27 Nov Los chicos e Internet: hasta dónde hay que controlarlos
¿Qué hacen los chicos en Internet? ¿Con quiénes interactúan y qué información comparten? Éstas son algunas de las preocupaciones habituales de muchos padres. En numerosas familias, sólo un estricto control de los contactos y comportamientos de los hijos en la Web aporta cierta tranquilidad. Pero ahora, expertos internacionales debaten si es necesario garantizar la privacidad de los chicos en Internet, actualizando la Convención Universal sobre los Derechos del Niño.
La propuesta que surge de los países nórdicos europeos -reconocidos como vanguardistas en iniciativas para proteger derechos en Internet- abre el debate sobre cómo y hasta dónde hay que controlar lo que hacen los chicos. “Es una preocupación de muchos padres: como sus hijos son nativos digitales y ellos no, la falta de versatilidad en el manejo del instrumento tecnológico hace que muchas veces queden como espectadores -dijo la licenciada Susana Mauer, psicoanalista especializada en niñez y adolescentes-. Pero una cosa es intervenir, ayudando a regular y moderar su uso, y otra es el avasallamiento de la intimidad, y eso nunca es bueno. Mauer va más allá: “Entrar sin permiso a ver qué hacen los chicos en Facebook es como leer en otra época un diario íntimo o como irrumpir intrusivamente en la habitación del adolescente”.
La Convención fue creada y firmada cuando la conectividad a Internet en hogares era aún muy limitada y los jóvenes menores de 18 años no tenían un acceso regular y diario a la Web. Hoy, cuando todos los chicos en edad escolar navegan a diario por Internet, muchos comienzan a pensar si no debería existir un artículo que mencione específicamente los derechos de los chicos en Internet: a expresarse, a ser consultados en los temas que los afectan, a no perjudicar su bienestar y también a proteger su intimidad y privacidad. Para ello, sostienen expertos, será necesario que el Estado implemente campañas que enseñen a los adultos -padres, docentes- cómo orientar a los chicos cuando navegan en Internet.
La psicoanalista Maritchu Seitún cree que el control parental estricto es necesario. “Dicen las últimas investigaciones que la capacidad de tomar decisiones termina de madurar alrededor de los veinte años. Llevado a la computadora, Facebook, el Messenger, chats, etc., esto implica que los padres no podemos dejar en manos de nuestros chicos el control total de lo que hacen cuando se conectan. Cuando los dejamos solos con Internet funcionan como «monos con navaja». Por ejemplo, Facebook está permitido para mayores de 14 y los chicos mienten para poder abrir una cuenta y los padres lo permitimos. Tenemos que permanecer cerca de ellos hasta que estemos tranquilos de que hacen buen uso de esas herramientas, que en sus manos tanto pueden ser muy útiles como muy dañinas.”
Para la licenciada Eva Rotenberg, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina y directora de la Escuela para Padres, “es importante anular el acceso a sitios de pornografía, asegurar que la computadora esté en un lugar de acceso de toda la familia y no en la habitación, pero no controlar lo que hacen los chicos en Internet”. En todo caso, la idea es estar al tanto de los usos que hacen los chicos de Internet: saber que chatean con conocidos de la escuela, del barrio, del club, pero no tratar de conocer el contenido de los diálogos. Del mismo modo, conocer qué sitios web visitan es fundamental para poder verificar que se trata de páginas seguras y apropiadas para la edad del chico. Todo eso no implica invadir la privacidad.
“Los padres que necesitan controlar es porque no tienen un vínculo de confianza ni de seguridad afectiva con su hijo, que es el que permite que sus padres sean sus referentes y que no incurran en situaciones de riesgo en Internet”, agregó Rotenberg.
A revisión
La Convención Universal sobre los Derechos del Niño es el resultado de un tratado internacional de las Naciones Unidas por el cual los Estados que la firmaron reconocen y asumen el respeto por los derechos de los niños y adolescentes menores de 18 años. Fundamentalmente, reconoce a los chicos como sujetos de derecho y a los adultos como sujetos de responsabilidades. La Convención fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Más de dos décadas después, muchos países que la firmaron comienzan a preguntarse si no debería actualizarse. Es decir, incorporar nuevos artículos que se centren específicamente en los derechos de los chicos en Internet, un espacio en el que transcurre una parte fundamental de la vida de los niños y adolescentes del siglo XXI.
La Convención ya incluye, entre otros, el derecho de los chicos a “expresar su propia opinión y a que ésta se tenga en cuenta en todos los asuntos que los afectan”. Otro artículo se refiere específicamente a la protección de la vida personal y dice: “Todo niño tiene derecho a no ser objeto de injerencias en su vida privada, su familia, su domicilio y su correspondencia, y a no ser atacado en su honor”.
LA NACION