Woody Allen, el mundo a sus pies

Woody Allen, el mundo a sus pies

Por A.L.
Multifacético: director, guionista, actor, músico, escritor y genio. Cuando se trata de Woody Allen, la objetividad es particularmente difícil de alcanzar. Para pintar de pies a cabeza a este personaje tan particular es imposible pasar por alto su otra pasión: las ciudades. Basta con hacer un repaso por su filmografía, sobre todo, a partir de la última década, para darse cuenta del protagonismo que éstas cobraron en sus películas. Es que para Woody, ya no se trata de encontrar la locación perfecta para contar una historia; por el contrario, se trata de narrarla a través de la ciudad, de su arquitectura, sus atractivos característicos, las personas que allí viven y, fundamentalmente, su identidad.
Según los escritores más antiguos, en la mitología griega las musas eran las diosas inspiradoras de la música y las artes. Al igual que las mujeres, las ciudades que parecen inspirar a Allen a rodar sus películas no sólo se distinguen por su belleza indiscutible, sino por su personalidad, eso que las hace ser tan “como son” y a la vez tan distintas a las demás.
Como no podía ser de otra manera, la primera vez que Woody sucumbió ante los encantos de una metrópoli fue bajo los de su ciudad natal, Nueva York, y Manhattan (1979) fue la declaración de amor perfecta. Aún hoy, más de 30 años después, ningún otro director pudo retratar esta ciudad como aquel Allen que contaba con apenas algo más de 10 años de experiencia en el mundo del cine. La idea de filmar lo que terminó siendo un clásico del cine a nivel internacional se remonta a una cena en la que Woody Allen y el director de fotografía, Gordon Willis, fantasearon con hacer una película acerca de su ciudad en blanco y negro. Así lo resumió Allen: “Siento verdadera pasión y una gran devoción hacia la ciudad de Nueva York, y creo que en la película se la ve de la forma más hermosa que se ha visto nunca en el cine. Cuidamos mucho la fotografía y creo que el resultado es realmente impresionante”. Algunos de los protagonistas de esta obra maestra del cine son los restaurantes Empire Diner y Dean & Deluca, el Central Park, el museo Guggenheim y el MoMA (Museo de Arte Moderno) y el banco frente a Queensboro Bridge, el puente que conecta Manhattan con los barrios de Queens y Long Island City, desde el que Isaac Davis (el protagonista encarnado por Woody Allen) sentencia: “Esta es una gran ciudad. No me importa lo que opinen los demás. Es tan extraordinaria…”
Muchos años después llegó el turno de Londres con Match Point (2005), la primera película que Allen filmó íntegramente fuera de Nueva York que cuenta con un reparto inglés casi en su totalidad. Además, este film también fue el pionero de tres rodados en dicha ciudad, ya que le siguieron Scoop (2006) y Cassandra’s Dream (2007). Los interiores y exteriores de Match Point se filmaron en los barrios de Marylebone, Belgravia, Chelsea, Covent Garden, Notting Hill y en una casa de campo ubicada en el condado de Buckingham. También fueron empleados como locaciones puntos muy turísticos de la ciudad, como el parque St. James y el moderno edificio The Gherkin, que se caracteriza por tener la forma de un pepino.
En 2007 llegó el turno de Barcelona, con Vicky Cristina Barcelona y su casting súper estelar. Sobre la trama, Woody adelantó a la prensa: “La película comienza con alguien enseñando la ciudad a dos personas que acaban de llegar. Mi propósito es mostrar Barcelona igual que muestro Manhattan, muy a través de mis ojos”. Cinco años después, podemos afirmar que lo logró, ya que debe haber muy pocas callecitas de Barcelona que no hayan quedado registradas en esta película. Incluso, dos de las protagonistas (Scarlett Johansson y Rebecca Hall) recorren durante el film La Pedrera, la Casa Batlló y las fundaciones Miró y Tapíes.
Apenas dos años después, el amante incansable estrenó Midnight in Paris (2011), cuyo protagonista principal (Owen Wilson) es un eterno enamorado de la ciudad de la luz. En esta cinta quedaron plasmados puntos tan turísticos y atractivos como la plaza Vendôme, los Campos Elíseos, el palacio de Versalles, los jardines de Monet en Civerny, los museos de L’Orangerie y de Rodin, el mercado de pulgas Saint-Ouen, la Torre Eiffel, la plaza Juan XXIII, el Moulin Rouge, el Panteón y el Sena, entre otros. Las locaciones protagonistas son Shakespeare & Co., que probablemente sea la librería más famosa del mundo, ya que allí se reunían todos los grandes creadores de lengua anglosajona a principios del siglo XX y es donde se conoció por primera vez el Ulises de James Joyce; y las escalinatas de la calle Saint Etienne du Mont, donde Wilson espera a la medianoche que se produzca el milagro que lo hace viajar en el tiempo ocho décadas hacia atrás.
Este año, la musa fue la ciudad eterna, retratada en To Rome with love (2012) que, desde el nombre, se presenta como una carta de amor para esta bellísima metrópoli italiana que funciona como escenario de cuatro historias paralelas. Más que una carta, la película es una postal de una Roma soleada, limpia y tranquila, que comienza con una toma del imponente monumento a Victor Emmanuel II en la Piazza Venezia. También brillan la famosa Fontana de Trevi, la Piazza di Spagna y la Piazza del Popolo, con un obelisco traído por el emperador Augusto después de conquistar Egipto, dos iglesias barrocas gemelas y una fuente de mármol custodiada por Neptuno y sus tritones. En distintos planos también se aprecia Campo dei Fiori, la pequeña Piazza Mattei construida por el Duke Mattei para conquistar a una joven que vivía en un palacio aledaño, la Villa Borghese y las pintorescas callecitas del Trastevere. En esta película, Allen también se arriesgó a ir más allá de las locaciones turísticas de la ciudad para rodar en barrios como San Angelo, Garbatella y Rione Monti.
El próximo destino del cineasta es incierto. Quizás, en algún tiempo no muy lejano, Woody se deje seducir por los colores de Caminito, los adoquines de Plaza Francia y las pizzerías y teatros de la avenida Corrientes, y Buenos Aires también tenga la película que se merece.
EL CRONISTA