Punta del Este gourmet

Punta del Este gourmet

Tan bella como sofisticada, Punta del Este se ofrece con sus mil caras. Y así se puede disfrutar de una faceta fashion y a tono con las últimas tendencias e otra más relajada y décontracté, este rincón uruguayo hermanado con las playas de la Costa Azul propone un recorrido de sabores, tan tentador como sus paisajes. Para deleite de los sibaritas, de los exploradores de cocinas o simplemente de quienes gustan de los platos sencillos y exquisitos, Punta del Este tiene un amplísimo abanico de alternativas. Así se trate de cocina de autor, étnica, fusión y exótica, de sabores autóctonos o de platos inspirados en la gastronomía italiana o francesa, todas las propuestas cuentan con un común denominador: la frescura de los productos del lugar, tanto de huertas como del océano Atlántico, que bendice con excelentes pescados y mariscos.

Delicias clásicas
A la hora de probar lo mejor del mar, hay que darse una vuela por el puerto y visitar Boca Chica Mariscos, donde además de una ubicación privilegiada propone una excelente cocina mediterránea internacional. A pasos del puerto está Lo de Charlie, un restaurante encantador donde hay que probar los platos de la casa, como los chipirones, los pescados con salsa de limón y pulpo.
El viejo Marino, otro referente, es una marisquería que prepara sus delicias con los frutos de mar que obtiene con sus propios barcos.
Asimismo, en la tan de moda Calle 20, Wiew Point Gourmet también se destaca con los platos de su chef Renatto Martinelli, que se disfrutan aun mas en su agradable terraza. Otro clásico para comer la mejor tortilla y pulpo es la Taberna Patxi, una oda a la comida vasca en la zona de Maldonado. En Manantiales se luce Cactus y Pescados con sus propuestas siempre frescas y originales. Para comer la mejor brótola hay que pasar por Charrúa, justo enfrente a la isla Gorriti, mientras que si la idea es comer centolla del Pacífico, mejor enfilar hacia Scarlet, ubicada en la Brava. Y O’ Farrel seduce con su pulpo en finas láminas y ravioles de langostino y mascarpone, mientras que Leonardo Etxea lo hace con sus langostinos a la plancha y sus famosas chipirones encebollados, entre la Brava y la Mansa.
La tradición rioplatense de disfrutar de las carnes asadas se respeta en este enclave. Se destaca Boca Chica Carnes, un excelente restaurante ubicado en Pedragosa Sierra, donde se sirven las mejores carnes y la cocina mediterranea tambien tiene su lugar. A su vez, Las Brisas, en el Hotel Conrad, abre durante las 24 hs y cuenta con una buena carta de parrilla en la que se destaca un delicioso cordero. Namm, inmerso en un bosque en José Ignacio, propone creaciones como las mollejas crocantes con curry verde y tantos otros platos de autor. Así como El Palenque, otro reducto donde se sirven tanto cortes típicos como cochinillo y vegetales a las brasas, o Andrés, cuyo ambiente intimo recuerda a los bistro de la Riviera francesa. No falta la típica parrilla de Maldonado, como Lo de Ruben, de ambiente rústico y variada carta con productos orgánicos.
Como contracara, cada vez hay más opciones vegetarianas, como Pachamama, en la Mansa, donde lo ñoquis rellenos de queso son la vedette, así como sus crepes y pastas sin huevo. O Krishna, que sobre la entrada de La Barra atrae con su onda budista y delicias como thalis, koftas, jugos y lassis; y Bilú Beluá, también en La Barra, conocido por sus risottos, quesadillas, falafel y platos indios.

Punta fusión
Como buena ciudad cosmopolita, Punta es terreno fértil para novedades y osadías. Hace ya un tiempo que la cocina peruana fusión plantó bandera. Al pionero Sipan, cevichería top donde no hay que perderse los piqueos, tiraditos de maracujá y el pisco sour, se le suma Nuna, casi escondido en medio de un bosque de eucaliptos, donde el chef Jaime Pesaque tienta con tiraditos de salmón, chaufa de camarones y demás alternativas.
En Rosa Pura, en San Ignacio, el espíritu peruano se encarna a la perfección en el sushi y en los platos de Iván Carnascari. En José Ignacio, otro de los nuevos restaurantes de esta corriente es To, de estilo frapanés, que fusiona la cocina francesa con la japonesa, y que entre sus opciones, tienta con su degustación de la exclusiva Kobe Beef y sus postres.
En Life Bistró Bar sorprende su chef peruano Sosimo Arteaga, mientras que Paru ofrece una interesante fusión peruano-japonesa, con sushi, ceviches, woks y un recomendable ají de gallina. Inspirado en las cocinas thai y peruanas. Mia Bistró es otra de las postas de este recorrido. Los sabores mexicanos también tienen su lugar en Punta, como en Alebrijes, con platos típicos aztecas tanto modernos como prehispánicos, una decoración que transporta. Tan especial como Bungalow Suizo, que ofrece platos suizos en bucólica cabaña.

Pero además de exclusiva. Punta del Este también es la meca de la diversión. Así es como existen lugares donde, además de comer bien, son ideales para ver y ser visto. Como parte de este circuito se cuenta el restó del Hotel Fasano, a unos kilómetros de La Barra, donde suelen ir famosos como Susana Giménez y Marcelo Tinelli y comer en su salón vidriado, desde donde se ve toda Punta del Este. Más descontracturado. No me Olvides es un sitio bien cool donde se comen ricas pizzas a la parrilla de infinidad de sabores. En José Ignacio, La Huella es punto de encuentro de las celebridades que se reúnen en su soñada terraza al mar para comer rico y tomar algo. Así como en Soho, un espacio frente al puerto para divertir¬se, relajarse y bailar, y por supuesto, comer algo. Sobre Ruta 10, Pizza Cero es un clásico de siempre, al igual que Baby Gouda, referente cool que conquista con su cocina a la vista y sus espectáculos. Y de cara al puerto, Gabbana Bay tiene las mejores terrazas para disfrutar de shows, eventos sociales y la mejor música. A la tarde. Punta del Este también se destaca con sober¬bias alternativas. Tomar el té con la porcelana inglesa y saborear delicias como scons tibios en Las Cumbres, en Punta Ballena, es toda una experiencia. Tanto como los famosos waifles de LAuberge, que se preparan des¬de 1948 según una receta belga, o la riquísima torta de chocolate de Floreal, los exquisitos tentempiés que se sirven en el pequeño y simpático Fio, con terraza al mar, o los famosisimos panqueques del tambo Lapataia, don¬de se prueba el mejor dulce de leche. Éstas son algunos de los rituales que este hermoso rincón de Uruguay ofre¬ce, todos imperdibles y a tono con su espíritu chic.
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