03 Jan Ford Mustang: ícono americano
Por Gabriel Tomich
Un ícono de la industria norteamericana y del óvalo. Eso es el Ford Mustang, cuya sexta generación se acaba de lanzar, como una estrella rutilante, entre las luces de Times Square, el corazón del entretenimiento de esta ciudad que nunca duerme.
Este nuevo Mustang no es uno más. Por el contrario festeja los 50 años del modelo, cuya versión original (1965) se lanzó el 17 de abril de 1964 en la Feria Mundial de Nueva York, por lo que suelen llamarlo 1964 1/2. Ese deportivo que fue presentado por el famoso ejecutivo de la industria automotriz Lee Iacocca, que fue su mentor, creó un nuevo tipo de autos sport, los Pony cars, que se caracterizan por dos rasgos distintivos que impuso el Mustang: capot largo y cola corta.
El auto, del que se lanzaron versiones coupé y convertible (lo que sigue incólume), fue un éxito inmediato: 20.000 unidades vendidas el primer día, medio millón en el primer año y más de un millón en 24 meses, con ganancias de más de mil millones de dólares para Ford. El éxito más rotundo de la marca desde el Ford A. Hasta hoy se llevan vendidas más de 9 millones de unidades.
Sin embargo, aquel primer Mustang era un auto con look sport, pero bastante doméstico y tranquilo, basado en la segunda generación del Ford Falcon, del que heredaba toda la mecánica. Pero Iacocca quería que el Mustang fuera un pura sangre. Para eso recurrieron a Carroll Shelby (ex piloto profesional y constructor de los famosos Cobra), que creó la versión Fastback, muy deportiva e inmortalizada por Steve McQueen en la famosa persecución de la película Bullit. Así, entre los modelos más famosos quedó el Ford Mustang Shelby GT350 (lanzado en 1965) y luego el GT500.
TIEMPOS MODERNOS
Estéticamente, el nuevo Mustang recupera la esencia original del modelo: capot largo y cola corta, pero nada más. El resto del diseño (muy bonito) busca asimilar los conceptos actuales en materia de deportivos. Por eso, ahora el parabrisas es más inclinado, la altura del techo más baja y tiene mayor trocha trasera (distancia entre las ruedas del mismo eje), por lo que los guardabarros son más anchos, que rematan en luces traseras tridimensionales.
Pero lo más impactante del modelo es la trompa con forma de morro de tiburón, a lo que se suma la gran parrilla trapezoidal con el pony salvaje que le da identidad al modelo. Este nuevo Mustang derriba uno de los conceptos en los que Ford no quería dar el brazo a torcer: abandonar el eje trasero rígido con brazos de torsión y adoptar, por fin, suspensiones independientes en las cuatro ruedas (un hito histórico), del tipo McPherson con doble rótula adelante y doble brazo atrás para lograr una tenida acorde con las prestaciones de un deportivo con la potencia del Mustang, que no es poca.
Precisamente las tres motorizaciones son nuevas. Por un lado, los clásicos V6 (entrada de gama) 3.7 litros, 300 HP y 407 Nm, y un flamante V8 5.0 de 420 HP y 529 Nm de torque.
El Mustang contará, además, con el nuevo motor Ecoboost 4 en línea 2.3 Turbo (más inyección directa y distribución variable), que entrega 305 HP y un par motor de 407 Nm.
Cincuenta años de producción ininterrumpida, creador de un segmento e ícono de una marca. ¿Qué más? Larga vida al Mustang.
LA NACION