“Me hace sentir vergüenza ser estadounidense”

“Me hace sentir vergüenza ser estadounidense”

Siento vergüenza de ser estadounidense. Amo a mi país, pero está lleno de basura”, dijo Stephen King durante una entrevista concedida a Miguel Mora para el diario español El País. El escritor hizo esta afirmación tras una consulta sobre la venta libre de armas, una causa contra la que el autor de El resplandor milita con fervor. “El 70 por ciento de Estados Unidos es rural, y no tengo problema en que la gente cace ciervos y se los coma. Tener revólveres en casa tampoco me parece mal, yo mismo tengo uno, descargado y lejos del alcance de los niños. El gran problema, lo que me pone fuera de mí, son las armas semiautomáticas. Pegan 40, 60 u 80 tiros seguidos, como la que se empleó en la matanza de Connecticut. Es vergonzoso que se vendan, pero el lobby de la Asociación Nacional del Rifle trabaja para los fabricantes de armas”, sostuvo King.
La entrevista se realizó en París durante la presentación de Doctor Sueño. Esta historia es una secuela de El Resplandor, publicado en 1979, cuyo protagonista era Danny Torrance, el niño que leía el pensamiento ajeno y que sobrevivía a duras penas a los ataques violentos de su padre alcohólico y abusador, Jack Torrance, en un hotel triste. En Doctor Sueño, Danny tiene casi 40 años, bebe como su padre y cuida a ancianos que están a punto de morir. De ahí el título de una novela que es un compendio del potente universo de King: hay vampiros que comen niños para alimentarse, gente con poderes paranormales, tiroteos, rituales satánicos y sesiones de telepatía intensiva.
A los 65 años, King ha publicado unas 50 novelas y vendió 300 millones de libros. Pero al ser consultado sobre estos números respondió: “Lo importante es saber que la cena está pagada, el número de copias que vendes da igual mientras sean suficientes para seguir escribiendo. Adoro este trabajo.” “Me hace feliz saber que mi trabajo conecta con la gente. Crecí para contar historias y entretener. En ese sentido creo que he sido un éxito. Pero el día a día es mi mujer diciendo: ‘Steve, bajá la basura y poné el lavaplatos’.”
“Quiero ser tratado como una persona normal”, insistió King, que en 2003 ganó la Medalla de la National Book Foundation por su contribución a las letras americanas, un año después de que lo hiciera Philip Roth. “Los escritores tenemos que mirar a la sociedad, y no al revés. Si mis editores me dicen que venga a París, es porque quieren vender libros. En las ferias de América trabajan chicas como gancho: se ponen en las puertas de los locales de striptease y mueven un poco el traste para atraer a los clientes. Aquí yo soy el que mueve el traste. En casa estoy en mi sitio, en la silla justa, escribiendo. Es ahí donde debo estar”, afirmó el escritor.
TIEMPO ARGENTINO

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