25 May Un dilema de hierro
Por Marcelo Stiletano
En el mundo de la historieta, los superhéroes más populares siempre encuentran una razón para volver. Más estilizados, más evolucionados, más complejos desde el trazo del dibujo y desde la aventura que les toca vivir, consiguen renovarse. Lo que no se altera con el paso del tiempo (más bien se refuerza) es la matriz de sus dilemas y conflictos interiores. Este factor resulta esencial dentro del inabarcable universo heroico de Marvel. Tan decisivo que opera como fundamento de la exitosa transición del papel a la pantalla protagonizada por algunos de sus personajes clave. Uno de ellos, con Iron Man 3 , regresa a fines de abril para cerrar una suerte de trilogía que, en buena medida, también posibilitó la aparición en el cine de algunos de sus poderosos compinches del equipo de Los vengadores . Casi todos ellos preparan sus nuevos y esperados movimientos, mientras el gran Robert Downey Jr.,se interroga sobre el futuro de Tony Stark y el propio Iron Man. Seguir o frenar, todo un dilema de hierro .
Lo que había ocurrido un año atrás con el Batman de Christopher Nolan y Christian Bale se reproduce aquí en casi todos sus términos. Otra poderosa trilogía, la de Iron Man, con un héroe atormentado como figura central, culmina a lo grande, con un imponente despliegue de producción y todas las expectativas abiertas para un megaéxito de escala global, incluyendo proyecciones en 4D en Japón, con asientos que se mueven y experiencias climáticas.
Todo planeado, establecido y proyectado como para continuar sin obstáculos una marcha que no tiene horizontes y parece pensada, en las palabras animadas de Buzz Lightyear, para viajar hasta el infinito y más allá. Así funcionaron desde el origen las historietas y así imagina Marvel (con sus nuevos y poderosos socios de Disney) el funcionamiento de sus películas, con otros tiempos y en una escala infinitamente mayor.
Frente a estas imponentes y desmesuradas proyecciones, cualquier apariencia de contrapeso resulta minúscula a primera vista. Pero si quien la plantea es nada menos que Robert Downey Jr., el último gran protagonista de esas resurrecciones personales que conmueven a Hollywood, nadie está en condiciones de minimizarla. Sobre todo porque el gran actor es uno de los pilares del monumental edificio que desde hace unos años viene levantando Marvel, rompiendo récord tras récord.
En la película que Buena Vista estrenó entre nosotros el 25 de abril, Tony Stark y su álter ego Iron Man corren el riesgo de perder todo, incluyendo a su novia, Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), en manos de un amenazante villano llamado The Mandarin (Ben Kingsley). Los ataques de pánico que convierten desde el guión a nuestro héroe en un personaje casi artesanal (y también rebosante de humor) parecen haber puesto a Tony Stark en una encrucijada que su intérprete se planteó hace pocos días en clave introspectiva: “¿Cuántas películas de género puedo hacer? ¿Cuántas secuelas para la continuación de un éxito son verdaderamente divertidas? Porque, aunque no se sepa, vengo de una familia de guionistas, directores, actores y artistas innovadores, y el círculo de amigos en el que ellos estaban era gente que tenía partidas de póquer a las dos de la mañana. Ése era el aspecto más reconfortante de mi infancia. Así que existe esta especie de legado que considero una época de entretenimiento muy particular y estoy sintiendo una vuelta a eso. Es lo siguiente que mi esposa y yo vamos a hacer”, reconoció en una charla con la revista GQ.
En los sucesivos encuentros con la prensa durante la gira mundial de promoción de Iron Man 3, iniciada en Seúl hace un par de semanas, el actor no fue tan concreto en el planteo de esos interrogantes, pero en todo momento dejó una puerta más cerrada que abierta a la continuidad, por más que Shane Black, el director de Iron Man 3, confía casi ciegamente en un futuro y aún impreciso cuarto regreso.
Lo único cierto es que Downey Jr. volverá a colocarse la armadura en Los vengadores 2, que llegará a los cines en mayo de 2015 con el desafío de superar sus excelentes críticas y sus astronómicos números: la primera recaudó 1511 millones de dólares en la taquilla mundial y ocupa el tercer lugar entre las películas más rentables de toda la historia.
Antes de que Iron Man, Thor (Chris Hemsworth), Capitán América (Chris Evans), Hulk (Mark Ruffalo), Black Widow (Scarlett Johansson), Hawkeye (Jeremy Renner) y Nick Fury (Samuel L. Jackson) se reencuentren allí otra vez de la mano de Joss Whedon (de quien se dice que ya tiene listo el primer guión y comenzará la producción en febrero de 2014), ocurrirán unas cuantas cosas. En palabras de Kevin Feige, productor ejecutivo de toda esta gran aventura cinematográfica, después del éxito de Los vengadores llegó el momento de renovar el espacio individual que cada uno de los personajes ocupa y poner allí la atención.
En el propio diseño de Marvel, ya estamos dentro de la “fase 2” de un plan de producciones y estrenos que no registra antecedentes y en el que cada movimiento aparece cuidadosamente diagramado en el calendario de los próximos dos años. Así, cuando se apaguen las expectativas que ahora levanta Iron Man 3 llegará el turno de encender por segunda vez la antorcha de Thor. En noviembre, el legendario dios surgido de las sagas escandinavas vivirá, según se anticipa, una nueva etapa en la relación con su enemigo íntimo Loki. Y después de Thor: The Dark World llegará en 2014 otro segundo retorno, el del Capitán América, que compartirá con Black Widow (Johansson) las peripecias de The Winter Soldier, al que se sumará como agente especial de Shield nada menos que Robert Redford.
El año que viene culminará con la llegada de los Guardianes de la Galaxia, suerte de equipo complementario de defensores intergalácticos de la justicia, más una esperada serie de TV sobre Shield al comando del resucitado agente Coulson (Clark Gregg), cuyo piloto podría ser escrito y dirigido por el propio Whedon, y la primera aparición de Ant-Man, el hombre hormiga. Y no debemos olvidar otros parientes cercanos de esta “familia”, que regresan entre 2013 y 2014: el Hombre Araña, Wolverine, X-Men. Héroes que también en el cine siempre encuentran una razón para volver.
LA NACION