Brad Pitt: “vivimos en un mundo violento”

Brad Pitt: “vivimos en un mundo violento”

Por Juan Manuel Strassburger
Qué pasa cuando un negocio ilegal es boicoteado? La mafia se molesta. ¿Y qué pasa cuando la mafia se molesta? Llaman a un profesional. En general, se trata de uno de esos tipos implacables que cumplen órdenes sin mirar a dónde y a quién, sólo respetando a quien le dio la misión. Y, a veces, ni siquiera eso. Mátalos suavemente, el retorno de Brad Pitt a las películas de sangre, puños y acción, ya tuvo buenas críticas pese al estreno con cifras de recaudación menores a las esperadas en Estados Unidos.
“Me gusta ser lo más coherente que pueda”, subraya el actor cuando se lo consulta sobre la elección del film que tiene a su amigo Andrew Dominik (el mismo de Chopper y El asesinato de Jesse James) en la dirección, y a Ray Liotta y Sam Shepard en papeles destacados. “Me reconforta que a los críticos les haya gustado. Siempre supe que Andrew era un gran director.”
Coproducido por el propio Brad Pitt, el film significa cierta apuesta personal para el actor: “Realmente disfruté el rodaje. Y ser parte de la producción me motivó. Porque en vez de concentrarme en desarrollar un personaje, tuve que concentrarme en desarrollar un film. Y eso me pareció mucho más estimulante”, considera. “Conozco a Andrew desde la época de Jesse James, y desde entonces había quedado con ganas de volver a hacer algo con él. Es cierto que pasó mucha agua bajo el puente, pero en cuanto vino a verme con esta propuesta, no dudé en decirle que sí. De verdad admiro mucho su trabajo.”
Mátalos suavemente relata una brutal fábula sobre el mundo de los asesinos a sueldo, donde Pitt encarna a un profesional que debe encontrar al responsable de hacer caer un centro de poker clandestino que regentea la mafia. ¿Su misión? Impartir justicia cuando lo averigue. “Estados Unidos no es país, es un negocio”, dispara Brad cuando se le pide que resuma el sentido de este film que no ahorra pasajes violentos a la hora de retratar estos tiempos de crisis y fin de una era global.
“Es un mundo violento en el que vivimos y no estoy para nada de acuerdo con tratar de maquillar esa realidad o hacer de cuenta de que todo es color de rosa. Eso sí: toda la violencia que aparece tiene un por qué. La película no hace gala de una violencia gratuita.
No es nihilista ni cínica”, explica la pareja de Angelina Jolie sobre algunas escenas con golpes y sangre a granel. “Usamos la violencia como metáfora de entender el mundo de los negocios. Y el mundo de los negocios muchas veces se comporta de una manera darwinista. Por eso, para estos tipos, la violencia es una parte desafortunada de sus negocios. Matar o ser asesinados, una posibilidad cotidiana”, completa.
En ese sentido, dar cuenta de la recesión que en los últimos años aquejó a varios del países del norte era importante para Pitt. “Quería hacer una película que hablara del momento en que vivimos. De la recesión y de la crisis”, cuenta sobre esas escenas en donde los gagsters se quejan de que no cuenta con los suficientes recursos para vivir.
A los 48 años, Pitt se muestra satisfecho consigo mismo y lejos de sufrir la llamada crisis de la mediana edad. “No creo que sufra algun tipo de crisis cuando cumpla 50”, sostiene. “¿Por qué? Bueno, porque tengo una gran familia y eso cambió mi vida más que ninguna otra cosa que me pasó.”
Para el actor, la limitación del tiempo se ha vuelto un aspecto fundamental en su vida. “El tiempo con el que cuento es limitado y frágil, y me lleva a evaular en qué lo gasto durante el día. Ver si se trata de algo verdaderamente importante como para separarme de mi familia. O sea, no puede ser algo frívolo. O frívolo durante mucho tiempo.”
Tener una familia numerosa trae no pocas cavilaciones. “Me paso un montón de tiempo pensando en cómo los estoy criando y si estoy haciendo lo correcto. La pregunta que me repito es: ¿qué es lo que quiero inculcarles? Y me respondo: oportunidades. Ya eso me ocupa gran parte del día.”
“Por eso –sigue Pitt– si llegás a esta edad criando una gran familia como la mía y dedicándote a lo que más te gusta, seguramente sientas que estás en el lugar correcto y en el momento adecuado. No creo que sufras una crisis de la mediana edad.”
Recordemos que Pitt y Jolie tienen seis hijos: Maddox, de 11 años, que fue adoptado por Angelina en Cambodia antes de conocer a Brad; Zahra Marley, de siete, adoptado por ambos en un orfanato en Etiopía; Shiloh, de seis, su primera hija biológica; Pax, de cinco, adoptapado en Vietnam; y por último Knox y Vivieen, ambos de cuatro, sus mellizos biológicos.
Una familia numerosa que vive una vida nómade, cambiando constantemente de hogar entre las posesiones que tiene la pareja en el sur de Francia, Los Ángeles y Nueva Orleans, y de acuerdo con las ofertas cinematográficas que van recibiendo. “Somos muy flexibles”, describe. “Vamos cargando nuestras pertenencias y dejándolas en los rincones de cada casa donde vamos.”
Una situación para nada negativa según el actor. “Pienso que vivir en lugares diferentes puede ser muy positivo para su educación. Un gran activo de parte nuestra que espero que puedan aprovechar”, asegura. “Obviamente que les inculcamos muchas cosas, pero ese aspecto, el de conocer muchas realidades creo que es una de las más importantes. Creo que tener una base de operaciones es bueno, pero ser flexibles también. Y no todos tienen esa oportunidad.”
Sin duda, Brad Pitt ama la complicación nada menor de tener una familia numerosa. “A veces se puede pasar mucho tiempo con los chicos. Y a veces, el imperio (o sea, el trabajo) gana la partida. Pero eso sí, nunca nos perdemos el desayuno: todos juntos compartiendo ese momento”, dice. Y añade: “Me encanta que desayunemos todos juntos. Es un caos, pero es realmente divertido.
El actor larga una carcajada imaginando la escena y agrega: “En realidad, todo empieza antes, la noche anterior, cuando nos aseguramos de que las tareas de cada uno de los chicos estén listas y todo lo que tengan que hacer esté previsto. Ahora, por ejemplo, mamá (Jolie) está trabajando, entonces esa tarea me toca mayormente a mí.”
“Es una muy linda edad la que tienen ahora –reflexiona– y en un punto me da miedo que se pase muy rápido. Que en cuanto menos nos lo imaginemos ya están terminando el secundario y viendo dónde mudarse para arrancar con la universidad.”
Sin duda que su idea de familia y paternidad es tradicional, pero también, por momentos, heterodoxa. “La paternidad trae más satisfacciones que casi todo lo demás. Mis preocupaciones mayores pasan porque los chicos se vayan contentos a dormir. Lo mismo que le preocupa al resto de los padres, supongo”. Una forma mixta de entender la crianza que desconcierta tanto a conservadores como transgresores.
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