28 Feb El chocolate, el aceite de oliva y el zinc bajo la lupa
Por María Victoria Dentice
La investigación en el ámbito universitario asume distintas caras y todas ellas buscan contribuir a mejorar la calidad de vida de los argentinos. La universidad es uno de los lugares claves para tratar problemáticas de la más diversa índole, que hace no mucho tiempo escapaban a su campo de estudio o quedaban relegadas a científicos. Hoy, profesores, becarios y hasta los alumnos de universidades de todo el país se animan a llevar a cabo tareas que merece la pena destacar.
El primero de los aportes es de la Universidad de Cuyo, de la Facultad de Ciencias Médicas, desde ya hace algunos años, un equipo de trabajo dirigido por el investigador Martín Bruno busca respuestas a los interrogantes que plantea la enfermedad degenerativa neuronal conocida como “mal de Alzheimer”. En ese sentido, encontraron las primeras pistas para prevenir el famoso mal en las nuevas generaciones, en un componente impensado y de uso cotidiano, el aceite de oliva. Los investigadores analizan los efectos preventivos que pueden tener los agentes antinflamatorios y antioxidantes presentes en el aceite de oliva extra virgen sobre ciertas proteínas cerebrales, que tienen un alto componente preventivo de la enfermedad. El dato no es menor, si se considera que uno de los primeros síntomas que denota la enfermedad es el daño oxidativo neuronal y durante todo el proceso de la enfermedad, el cerebro de la persona está expuesto a daño oxidativo. Además del efecto antioxidante de los polifenoles presentes en el aceite de oliva, se encontró que la presencia de oleocanthal le confiere al aceite características antinflamatorias y neuro protectoras. Para analizar estas propiedades, los investigadores emplearon ratones modificados genéticamente que desarrollan la enfermedad y los trataron con aceite de oliva extra virgen como suplemento en su alimentación diaria. De esta forma, aspiran a dilucidar los efectos y mecanismos moleculares que podrían conferirle al aceite de oliva una propiedad preventiva contra la tan temida enfermedad. Por lo pronto, afirman que tomar dos cucharaditas diarias de aceite de oliva extra virgen resulta un buen bálsamo para cuidar las neuronas a largo plazo.
Por su parte, la Universidad de la Plata, cuenta con los profesionales del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (CIDCA) bajo la dirección de la doctora Alicia Califano, junto con Silvina Andrés y Lucas Marchetti, en la tarea de obtener un embutido saludable, a partir de la modificación del proceso de preparación del alimento. En la nueva formulación se redujo hasta un 15% el contenido graso del embutido por lo que una vez que se comercialice, se minimizarán los riesgos de que quienes los consuman desarrollen enfermedades crónicas. Al respecto, la directora del proyecto explicó: “Este trabajo pudo disminuir el contenido graso de las salchichas al 5% (las comunes tienen un 20%), logrando, a su vez reemplazar las grasas saturadas por aceite de pescado sin que se modifique su sabor tradicional. De esta manera, los chicos incorporan aceite marino a su dieta, ya que el pescado no es muy consumido por la población infantil”, aseguró.
También el chocolate resulta un buen aliado de la salud, específicamente del corazón, asi lo afirman desde la Facultad de Farmacia y bioquímica de la UBA, el equipo de investigación, codirigido por el doctor César Guillermo Fraga y la doctora Mónica Galleano. El mismo realizó estudios con chocolate en jóvenes futbolistas y en la actualidad trabaja con epicatequina, que es el principal flavanol presente en el cacao. Siguiendo la huella histórica que afirma que los efectos del chocolate sobre la salud benefician en el control de la presión arterial y, como consecuencia, en la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares, se esperan nuevos resultados del grupo de estudio que demuestren esto.
También esta misma facultad se encuentra investigando el déficit de zinc en la vida fetal que generaría daños severos en la adultez. él mismo está siendo llevado a cabo por un equipo compuesto por Cristina Arranz, profesora titular de Fisiología e investigadora independiente del Conicet; María Ángeles Costa, profesora adjunta de Fisiología e investigadora adjunta del Conicet, y Lorena Tomat, docente de la cátedra e investigadora asistente del Conicet. Los resultados preliminares de la investigación arrojaron que la restricción de zinc en la dieta de la madre durante la vida fetal y la lactancia, incluso moderada, provoca daños cardíacos, induce un aumento de la presión arterial y altera la función renal en la vida adulta del niño. Las investigadoras trabajaron con ratas que fueron apareadas con machos de la misma especie. Las hembras fueron alimentadas con una dieta baja en zinc durante la preñez y el período de lactancia, para emular la situación de carencia moderada.
TIEMPO ARGENTINO