14 May Estrés laboral: bajos salarios y alta exigencia, un combo explosivo
Por Soledad Vallejos
Es una amenaza latente en cualquier aspecto de la vida, pero en el mundo laboral suele dar sus mayores batacazos. La tensión provocada por situaciones agobiantes o estrés, a secas, se cuela en todo tipo de trabajo, sector o compañía. Así lo reflejan con crudeza los resultados de una encuesta realizada en marzo pasado por el Grupo Rhuo: la combinación de bajos salarios y alta responsabilidad constituye la primera causa de estrés laboral para el 47% de los argentinos. Ese porcentaje aumenta al 57% cuando se trata de jefes y empleados de rango medio, que, sin ocupar puestos gerenciales, también tienen objetivos que alcanzar, gente a su cargo y el deber de tomar decisiones todos los días.
Según el estudio, que alcanzó a 600 personas, empleadas en relación de dependencia mayores de 18 años, el 35% de los encuestados afirma además haber sufrido alguna enfermedad asociada al estrés, situación que se da especialmente entre los 36 y 45 años (el 50%), y los que ocupan mandos medios (45%). Además, revela que para los menores de 35 años, la falta de tecnología (38%) y el exceso de reuniones (25%) también provocan situaciones agobiantes, o estrés, a secas. Otras causas mencionadas son la incoherencia interna de la empresa (34%) y el mal clima y la burocracia (24%).
“La investigación deja en claro que uno de los factores más importantes de estrés se relaciona con el deterioro de los salarios y la exigencia en las responsabilidades. Este hecho se pone de manifiesto en todos los niveles de la organización y también impacta en los procesos de búsqueda”, explicó Mariela Aliandri, gerenta de capital humano del Grupo Rhuo.
Para María Mirta Pascuali, socia de la consultora Valuar, especializada en búsquedas ejecutivas, los resultados de este trabajo son propios de “un período inflacionario como el actual, donde una gran cantidad no puede acompañar con aumentos salariales el ritmo del índice de precios”. Además, según Pascuali, el empleado mide su descontento en función de las responsabilidades asignadas y del esfuerzo cotidiano. “Entonces, si cuando llega fin de año uno debe pensar 20 veces antes de tomar la decisión de irse de vacaciones o pintar la casa, es lógico que esa situación genere estrés, angustia o depresión.”
Otra de las causas mencionadas en el estudio es la incoherencia interna de la empresa, con una adhesión del 34% de los trabajadores. “Es algo típico en los puestos de rango medio. Porque los jefes suelen quedar atrapados como sándwich dentro de la organización. De arriba llegan directivas que luego no se traducen en la práctica. Se escucha una cosa y se hace otra, y ellos son los que más notan esta incoherencia”, reflexiona Pascuali.
Sólo el 9% de los encuestados afirmó que en su empresa hay programas que apuntan a mejorar la calidad de vida de los empleados. Entre esas opciones, los más mencionados fueron el gimnasio y la comida saludable. Aliandri, de Rhuo, destacó que “para bajar el nivel de estrés en la oficina se perciben diferencias en las distintas generaciones. Mientras que los mayores prefieren tomar un café y hacer una pausa, los más jóvenes se relajan chateando o navegando por la Web”. Para Pascuali, este comportamiento es generacional. “Descansan tuiteando o con el chat; es normal en las nuevas generaciones. Y no consideran una rutina sin tecnología, no pueden vivir.”
El mal clima laboral también acentúa el estrés, pero lo padecen más quienes inician su carrera profesional (33%). En ese mismo sentido, apuntaron los resultados de otro estudio realizado hace dos años por TNS. “El social es uno de los aspectos más valorados, y el 82% consideró como muy importante poder trabajar con gente agradable.” Sin embargo, de los 1010 casos del total de la población adulta, el 56% declaró que su trabajo es “demasiado estresante y exigente”.
Aunque no aparece en el estudio mencionado, la flexibilidad es un componente fundamental (y casi una condición excluyente para los más jóvenes) para lograr un buen ambiente laboral. “Para la gente que hoy tiene más de 45 años, el estrés siempre estuvo asociado a algo que venía junto con un puesto jerárquico. En contraposición, los más jóvenes imponen una escala de valores donde en el balance entre la calidad de vida personal y laboral no hay lugar para el estrés. La flexibilidad es un requisito en su búsqueda laboral, y les importa conocer cuáles son las políticas de beneficios para los empleados que tiene la compañía”, subraya Pascuali.
PÁNICO, ANGUSTIA Y ANSIEDAD, AL TOPE DE LA LISTA
Del estudio del Grupo RHUO también se desprende que el 35% de los entrevistados manifestó haber sufrido alguna enfermedad asociada con el estrés. Los que más padecen esta consecuencia tienen entre 36 y 45 años y ocupan mandos medios dentro de la organización. Como contrapartida, quienes dicen no haber sufrido enfermedad alguna asociada a este motivo son los más jóvenes y quienes ocupan una posición subordinada, empleados sin jerarquía. Por su parte, el 24% de las dolencias más comunes mencionadas fueron pánico, angustia y ansiedad. En tanto, un 20% menciona problemas gastrointestinales; un 18%, contracturas, y un 10% padeció depresión. Respecto de la actitud de la empresa frente a la enfermedad, un 44% reconoció haber gozado de licencia, y un 33% dijo que ante el hecho la empresa no hizo nada.
LA NACION