06 Jan Las islas de Darwin
Por Liz Valotta
A menos de mil kilómetros de la costa oeste del Ecuador, en un inmejorable marco de inmensidad verde azulada proporcionado por el océano Pacífico, se levanta un archipiélago formado por trece islas mayores, seis islas menores, 42 islotes e incontables rocas que cubren una superficie de 7850 kilómetros cuadrados. La isla más grande es Isabela, donde también se encuentra el punto más alto del archipiélago, el Volcán Wolf, que alcanza los 1690 metros. El 97% de la superficie total del archipiélago forma parte del Parque Nacional Galápagos, mientras que el resto corresponde a las áreas habitadas y de cultivos de las islas Santa Cruz, San Cristóbal, Isabela y Floreana, además de la isla Baltra, ocupada en su totalidad por las Fuerzas Armadas del Ecuador. Las Galápagos son también una provincia de ese país, cuya capital es Puerto Baquerizo Moreno, situada en la isla San Cristóbal.
Según cuenta la leyenda, estas islas se formaron hace unos 4 ó 5 millones de años emergiendo de la superficie del océano como resultado de erupciones volcánicas. De hecho, en la actualidad las Galápagos son consideradas uno de los grupos volcánicos más activos del mundo. Mientras que muchas de las islas son solamente las puntas de algunos volcanes y muestran un avanzado estado de erosión, otros están completamente sumergidos. Islas como Baltra y North Seymour exhiben los rasgos de haber sido formadas por movimientos tectónicos, en donde el fondo del océano fue empujado hacia la superficie.
Las islas Galápagos son famosas alrededor del mundo porque conforman el archipiélago más diverso y complejo que exista, en el que las condiciones naturales permanecen relativamente intactas. Por su distancia con el continente y por no haber estado unido a este nunca, la flora y fauna evolucionaron extraordinariamente y permanecieron inalteradas hasta que el hombre llegó a ellas por primera vez. Las especies de plantas y animales propias de las islas no tuvieron predadores durante miles de años de evolución, razón por la cual los animales no demuestran temor alguno ante la presencia humana y de otros animales. Éste es uno de los motivos por los que Galápagos es un lugar de interés tanto para la ciencia, como para el turismo, ya que sus visitantes pueden tener una experiencia con la naturaleza verdaderamente inolvidable. Sin embargo, esta misma particularidad hace que su equilibrio sea tan delicado y frágil que, por consiguiente, el control del turismo, de la introducción de nuevas especies y de actividades humanas como la pesca sea tan estricto. La institución encargada del manejo y protección de las islas y la Reserva Marina es el Parque Nacional Galápagos, con la colaboración de otras entidades, como la Fundación Charles Darwin.
Fue, justamente, el padre del evolucionismo otro de los encargados de popularizar estas islas, ya que realizó en su territorio numerosos estudios que le ayudaron a establecer su famosa Teoría de la Evolución por la selección natural. Allí la vida salvaje se compone principalmente de aves, mamíferos y reptiles, ya que no existen los anfibios. Su riqueza en vida marina hace de estas islas un sitio incomparable y por eso hoy tiene fama de ser el destino de buceo más importante del mundo.
Las islas Galápagos son un verdadero paraíso para los amantes de la flora, la fauna y de todo lo maravilloso que la naturaleza tiene para ofrecer en uno de los pocos destinos turísticos que, aun en 2012, parecen no serlo.
EL CRONISTA