04 Oct El genio en la botella: conserjes de lujo al servicio de la banca VIP
Por Laura García
Un jet color rosa para un pedido de mano en Marruecos. Un elefante para el cumpleaños de un chico. Un vuelo privado para un Labrador. Una fiesta de compromiso en una de las pirámides de Egipto. Una cena para dos en un iceberg. O una docena de pavos reales albinos para un evento. Un concierge de lujo consigue todo eso. Hasta una niñera a último momento.
Son el genio en la botella. Los hacedores de caprichos. Y en este negocio de deseos cumplidos, tienen un nuevo aliado: los bancos.
Quintessentially, el proveedor más exclusivo en este segmento -y el que consiguió para sus clientes desde el jet hasta los pavos reales- acaba de sellar un acuerdo con Citigold, la banca VIP de Citi en la Argentina. Es la primera vez que la firma londinense, con apenas tres años en el país, se zambulle en el sistema financiero. Y con una alianza inédita para el Citi en el mundo.
El matrimonio no es casual. Son días de efervescencia premium en el mercado local. El segmento más top, que alguna vez fue dominio de unos pocos, empieza a ser codiciado por muchos. Y cada vez más bancos ponen a punto su oferta con seductoras tarjetas negras y promesas de atención hiper-personalizada. Es el banco dentro del banco. La experiencia VIP del mundo financiero.
Para los clientes que habitan ese mundo, el concepto del conserje no es nuevo. Hoy, AXA y Universal Assistance brindan ya este servicio a los bancos a través de las administradoras de tarjetas de crédito. Pero con Quintessentially llega la expectativa de una propuesta superadora. Con los proveedores masivos no encontrábamos el nivel de sofisticación que nosotros demandamos. Así que trajimos a un player nuevo, lanza Eduardo Savastano, director de Citigold.
El banco proyecta una cartera de más de 40.000 clientes Citigold para fin de año. Elite, el segmento más top lanzado a fines del año pasado, representa menos del 10%. Citi fue de los primeros en emitir los plásticos negros de MasterCard (Black) e hizo punta con la versión más reciente de Visa (Signature).
Cómo entrar a las fiestas
La idea tomó forma hace más de 10 años en Londres. Se juntaron una persona bien conectada, un creativo y un abogado. La persona bien conectada se cansaba de que la gente le pidiera que la hiciera entrar a fiestas y así empezó todo. Crearon una start up dedicada a lo que en el mundo se conoce como lifestyle management. Abrieron primero oficinas en Hong Kong, Dubai, después Nueva York y hoy ya están en 62 países, cuenta Alfonso Martínez de Campos, CEO de Q..
La persona bien conectada era el sobrino de Camila Parker Bowles, la segunda esposa del príncipe de Gales. Y la empresa tuvo tanto éxito que hoy en varios lugares del mundo hay lista de espera, con un cupo estricto de 5.000 clientes.
En la Argentina, la membresía General cuesta 1.500 dólares anuales más un joining fee de 300 dólares. La versión Dedicated, en la que se le asigna al socio un asistente personal que adopta una actitud ya no reactiva sino proactiva, cuesta 5.000 dólares más una cuota de ingreso de 500 dólares.
Martínez de Campos trata de desmitificar un poco el halo de extravagancia que rodea al servicio. La verdad es que el 98% son pedidos más bien normales, advierte. Pero normal es un concepto tramposo y sumamente relativo.
Acá en la Argentina hemos llevado gente a la carrera de Fórmula Uno en San Pablo y si querían, hasta conseguíamos que le den la mano al piloto. Podemos meterte en Augusta, que suele requerir cuatro y hasta cinco años de anticipación. Hemos sentado a clientes en una de las mesas de los Oscar. Y le cumplimos el sueño a un chico de entrar a la cancha con su ídolo. Una vez también cerramos un restaurant para una celebrity que iba a cenar con una chica y no quería paparazzi, cuenta.
En el caso de los extranjeros que vienen de visita, lo que más los atrae es el polo. Cuando llega la temporada alta, incluso muchos se asocian estando acá porque se dan cuenta de que necesitan a alguien de confianza que los guíe. Ahí la foto con el polista es un clásico.
¿Un pedido desafiante? El CEO de Q. se detiene a pensar. Da toda la impresión de que las pesadillas logísticas hace rato que son moneda corriente. Y el excentricismo puede perder mucho de su impacto a fuerza de frecuentarlo.
Finalmente dispara: Un cliente que es fanático de Madonna se enteró que iban a subastar un par de guantes de la época de Like a Virgin en una casa de remates en Londres. Así que teníamos por un lado a esta persona en el teléfono autorizándonos cada oferta y a otra empleada hablando con Londres en plena subasta. Y conseguimos los guantes.
Lo difícil, dice el proverbio, se hace pronto. Lo imposible sólo cuesta un poco más.
EL CRONISTA