18 Feb Soy consciente de la gravedad de mi acto: Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI aseguró que es muy consciente de la gravedad de su decisión de renunciar al pontificado, pero también de la certeza de su incapacidad física para seguir en el ministerio petrino.
El pontífice reconoció que ha vivido “días no fáciles” tras comunicar al mundo la noticia el lunes pasado.
Más de 8,000 personas se dieron cita la mañana de este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano para participar en la audiencia general del obispo de Roma, la penúltima de su pontificado.
Joseph Ratzinger ingresó vestido de blanco y caminando normalmente en el auditorio, que se encontraba repleto, poco después de las 10:30 horas local (08:30 GMT) y fue recibido con un caluroso aplauso. Desde un trono en el centro de la sala presidió la reunión.
Apenas tomó la palabra, tras la lectura de un pasaje bíblico en varios idiomas, los asistentes le interrumpieron con otro largo aplauso. El respondió con un: “¡Gracias por vuestra simpatía!”.
“He decidido renunciar al ministerio que el Señor me ha confiado el 19 de abril de 2005. He hecho esto en plena libertad por el bien de la Iglesia, después de haber rezado largamente y de haber examinado ante Dios mi conciencia”, dijo en italiano.
“(Soy) bien consciente de la gravedad de tal acto, pero al mismo tiempo (soy) consciente de no estar más en capacidad de desarrollar el ministerio petrino con la fuerza que ello requiere”, agregó.
Más adelante indicó que se siente sostenido e iluminado por la certeza que la Iglesia es de Cristo y él no le hará jamás faltar su guía y su cuidado.
En ese momento Benedicto XVI improvisó, saliéndose del texto oficial, para confesar que ha sentido “casi físicamente”, en estos días “no fáciles”, la fuerza de la oración que el amor de la Iglesia y los rezos de todos los fieles le han procurado.
“Agradezco a todos por el amor y la oración con la cual me habéis acompañado. Continuad a rezar por el Papa y por la Iglesia. El señor nos guiará”, agregó.
Inmediatamente después continuó con el normal desarrollo de la audiencia general, con una primera reflexión en italiano sobre el pasaje bíblico de las tentaciones de Jesús en el desierto.
Según el Papa, reflexionar sobre ese episodio es una invitación a responder a la pregunta fundamental: ¿Qué es lo importante en la vida? y ¿Qué puesto ocupa Dios en la propia existencia?
Advirtió que las tentaciones afrontadas por Cristo, a instancias del demonio y antes de iniciar su vida pública, muestran el riesgo de instrumentalizar a Dios, de usarlo para el propio interés, para la propia gloria.
Sostuvo que dar a Dios el primer puesto ante las tentaciones requiere convertirse, significa seguir a Cristo de forma que su evangelio sea la guía concreta de la vida, es reconocer que somos criaturas, que dependemos de él, de su amor, que solamente perdiendo la vida por su causa la podemos ganar.
“Convertirse es no dejarse invadir por las ilusiones, las apariencias, las cosas, es buscar que la verdad, la fe y el amor en Dios sean lo más importante de nuestra vida”, señaló.
Luego, en español, saludó cordialmente a los peregrinos provenientes de España, Perú, México y otros países latinoamericanos.
“Invito a todos en este tiempo de Cuaresma a renovar el compromiso de conversión, dejando espacio a Dios, aprendiendo a mirar con sus ojos la realidad de cada día”, apuntó.
EL ECONOMISTA