23 Jul Se concentra para su partido más importante
Resopló y tomó un sorbo de agua antes de adentrarse en el tema. La frase del presidente Sandro Rosell apesadumbró a los asistentes en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva Joan Gamper y conmocionó al planeta futbolístico. “Es la noticia que nunca hubiese querido dar. Tras evaluar los resultados de pruebas rutinarias, a Tito se le ha presentado la opción de seguir un tratamiento incompatible con la responsabilidad de seguir siendo el técnico”, comunicó el presidente de la entidad blaugrana, que flanqueado por el director deportivo Andoni Zubizarreta y ante el plantel, confirmó la forzosa renuncia de Vilanova al cargo.
El drama vuelve a golpear al entrenador, de 44 años, al que en 2011 se le detectó un cáncer en la glándula parótida. La enfermedad lo alejó de la conducción a principios de año, cuando viajó a Nueva York -entre enero y abril- y fue reemplazado por Jordi Roura; antes, cuando era la mano derecha de Pep Guardiola, también debió ausentarse. Siempre volvió, fortalecido y con el espíritu renovado. Lo reflejó en la última campaña, donde el equipo sumó 100 puntos -récord en la Liga de España- y ganó el campeonato por una diferencia de 15 unidades. Así, mantuvo la serie de éxitos que empezó Guardiola, con el que celebró 14 títulos en cuatro temporadas. Entre otros números, asomaron las seis victorias en serie que le ayudaron a protagonizar el mejor arranque en la historia de la Liga…
En el resto de las competiciones el rendimiento no fue tan bueno -Barcelona cayó en las semifinales de la Copa del Rey con Real Madrid y fue vapuleado por un resultado global de 7-0 por Bayern Munich, en la Liga de Campeones-, pero las autoridades del club catalán sostenían el proyecto futbolístico que bordaba la excelencia a partir del toque y la circulación del balón, bajo la tutela del Marqués, apodo que le fijaron en sus días de jugador.
Hombre discreto y humilde, el intercambio de opinión entre las autoridades de Barcelona con el ex técnico Guardiola salpicaron los últimos días a Vilanova. “Cuando estuve dos meses haciendo tratamiento no nos vimos, y no es mi culpa. Es mi amigo y lo necesitaba, pero él creyó que no tenía que estar a mi lado. Yo hubiera actuado de otra forma”, expresó con crudeza Tito, que el próximo miércoles iba a estar frente a frente con Pep, en un partido amistoso entre Barcelona y Bayern Munich.
Abatidos por la novedad, los futbolistas determinaron cancelar el entrenamiento y el viaje a Gdansk, Polonia, donde Barcelona jugaría su primer encuentro de pretemporada. “No hay ánimos. Es un golpe duro, durísimo, pero Barcelona siempre se ha repuesto y hoy no va a ser la excepción”, fue el mensaje esperanzador de Rosell, mientras Vilanova ya se concentra para el partido más importante de su vida.
LA NACION