La moda baja de la pasarela como un manifiesto artístico

La moda baja de la pasarela como un manifiesto artístico

Por Laura Reina
caballo en el Hipódromo de Palermo; con un imponente manto de estrellas y el Planetario encendido de fondo; en el Faena Arts Center con un increíble mapping 3D del rompimiento del Perito Moreno o simplemente en la calle, ante la curiosa mirada de todos los que pasan y se sienten parte de una gran fiesta callejera.
La moda ha traspasado los límites de los escenarios tradicionales y se volcó a las pasarelas alternativas, en un intento por trascender los muros en los que siempre se ha lucido. Las puestas, cada vez más creativas y arriesgadas, son en sí mismas un manifiesto artístico y también una manera de llamar la atención no sólo desde la ropa, sino desde una idea más completa que incluya un contexto, un marco. El cómo se muestra es tan importante como lo que se está mostrando.
Una de las apuestas más originales fue la de Tramando, que de mano de su creador, Martín Churba, un verdadero experto y hombre curtido en esto de tomar riesgos, transformó una dificultad como la de trasladar a las modelos vestidas y maquilladas desde la casa matriz de Tramando, en la calle Rodríguez Peña, en Recoleta, hasta el hotel Four Seasons, donde iba a ser el desfile. Y entonces surgió la idea de ir caminando y que, a la vez, ese recorrido, fuera una gran pasada callejera.
“Me sedujo la idea de que un desfile en el interior de un hotel de lujo tenga su espacio abierto al público -cuenta Churba-. Decidimos ir por Alvear porque es una calle emblemática de Buenos Aires, pero también porque iba en el sentido del tránsito y entonces podía acompañarnos un auto con música, como para que fuera una fiesta, una parede. ”
Durante el recorrido hubo dos momentos especiales: cuando pasaron frente a la curia, que coincidía justo con el día de la asunción del papa Francisco, y frente a la cual las modelos hicieron una reverencia, y un Harlem shake “bien viral a modo de catarsis” para homenajear al gran arquitecto Mario Roberto Álvarez.
“Lo interesante fue ver cómo se veía la ropa con un calzado de calle, casi con zapatillas, y cómo cambiaba cuando las modelos se pusieron, en el hotel, un zapato que era casi una escultura, que ofrecía mucha más dificultad para caminar, pero que elevaba la colección a una categoría de uso más sofisticado -explica Churba-. Fue una manera de mostrarle al público que Tramando es tanto de día y de noche, depende de cómo lo combines.”

Planetario de alta costura
Para presentar su colección dentro del marco Ciudad de Moda, el diseñador Fabián Zitta no eligió ni un hotel de lujo ni un escenario tradicional. Decidió hacerlo en el Planetario, un lugar que ha sabido ser epicentro de varias movidas culturales, recitales, locación de films y comerciales, meditaciones multitudinarias y muestras de los más diversos artistas. Pero que nunca antes había albergado un desfile de alta costura.
“Elegí el Planetario porque tiene un aire retro-futurista como mi colección -explicó el diseñador preferido de varias celebridades-. Los anillos, las escaleras, las luces y la cúpula encendida ayudaron a que la colección se luzca más. Las pasarelas alternativas complementan las prendas y les da un carácter de presentación integral.”
Para Zitta, que fantasea con repetir la experiencia en un aeropuerto, lo interesante de estos escenarios no convencionales es que permiten presentar un concepto de colección y no sólo la ropa.
En moda, el público siempre busca algo más. Y si bien el diseño es lo principal, se debe presentar un concepto de colección. Igual, lo más importante sigue siendo la cabeza del diseñador, contra eso no hay puesta que valga”, asegura ante el riesgo de que la puesta supere la colección.
Naima también fue otra de las que se bajó de la pasarela tradicional para mostrar su colección otoño-invierno, nada menos que en el Hipódromo de Palermo, con un cierre con modelos montadas a caballo y una puesta teatral en la que no faltó el tango y en la que lo sofisticado se mezcló con las raíces bien porteñas.
Con aires mucho más informales, Levi’s también apostó a un escenario diferente para mostrar su colección invernal y, de paso, homenajear al 501, su modelo insignia, que cumple 140 años. Y para eso, nada mejor que salirse de la pasarela y elegir una moderna locación en San Telmo, como forma de transformar lo viejo y lo nuevo, un espacio de convivencia entre la historia y el presente.

Lucir, mostrar, comunicar
“La ropa es, cada vez más, comunicación y muchas veces se comunica mejor en una presentación que en un desfile tradicional -dice Carolina Gadano, gerente de marketing de la marca-. Hay momentos en que la colección tiene mucho para comunicar y no alcanza solamente con un desfile para poder transmitirlo.”
Pero si se habla de pasarelas alternativas, bien vale destacar el aporte de BAFWeek, que desde hace años viene abriendo las ediciones fuera de La Rural, su lugar natural.
La última gran apertura estuvo a cargo del amo y señor del calzado femenino. Ellas, siempre a los pies de Ricky Sarkany, quien irrumpió en el coqueto y sofisticado Faena Arts Center, en Puerto Madero, un lugar donde el arte, la moda y la tecnología coexistieron en armonía, y donde lo alternativo, lo no convencional, y lo distinto, brillaron más que nunca.
LA NACION