06 Aug Tensión entre España y el Reino Unido por la colonia de Gibraltar
La escalada de disposiciones y declaraciones entre España y Gran Bretaña por Gibraltar, la colonia británica en la península ibérica, se tensaron ayer cuando Londres aseguró que defenderá al peñón “con todas las medidas necesarias para salvaguardar la soberanía” y Madrid aplicó más controles para cruzar la frontera y advirtió que podría imponer una tasa para entrar o salir del peñón. El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, echó más leña al fuego al denunciar ayer las “amenazas” de España sobre el territorio de ultramar y las comparó con las actitudes de Corea del Norte y del régimen del dictador Francisco Franco. El primer ministro británico, David Cameron, expresó su “preocupación” por la situación en la frontera de Gibraltar, aunque celebró que España aún no haya planteado la aplicación de nuevas medidas para acceder al peñón. Inquieto por unas dispocisiones que pueden castigar a la población gibraltareña y la actividad del territorio, un portavoz de Cameron indicó que el primer ministro buscará clarificar la situación con el gobierno de Mariano Rajoy. “Claramente, tenemos una seria preocupación por los sucesos en la frontera. Específicamente, sobre el asunto de la tasa fronteriza, (aunque) los españoles no nos plantearon la perspectiva de introducirlas”, subrayó la fuente en nombre de Cameron, que está de vacaciones en Portugal.Pese a todo, el gobierno británico se mostró conciliador al afirmar que está en “estrecho contacto” con España y confía en que los dos países puedan mantener buenas relaciones. Para el Reino Unido, las diferencias deben ser resueltas por medios políticos y no con medidas “desproporcionadas”, señaló la fuente, al tiempo que dejó claro que no comprometerá su soberanía sobre Gibraltar. La Comisión Europea (CE) reconoció el derecho de España a controlar su frontera con la colonia británica de Gibraltar, un territorio que no pertenece al espacio Schengen (reglamentación que permite a los ciudadanos de la Unión Europea transitar libremente entre los países que la integran), pero recordó que esos controles “deben ser proporcionados” (ver aparte). Los fuertes controles impuestos por España, con retrasos de varias horas en plena temporada de vacaciones estivales, empezaron hace más de una semana después del vertido de 70 bloques de hormigón en aguas que rodean el peñón, que impiden que los pescadores españoles puedan faenar en esas aguas. España respondió a esa maniobra incrementando los controles en la frontera, alegando un sospechoso aumento de la llegada de tabaco a la parte española, presuntamente fruto del contrabando. Ante el malestar de las autoridades de Gibraltar y de Londres por esos controles, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, respondió que los registros que hace España en la Verja (de Gibraltar) “son legales y va a haber más”. El funcionario también anticipó que el gobierno español está pensando “crear una tasa de 50 euros para entrar y 50 euros más para salir” de Gibraltar, recaudación que consideró vendría muy bien para ayudar a los pescadores españoles. Estas medidas, además de otras, como posibles restricciones en el espacio aéreo español para llegar a Gibraltar, alarmaron tanto a Londres como al gobierno del peñón, cuyo ministro principal, Fabián Picardo, las comparó con los tiempos de Francisco Franco y con la actitud beligerante de Corea del Norte. “Lo que hemos visto este fin de semana es un tipo de ruido de sables que no habíamos visto durante un tiempo. Las cosas que García-Margallo ha dicho recuerdan el tipo de declaración que uno escucharía de Corea del Norte en lugar de un socio de la UE”, dijo ayer Picardo. “Lo hemos visto antes durante el tiempo de Franco en los años de 1960, pero creo que todos esperábamos que esas políticas nunca volverían”, afirmó el funcionario gibraltareño. El descontento de Londres se tradujo en una llamada que el ministro británico de Exteriores, William Hague, hizo a su homólogo español hace una semana y la convocatoria el viernes del embajador español, Federico Trillo, al Foreign Office, que en términos diplomáticos supone una fuerte llamada de atención. « Efe y Ansa como las malvinas Gibraltar es uno de los 16 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de la ONU, como es el caso de las Islas Malvinas. De seis kilómetros cuadrados y en el que viven cerca de 30 mil personas, pertenece desde 1713 al Reino Unido en virtud del Tratado de Utrecht, pero su soberanía es reclamada históricamente por España. La Comisión Europea reconoció el derecho de España a controlar su frontera con la colonia, un territorio que no pertenece al espacio Schengen, pero recordó que esos controles “deben ser proporcionados”. Ese tratado define la falta de controles fronterizos dentro de la Unión Europea, lo que le da a España derechos de fiscalizar la zona limítrofe. España consideró que el vertido de 70 bloques de hormigón en aguas españolas próximas a Gibraltar rompió “una línea” en la que trabajaban ambos países hace más de un año.
TIEMPO ARGENTINO