02 May Hollywood retrata la angustia de llegar a la crisis de la mediana edad
Por Diego Lerer
Pete busca un poco de tranquilidad, pero no la encuentra. Es que por ahí anda su padre pidiéndole dinero para mantener a su nueva mujer y a los hijos de ella. Y su hija mayor, preadolescente, que llora y se queja porque no la deja ver diez episodios de “Lost” seguidos. Y Debbie, su mujer, que está enojada con él porque el tipo no tuvo mejor idea que tomarse un Viagra como regalo para cuando ella cumplió 40. El gran plan de Pete para escaparse del caos familiar consiste en encerrarse en el baño con su iPad.
En “Bienvenido a los 40”, Pete y Debbie atraviesan sus respectivas “crisis de la mediana edad”. Las tienen juntos y por separado. A Pete le va mal con su discográfica y su casa corre peligro. Y Debbie cree que la empleada de su local, una chica sexy que interpreta Megan Fox, se queda con su dinero. A la vez, deben enfrentarse a una relación que parece haber quedado aplastada bajo el peso de hipotecas y reuniones en el colegio.
“Bienvenido a los 40” no es la primera película de Hollywood que se plantea analizar ese tipo de crisis. Ni siquiera es la primera vez que su director, Judd Apatow, lo hace: el hombre, se ve que obsesionado con el temido numerito, debutó -es una manera de decir- con “Virgen a los 40” , aunque ese era en un caso, digamos, bastante particular. Y si bien la comedia romántica es un género que se nutre de conflictos de personas más jóvenes, muchos de los mejores exponentes del género exploran lo que sucede cuando las idas y vueltas del amor afectan a hombres y mujeres que deberían estar ocupados en reunirse con el contador, pensar si pueden irse afuera un fin de semana largo o haciéndose chequeos médicos.
Hay grandes comedias románticas sobre segundas oportunidades como “Un gran chico”, basada en una novela de Nick Hornby, explorador constante de estas crisis, como queda claro en novelas suyas desde “Alta fidelidad” hasta su reciente “Juliet, desnuda”. También está la horriblemente titulada aquí “Fin de semana de locura”, basada en “Wonder Boys”, novela de Michael Chabon, otro escritor que mete la nariz en el mundo de los de “cuarentaytantos” en novelas varias, como su última “Telegraph Avenue”.
Hay muchas buenas comedias sobre el tema (varias con George Clooney, que siempre parece andar por los 40 aunque tenga 51), pero sin duda la más notable exploración sobre esa sensación de llegar a una edad en la que parece que todo siempre todo será igual, y probablemente cada vez peor, es “Hechizo del tiempo”, en la que Bill Murray descubre que la única forma en que se puede evitar que todos los días se parezcan a sí mismos es, caramba, enamorándose…
Pero si hay una película que se hunde en la mezcla de fascinación y patetismo que acompaña la idea de una “segunda juventud” esa es “Maridos”, de John Cassavetes, en la que tres hombres (Peter Falk, Ben Gazzara y el propio Cassavetes), luego de asistir al funeral de un amigo, deciden pasarse unos días de juerga desenfrenada abandonando mujeres y vidas suburbanas para entrar en una espiral descontrolada de alcohol, chicas y apuestas.
La crisis de la mediana edad no sólo afecta a los hombres y Hollywood lo ha sabido aprovechar, ya que las mujeres de 40 o más son un público potencialmente enorme. Desde historias como “Comer, rezar, amar”, con el viaje de una mujer para escapar de un matrimonio que no va a ningún lado, a historias que apuestan a una segunda oportunidad en el amor, como “Los puentes de Madison”, las mujeres tienen varias películas en las que pueden explorar la angustia de cruzar esa temida barrera.
Y si se busca una película sobre la crisis de la mediana edad que agrupe e integre a toda la familia, la mejor opción es “Los increíbles”, en la que papá y mamá superhéroes descubren una manera bastante extravagante de superar sus respectivas alienaciones cotidianas.
Las series de TV son -por su extensión – el medio en el que mejor se puede analizar este tipo de crisis. Después de todo, ¿qué son “Breaking Bad”, “Mad Men”, “Louie” y hasta nuestra “Graduados” sino intentos de observar los deseos, problemas y miedos de personajes que rondan los 40 y que se plantean qué cuernos hacer con sus vidas? Si bien es cierto que los hombres de esa edad no suelen dejar todo para transformarse en magnates del narcotráfico, la idea es la misma: redescubrir, cuando nadie lo espera, el lado salvaje de la vida.
Es cierto que la crisis de los 40 ya no es lo que era hace unas décadas. Sea por la debacle económica, por los cambios de hábitos culturales y tecnológicos, o por las mejoras en la salud, muchos de los que llegan hoy a los 40 recién están entrando a la edad adulta, no promediándola. Viviendo con los padres mucho más tiempo, cuidando su figura a extremos impensados en la época en la que John Updike escribía su serie de novelas sobre Harry “Rabbit” Angstrom (que ya tenía su crisis de la mediana edad a los 26), o bien manteniéndose al día con las últimas novedades vía redes sociales, los cuarentones de hoy pretenden hacer de cuenta que la crisis recién les tocará a los 50. O a los 60. O nunca, en tanto haya nuevas aplicaciones para descargar en el iPad.
LA NACION