Cada vez hay más “apps” para vigilar a los hijos

Cada vez hay más “apps” para vigilar a los hijos

Por Henry Mance
Cuando Apple lanzó el app FindMy iPhone (Buscar mi iPhone) hace tres años, tenía como objetivo ayudar a localizar un smartphone perdido. Pero EJ Hilbert, un ex oficial del FBI, tuvo una mejor idea: instalar el app en los aparatos de sus tres hijos para saber siempre dónde estaban.
Hilbert es parte de una mayor tendencia. Hasta hace poco, la tecnología daba poder a los niños, pero ahora está devolviéndole algo a los padres.
Antes, los papás no sabían cómo grabar los programas de televisión favoritos de sus hijos. Hoy pueden conocer cada movimiento, email y compra que hagan, con la ayuda de una serie de aparatos nuevos.
Las tecnologías de control parental, que comenzaron con cámaras escondidas dentro de muñecos de peluche, crecieron más en Estados Unidos que en Europa. “Hay una leve sensación en EE.UU y cada vez más en Reino Unido, de que si uno tiene un problema lo debería resolver con tecnología”, comentó Paul Bernal, profesor de Derecho en la Est Anglia University.
Pero hasta los padres pueden no estar de acuerdo con el resultado. Mathew Ingram, un periodista especializado en tecnología, siguió las actividades online de sus hijas durante casi una década. “Creía que lo que hacía tenía justificativo porque estaba protegiéndolas”, escribió hace poco. “Finalmente, decidí que la pérdida de confianza era mucho peor que todo lo que teóricamente les estaba ahorrando”.
Los chicos más grandes también están bajo mayor vigilancia. Con el aumento de las pólizas de seguro para conductores jóvenes, más padres estudian colocar cajas telemáticas en sus autos para controlar cómo conducen sus hijos. Las cajas controlan acciones como aceleración, velocidad promedio y giros. A esos datos pueden acceder la aseguradora y el titular de la póliza, que en general es alguno de los padres.
Pero las posibilidades no terminan ahí. Seguir a los retoños más chicos también tiene sus desafíos. Sten Kirkbak trabajaba en una compañía de telecomunicaciones cuando perdió de vista a su hijo en un shopping. A raíz de ese hecho, se le ocurrió la idea de Filip, un reloj que avisa a los padres dónde está el nene y permite hacer llamados de voz. Filip recaudó u$s 10 millones y planea empezar a producirlos este año.
El crecimiento de la vigilancia parental llegó para quedarse.
EL CRONISTA