados está disponible por R$ 1 millón. El casual-chic al estilo de Buzios, con espacios interiores y exteriores interconectados, un amplio uso de la terracota, madera a la vista y la obligatoria hamaca colgada en la terraza, son moneda común en los reportes de muchos arquitectos del sur de Brasil. Sin embargo, en la zona tropical del norte-este son difíciles de encontrar. Desarrolladores (y compradores) prefieren las paredes blancas, iluminación sofisticada y aire acondicionado.
El Mundial 2014
La temperatura media supera los 27ºC, en todo el año y el mar suele estar alrededor de 25ºC, dice Jorge Chaskelmann, director de Aquiraz Riviera. Se trata de una ventaja natural, que el noreste puede hacer valer contra Buzios y Paraty, que, si bien han marcado épocas, tienden a cerrar sus puertas entre mayo y noviembre. Más cercano a un centro urbano, en los suburbios de Fortaleza el máximo valor para la compra de un departamento del segemento alto, ronda R$ 4,5 millones: una unidad de 550 cuadrados con vista panorámica al mar, cinco dormitorios en suite, un estudio, seis plazas de aparcamiento cubierto y un departamento independiente para una empleada doméstica. El apartamento, gerentado por el broker Escala Properties, cuenta con pileta y hasta un muelle privado. El trasfondo de este tipo de emprendimiento debe buscarse en la elección de Fortaleza como una de las 12 ciudades anfitrionas de la final de la Copa Mundial de Fútbol 2014: la fecha disparó programas de inversión pública por un valor cercano a R$ 1.300 millones en los alrededores de la ciudad, para incluir proyectos de regeneración urbana, tratamiento de residuos, transporte público y la mejora de carreteras. Un dato no menor es el hecho de que, a medida que Brasil se vuelve más rico y las hipotecas más accesibles, interesados extranjeros están siendo desplazados por compradores nacionales, cada vez más adinerados. Antes de la desaceleración de la economía mundial, los desarrolladores en el noreste identificaban un tercio de sus ventas en contratos de compradores de ultramar. Hoy, en muchos desarrollos, sólo el 5% de los compradores no son brasileños.
EL CRONISTA