11 Jan Hollywood recurre a la Biblia para atraer a muchos más que los creyentes
Por Erica Orden
El arca de madera de 45 metros de largo en la próxima cinta Noah (Noé), no sólo llevará consigo numerosos animales, sino también una de las apuestas más grandes en años de Hollywood.
Noah, una película épica en la que Paramount Pictures, de Viacacom, ha invertido US$125 millones, está protagonizada por Russell Crowe y dirigida por Darren Aronofsky. También forma parte de una nueva ola de filmes religiosos en producción.
Existen razones económicas que explican la acogida que Hollywood le ha dado a la Biblia. Los estudios dependen cada vez más de material que ya cuenta con una audiencia, algo que el Libro Sagrado (el más vendido de la historia) ciertamente tiene. Al igual que los superhéroes de historias de los que la industria del cine ha dependido durante la última década, las historias bíblicas son fácilmente reconocidas por las audiencias en todo el mundo. Aún mejor, los estudios no tienen que pagar derechos de autor para adaptar las historias y personajes que ya son de dominio público.
Con diluvios, plagas, y mares que se parten por la mitad, las películas bíblicas son un vehículo excelente para efectos especiales de gran presupuesto, un punto de atracción clave para buena parte de la audiencia. Paramount espera que Noah pueda llegar al público religioso que “usualmente va al cine una o dos veces al año”, dijo el vicepresidente de Paramount, Rob Moore.
Además de Noah, Warner Bros. Pictures de Time Warner, está produciendo una cinta sobre Moisés, que probablemente será dirigida por Steven Spielberg, según fuentes al tanto de los planes. Warner Bros. también adquirió recientemente un guión sobre Poncio Pilatos.
Por su parte, Sony Pictures está desarrollando The Redemption of Cain (algo como La redención de Caín) un filme sobrenatural inspirado ligeramente en la historia de Caín y Abel, un proyecto que sería el debut como director de Will Smith. Y Lionsgate distribuirá Mary, Mother of Christ (María, madre de Jesús) que es promovida como la precuela de La pasión de Cristo.
Desde 1950, Hollywood no había estado tan entusiasmado con la Sagrada Escritura. Después de la Segunda Guerra Mundial, la industria del cine se apoyó en historias religiosas como vehículos para sus principales estrellas, particularmente Charlton Heston, quien en 1956 protagonizó Los Diez Mandamientos, y en 1959 Ben-Hur. Otro éxito en taquilla fue Sansón y Dalila, que se estrenó en 1949.
Sin embargo, en los años 60, varias películas inspiradas en la Biblia fracasaron. Como resultado, las cintas religiosas costosas fueron señaladas como las responsables de los problemas financieros de los estudios durante esos años, cuenta Drew Casper, historiador de cine y profesor de la Universidad del Sur de California.
La última cinta bíblica que capturó el grueso de la audiencia fue La pasión de Cristo. La película de 2004 producida por Mel Gibson sobre la crucifixión de Jesús, recaudó US$611,9 millones en la taquilla global. Pero pocas historias inspiradas en el Libro Sagrado han tenido éxito rotundo desde entonces. La cinta animada El príncipe de Egipto de 1998 recaudó US$218,6 en todo el mundo, por debajo de las expectativas.
Los beneficios comerciales de revivir películas religiosas podrían ser substanciales para los estudios, ya que se ahorran el pago de licencias a editores, autores y herederos de la propiedad intelectual de los personajes. Además, la Biblia cuenta con suficientes personajes y drama. Por ejemplo, Marvel Entertainment, de Walt Disney, le otorga la licencia de El hombre araña a Fox. Marvel recibe un porcentaje de las ventas de la película, estimadas por los analistas en hasta 5%.
Al mismo tiempo, el material bíblico presenta suficientes desafíos. Las historias han sido sujetas a siglos de interpretación e investigación académica, y además cada director, ejecutivo y espectador ve el contenido desde su propia perspectiva, y la religión es un área donde existe muy poco consenso.
Los aspectos negativos podrían ser grandes, dijo Jonathan Bock, presidente de Grace Hill Media, una empresa de marketing que ha ayudado a varios estudios de Hollywood a capturar la audiencia religiosa.
La controversia complicó a La última tentación de Cristo, la película de 1988 de Martin Scorsese acerca de la vida de Jesucristo y las tentaciones que enfrentó. La película, que incluye una escena donde Jesús se imagina manteniendo relaciones sexuales con María Magdalena, recibió fuertes críticas de grupos cristianos que organizaron boicots y protestas contra la cinta. La película, que fue prohibida en varios países, fue un fracaso, y recaudó sólo US$8,4 millones.
Varios ejecutivos de la industria indicaron que el público de hoy podría estar abierto a las lecciones inspiradoras de la Biblia en un momento en que el mundo atraviesa un desequilibrio económico y el Medio Oriente es sacudido por la inestabilidad política.
Algunos cineastas han descubierto recientemente otra motivación: contrarrestar la ola de violencia que sacude a Medio Oriente a causa de un video antiislámico publicado en YouTube.
“Esta película produjo tal desastre… cuando veo que pasa algo así, tengo la esperanza de que quizás podamos ayudar de alguna manera”, dice Mary Aloe, una productora de Mary, Mother of Christ.
Paramount ha incluido en el horario de producción de Noah tiempo adicional para consultas con expertos bíblicos y exhibi-ciones de prueba para grupos religiosos. Por lo tanto, el estreno de esta cinta no será sino hasta marzo de 2014.
Escrita por Aronofsky (quien dirigió El cisne negro), Ari Handel y John Logan (colibretista de Gladiador), la película se filma en estos momentos en Estados Unidos e Islandia.
Debido a que el libro de Génesis, que es la base de la cinta, sólo proporciona un esquema general de la historia de Noé, Aronofsky y su plantel tendrán que complementar la narración con sus propias interpretaciones. Es allí donde las cosas se podrían complicar.
Un vez completado este proceso, el desafío se torna hacia lograr que tanto el público general y la audiencia religiosa vayan al cine, un proceso que depende tanto del marketing especializado en creyentes como en las personas que simplemente quieren ir a distraerse un rato con una película.
“Para los que van al cine con frecuencia, la venderemos como una película de acción y aventura con efectos especiales espec-taculares, grandes cineastas y un elenco impresionante”, señala Moore. El estudio también buscará atraer a grupos que espera la verán “como una excusa para hablar y reflexionar sobre una historia de fe, ya sea con su familia o incluso como una herramienta para alcanzar a los jóvenes”.
A fin de cuentas, dijo Bock en Grace Hill, “existen dos culturas que se están redescubriendo mutuamente. Hollywood tiene los mejores contadores de historias. Y la religión tiene las mejores historias”.
LA NACION