30 Apr Las ventas de arte, ajenas a la incertidumbre política
Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
El lunes pasado en el Palazzo Clérici de Milán se vendieron obras por u$s 11 millones, lo cual representó el 96% de lo ofrecido. Esto ocurrió aun cuando en Italia no se sabía aun quién sería el presidente, y menos el primer ministro. La única autoridad confirmada y activa en la Península era el admirado Papa Francesco.
En Buenos Aires las cosas tampoco están fáciles, entre denuncias, nafta y dólar a más de nueve pesos, bolsos, aviones y reformas judiciales. Pero el arte va por otro camino. La casa Roldán, por ejemplo, realizó un gran remate y con grandes precios en su venta.
Fue sorprendente, con precios que superaron sus estimaciones más altas. Un típico Quinquela Martín de 90 x 80 cm. de 1945 fue bien pujado y vendido en u$s 75.000 confirmando que es el más demandado y popular de los artistas argentinos. Los Ombúes del sensible Nicolás García Uriburu se han convertido en una de las obras más deseadas en el mercado. Siempre se venden muy bien y la demanda es muy fuerte desde hace una década. Por uno de 100 x 140 cm. el comprador debió abonar u$s 35.000 y creemos que es una buenísima compra.
Los paisajes de Spilimbergo son escasos y generalmente los compradores buscan sus figuras, que son más representativas con sus ojos grandes y penetrantes. Pero un coleccionista debió pagar u$s 32.000 por uno realizado en San Juan, lo cual muestra que había varios candidatos. Muy buenos precios logran las obras de Luis Fernando Tatato Benedit, no solo las últimas que realizó, sino también algunas de hace mas de 40 años. Se han pagado en esta buena subasta entre u$s 30.000 y u$s 17.000.
De la escultura cumbre de Pablo Curatella Manes, Los equilibristas, hay cuatro medidas que el artista realizó. La más pequeña de 21 cm., otra de 40 cm. de altura, otra de un metro y otra de casi tres metros. Por la pequeña se pagaron u$s 18.300, gran precio que demuestra que aquí también hay fuerte impulso en la compra de esculturas.
Por una obra de Antonio Seguí se pagaron u$s 9.000 y medía tan sólo 54 x 45 cm.
Esta semana la firma Arroyo vendió 81 obras, con pocas de interés para los coleccionistas y compradores. Sólo se destacó un surreal Vito Campanella que logró u$s 15.500 y una obra del popular tallista chaqueño Juan de Dios Mena que alcanzó los 7.000 dólares. Ahora están llamando a consignantes para poder hacer un catálogo atractivo en su subasta especial del mes de mayo. Se hace muy difícil que los comerciantes o particulares envíen obras de importancia a la venta, ante la dificultad de poder reponerlas.
Volviendo al remate de Milán, Christies quedó feliz con las operaciones. Las dos figuras excluyentes fueron el rosarino Lucio Fontana (1899-1968), y el metafísico Giorgio de Chirico (1888-1978). Del primero se vendieron las cuatro mejores obras ofrecidas en u$s 2,3 millones, superando en un 50% sus estimaciones. Participaron inversores y coleccionistas de 15 países y de cuatro continentes, mostrando la globalización absoluta del mercado. De Chirico fue pujado por tres obras que sumaron u$s 1,8 millones y que subieron un 20% sus estimaciones.
Dentro de un mes se realizará el remate de Arte Latinoamericano en Nueva York , con buenas obras de arte brasileño que superarán cómodamente sus bases y aparece una obra emblemática de Quinquela, que estaba en venta en nuestro país en u$s 400.000. Había sido el regalo del Presidente Alvear al Príncipe de Gales en su visita en 1924. Luego la compró el Dr. Squirru en una subasta en Escandinavia donde estaba de misión diplomática. Urgido de efectivo hace unas décadas la vendió en el Banco Ciudad donde la compró un miembro de la familia Rosarios, propietarios del Claridge Hotel. Y hace unos cinco años la compró un galerista que está cerrando su sala en Buenos Aires para abrir otra galería en la cálida y pujante Miami. Es por eso que está enviando parte de su stock a subastas americanas.
Hoy habrá una importante subasta en la Casa Azur con obras de gran calidad de Luis Felipe Yuyo Noe, Justo Lynch, Antonio Berni, Benito Quinquela Martín, Fortunato Lacámera y Adolfo Nigro. Recomiendo ir a Puerto Madero para ver en la Colección Fortabat una impecable muestra antológica de Aizemberg.
EL CRONISTA