06 Aug “Gracias a las redes sociales, la innovación se ha multiplicado”
Por Eduardo Punset
Director económico para América latina de The Economist y colaborador con el FMI en los Estados Unidos y Haití, el catalán Eduardo Punset es hoy uno de los principales divulgadores científicos de España. Con más de 1 millón de lectores, dirige desde hace 15 años en TVE el programa Redes, referente de la comprensión pública de la ciencia. Durante su última visita a la Argentina, país al que llegó para presentar el libro Viaje al optimismo (Destino), conversó con Pyme y analizó el rol de la inteligencia emocional en las pequeñas empresas y el cambio de paradigma al que estas se enfrentan.
¿De qué modo la gestión emocional puede generar cambios en los procesos de negocios?
Contemplando los inicios de la gestión emocional en las empresas, la capacidad para gestionar un cambio empresarial es mayor de lo que siempre ha sido, sobre todo, por el descubrimiento del impacto que pueden tener las redes sociales. Hemos pasado a un contexto donde la información disponible es tal, la multitud de la manada es tan dispar y tan grande, que el cambio es trascendental. Gracias a las redes sociales, la capacidad de innovación se ha multiplicado.
¿Qué provecho pueden sacar hoy las pymes de todo esto?
La ventaja es la concreción de cuáles son las nuevas competencias necesarias en la sociedad del conocimiento para triunfar, por oposición a las antiguas, que eran las de las sociedades que nacieron con la revolución industrial. Eran competencias jerarquizadas, como la física y la matemática, y se derrochaba la creatividad. La situación cambió. La primera competencia que están aprendiendo las pymes es que, en lugar de enfrentarse y competir, deben trabajar en equipo. ¿Cuántas horas les han dedicado en la escuela a explicar lo que es trabajar colaborando? Para competir, es necesario pasar a una situación en la que la primera competencia será la capacidad de colaborar con los demás.
¿Todavía el sistema educativo no ha tomado nota?
Está empezando, sobre todo en Holanda y en los Estados Unidos. Pero, todavía, estamos muy lejos de que ese aprendizaje se pueda implementar a nivel de las pymes. La segunda competencia necesaria es entender que decidir intuitivamente, emocionalmente, no es un milagro. Es algo que tiene un fundamento que es preciso aprender. Las decisiones que surgen a raíz del conocimiento emocional obligan a conocer también determinadas estructuras de esta intuición que permita diferenciarlas y aplicarlas con utilidad. Otra teoría es darse cuenta de que las demandas hostigadas por la empatía utiliza los mismos mecanismos que las demandas más concretas, como pueden ser la necesidad de satisfacer el hambre o la sed. Deberemos aprender a multiplicar lo que no hemos hecho nunca, es decir, cuáles son las demandas hostigadas por la empatía por saber ponerse en el lugar de otro, porque ya disponemos de estas conductas cuando son referidas a demandas más físicas o concretas. Luego, están las competencias de tipo normal pero desconocidas para la mayoría de las pymes, como los mecanismos de comunicación digital. Hay un sentimiento falso de creer que, por el hecho de ser joven, se dispone de la totalidad de los conocimientos necesarios para esta comunicación.
¿A través de la gestión emocional, es posible incentivar la creatividad en las pymes?
La creatividad en el sistema antiguo de competencias figuraba en el último lugar. Nos ocupábamos de aquellas competencias que eran necesarias para encontrar trabajo. Pero, de algún modo, se hablaba de la creatividad necesaria como ocurre con las nuevas competencias y es evidente que, aunque parezca ilógico, la mayor creatividad se ejercía con las competencias menos demandadas, como podían ser las artísticas, las danzas. En los próximos años, veremos cómo la creatividad se convierte en un requisito de las nuevas competencias, sobre todo en el contexto de las pymes.
¿Cómo se logra?
Va a ocurrir por la aplicación de las políticas de innovación y de prevención social, resultado de la generalización de las prestaciones sanitarias y educativas. El sistema tradicional ha llevado a la generalización de dichas competencias, de modo que estamos satisfaciendo las prestaciones en materia de protección social y sanitaria pero esto, a su vez, ha conducido a una crisis, a un caos, respecto a estas prestaciones. La única respuesta a esta necesidad es diseñar nuevas políticas prevención.
¿Cómo se aplica en una pyme?
Hay ejemplos como las prestaciones de outsourcing. Son prestaciones que impulsaron a buscar empresas pequeñas que satisfagan en servicios. Pero que, en la práctica, ahora están realizando las empresas pequeñas a un costo menor y calidad mayor.
EL CRONISTA