“Con el Gemini vemos galaxias de cuando la Tierra aún no estaba acá”

“Con el Gemini vemos galaxias de cuando la Tierra aún no estaba acá”

Por Gustavo Sarmiento
Es uno de los sueños de los que ya siendo chicos miran el cielo: poder apreciar al universo desde la Tierra tal como se ve en el espacio. Los astrónomos nacionales tienen acceso a esa posibilidad única. La Argentina es uno de los seis países integrantes del consorcio que maneja el Observatorio Gemini, uno de los diez mejores del mundo, que para la astronomía argentina se suma a los recientes anuncios de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre la constelación de tres satélites de telecomunicaciones ARSAT que lanzarán al espacio en menos de cuatro años, convirtiendo al país en el séptimo del mundo en lograrlo, y el primero de Latinoamérica.
El Gemini tiene dos telescopios de 8,2 metros de diámetro, de los más grandes que existen hoy día: uno se ubica en el volcán apagado de Mauna Kea, Hawaii, y el otro en el Cerro Pachón, ubicado en Chile. En los últimos meses comenzó a utilizar, tras diez años de investigación y desarrollo, un instrumento novedoso e inédito a nivel mundial: el GeMS, que logra quitar el velo atmosférico, los defectos que introduce en nuestra observación.
A raíz de esta participación de la Argentina en Gemini, los astrónomos del país pueden tener acceso a cualquiera de sus instrumentos, para observar la parte del universo que quieran. El resto se reparte entre los investigadores de los otros cinco países miembro (Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile y Australia). Al país le tocan más de 70 horas semestrales: unas 40 en Gemini Norte y un par menos en Gemini Sur, que se reparten en 17 propuestas de investigación ya aprobadas, la mitad de las que se presentaron.
“Lanzar cosas al espacio es caro, entonces actualmente se piensa en hacer telescopios mucho más grandes en tierra, pero el problema es la atmósfera. Gemini viene a resolver ese problema. Es uno de los diez más modernos y grandes que existen, las fronteras son impensadas”, indicó a Tiempo Argentino el astrónomo Favio Faifer, integrante de la Oficina Gemini Argentina (OGA), que depende del Ministerio de Ciencia y que funciona en la Universidad de La Plata.
Para Faifer y el coordinador de la OGA, Sergio Cellone, “obtener desde tierra imágenes en campos amplios, tan buenas como se obtienen desde el espacio exterior, es algo que marca un antes y un después, con la ventaja de que, a diferencia de los demás, este observatorio tiene un telescopio al norte y otro al sur. Nos permite acceder a todo el cielo.” Y graficaron: “Una hora en este observatorio son varios días de observación en un telescopio normal. Tenemos la misma posibilidad que un investigador extranjero.”
–¿En qué consiste el nuevo instrumento llamado GeMS (Sistema de Óptica Adaptativa Multiconjugada)?
Favio Faifer: –Es muy revolucionario. Antes era como cuando ves a lo lejos en la ruta que se van borroneando los objetos a la distancia. Ahora se corrige esa deformidad, se ven todos iguales, con claridad uniforme, lo que permite la comparación y la medición de toda la galaxia que se observa; antes era imposible. Un instrumento típico permite obtener una imagen nítida en un campo de unos diez segundos; en cambio, los argentinos con el GeMS junto con cámaras infrarrojas obtienen una imagen de alta calidad en un campo doce veces más grande. Para que tengas una idea de lo que es un segundo de arco, la Luna llena tiene 1800 segundos.
Sergio Cellone: –Para vencer a la atmósfera, se toma la imagen de la estrella brillante, una computadora encuentra las deformaciones que le produce la atmósfera y le manda la señal a un espejo que se deforma para compensar. Pero para hacer eso se necesita una estrella brillante, y a veces no hay, o está lejos. Entonces la fabrica, disparando un láser de alta potencia a la región del cielo que se quiere observar. La ventaja de Gemini es que no produce una, sino cinco estrellas artificiales que forman una constelación. Aunque tiene sus problemas: hay gente a la noche, bien abrigados, en la montaña, con handys, y cuando ven que aparece un avión en el cielo avisan que se apague el láser.
–¿Qué detectaron en estos años?
FF: –Galaxias de cuando la Tierra aún no estaba acá. La primera imagen directa de un exoplaneta orbitando una estrella similar al Sol, en 2008. Es un planeta con una masa de unas ocho veces la masa de nuestro Júpiter. Ese mismo año, Gemini obtiene la primera imagen directa de una familia de planetas orbitando una estrella normal, a 130 años luz nuestro. También está el quásar más distante que se conoce. La luz que recibimos de él comenzó su viaje cuando el universo tenía sólo un 6% de su edad actual. Esto es, 770 millones de años. A su vez, con Gemini se detectó un sistema doble de estrellas “enanas marrones”, el sistema más cercano al Sol descubierto desde 1916, a apenas 6,5 años luz de nosotros. Y en 2010, Gemini permitió conocer el agujero negro más masivo conocido hasta la fecha. A toda esta capacidad tienen posibilidad los astrónomos argentinos. Se trata de explicar cómo se formaron las galaxias y por qué el universo es como lo vemos. Ese es el objetivo final.
SC: –Siempre hay un par de temas de moda para los que se planea crear un instrumento. Hoy la moda son los planetas extrasolares. Se forman a partir de discos de gas y polvo, y hay un grupo en Córdoba que estudia discos de gas y polvo alrededor de estrellas que, se supone, darían origen al sistema planetario en esas estrellas. En 1991, detectar un planeta más allá del sistema solar era ciencia ficción. En estos diez años ya superan los 600 detectados. En nuestro sistema es muy probable que aparezcan planetas más enanos, como Plutón, pero grandes, la probabilidad es muy baja. Todos los planetas detectados son gigantes, tipo Júpiter, y muy cerca de la estrella madre, lo que haría imposible que haya vida. Se espera que los nuevos telescopios de 40 metros permitan detectar un planeta de la misma masa que la Tierra.
TIEMPO ARGENTINO