Crece el escándalo del ex jefe de la CIA y ahora involucra a otro general

Crece el escándalo del ex jefe de la CIA y ahora involucra a otro general

El cóctel de sexo, poder y espionaje que derribó la semana pasada a David Petraeus dejó al borde de la cornisa a otro alto general de Estados Unidos, que, según se reveló ayer, había enviado miles de correos de carácter “inapropiado” a la mujer que destapó el escándalo tras recibir amenazas de la amante del a hora ex jefe de la CIA.
La nueva víctima es John Allen, el jefe de las fuerzas aliadas en Afganistán, cuyo cargo en ese país ahora está en vilo, así como su futura designación como jefe del comando europeo de la OTAN, un puesto que se daba por descontado y que ayer fue congelado en el acto por el presidente Barack Obama.
El nombre de Allen irrumpió sorpresivamente en lo que era un supuesto triángulo amoroso entre Petraeus, su amante Paula Broadwell y la tercera en discordia, Jill Kelley, que destapó el romance clandestino y, quizá sin buscarlo, dejó en ridículo a dos de las más encumbradas figuras militares del país.
Kelley había denunciado al FBI una serie de mensajes amenazantes de Broadwell, que estaba celosa de que también ella pudiera ser amante del jefe de la CIA.
Tras una investigación, salió a la luz el romance de Broadwell con Petraeus, una relación que violaba los códigos de la CIA debido a los riesgos de seguridad que suponía y que forzó la renuncia del militar.
Luego de Petraeus le llegó el turno al general Allen: un funcionario del Pentágono reveló ayer que el FBI descubrió miles de correos electrónicos entre el militar y Kelley, de 37 años, y dijo que existe una “clara posibilidad” de que esos correos estén vinculados al caso. La fuente dijo que esos mensajes pueden constituir una violación del código militar y una “conducta inconveniente para un oficial”. Serían entre 20.000 y 30.000 mensajes con “contenido potencialmente inapropiado”.
Allen permanecerá en Kabul como comandante de las fuerzas de la OTAN mientras se lleve a cabo la investigación. Obama, por su parte, no demoró 24 horas en suspender su designación como jefe del comando europeo de la OTAN.
“A pedido del secretario de Defensa [Leon Panetta], el presidente suspendió la designación del general Allen […] a la espera de la investigación sobre su conducta”, dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor.
Como el contenido exacto de los mensajes no fue revelado, no está claro qué acusaciones enfrenta Allen. El Pentágono rechazó que se tratara de otro romance.
La información constituye un nuevo desarrollo en el escándalo que estalló tras la reelección de Obama, y en medio de las investigaciones por el desempeño de la CIA tras el ataque al consulado estadounidense en Benghazi (este de Libia), el 11 de septiembre pasado, en el que murió el embajador y otros tres funcionarios.

Investigación
Y aún hay más. Agentes del FBI registraron anteanoche la casa de Broadwell, en Charlotte, Carolina del Norte. Cerca de una docena de agentes cargaron cajas y tomaron fotografías del interior de la vivienda de la amante de Petraeus. Ambos se habían conocido mientras Broadwell, graduada en Harvard y experta en asuntos militares, escribía una biografía sobre él.
Broadwell, que visitó seis veces al general en Afganistán, no ha sido vista desde que Petraeus dimitió y estalló el escándalo.
Un vecino de Broadwell, Ed Williams, afirmó a WCNC que ella, su esposo Scott y sus dos hijos se encuentran en un lugar “desconocido”, pero que están “bien”.
El escándalo puso en alerta a la clase política de Estados Unidos, que teme que la seguridad nacional esté en peligro debido a que Broadwell tuvo acceso a información clasificada.
Allen, del Cuerpo de Infantería de Marina, asumió en julio del año pasado al mando de las tropas de Estados Unidos y de la fuerza internacional en Afganistán, como sucesor de Petraeus.
No está claro cómo se conocieron Allen y Kelley, pero el militar se desempeñó en Tampa -donde ella trabaja- como vicedirector del Comando Central del Ejército durante tres años antes de viajar a Afganistán. Petraeus fue jefe de ese mismo comando entre 2008 y 2010, donde él y su mujer habrían trabado amistad con la familia de Kelley.
LA NACION