Los BRICS y Occidente

Los BRICS y Occidente

Por Dmitri Sedov
Hasta hace poco los políticos occidentales tenían un enfoque abiertamente escéptico sobre los BRICS como grupo de fuerza geopolítica independiente. Se creía que estaba demasiado dividido internamente y que entre sus miembros prevalecía la tendencia al bloqueo.
Un buen ejemplo de ello es la opinión de Yasheng Huang, profesor del prestigioso MIT y conocido experto en el campo de la economía global, que en la víspera de la cumbre de Nueva Delhi expresó: “No es una unidad política, sino sólo la realización de la idea de que Occidente no debe seguir siendo el centro de atracción universal”. En el mismo sentido, el exembajador indio ante la ONU, Lalit Mansingh, declaró: “Los BRICS tienen peso económico, pero carecen de una visión común sobre muchos asuntos internacionales. Entre ellos no hay ningún principio de cementación. Pueden hacer mucho ruido en la cumbre, pero cada uno de ellos debería considerar en qué medida pueden llegar a dañar las relaciones con los Estados Unidos”.
Los líderes de los BRICS no deberían restarle importancia a los desafíos que enfrentan como grupo. Los estados miembros difieren en su organización interna, cada uno tiene un peso diferente en la economía mundial y, además, hay países occidentales que son sus socios tradicionales. Al mismo tiempo, no se deben olvidar de los problemas entre los propios estados miembros, tales como las disputas fronterizas entre China y la India, la divergencia de posiciones sobre Pakistán y el Tíbet y los desequilibrios en el intercambio de mercancías entre estos países. Y todavía hay diferencias en los enfoques sobre aspectos clave de la política internacional. Por ejemplo, China y Rusia votaron en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU sobre Siria, que llama a Bashar el-Assad a dimitir, mientras que India, Brasil y Sudáfrica se adhirieron a la convención.
El año pasado el grupo fue incapaz de coordinar sus posiciones sobre el candidato para dirigir el FMI y ahora tiene dificultades para proponer uno para el puesto de presidente del Banco Mundial. Lo mismo ocurrió con la elaboración de una posición común sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en la conferencia del clima de Copenhague.
Sin embargo, la cumbre en Nueva Delhi puso de manifiesto por primera vez que comienza la convergencia. Hoy en día, ante los ojos del mundo está teniendo lugar un proceso evidente: hay una fuerza joven y dinámica en desarrollo obstaculizada por un anticuado e injusto orden político y económico, por lo que se da el comienzo de una unión para acabar con esta situación.
Según los resultados publicados en la Declaración en Nueva Delhi, no hay lugar a dudas de que el proceso de unión de fuerzas dentro de los BRICS ha superado la fase de formulación de intereses comunes.
“Nuestras conversaciones giraron en torno a ‘la asociación de los BRICS para la estabilidad mundial, la seguridad y la prosperidad’. Se desarrollaron en un ambiente cordial y cálido, y afloraba el deseo compartido de fortalecer aún más la asociación para el desarrollo común, así como para promover la cooperación sobre la base de la apertura, la solidaridad, la comprensión mutua y la confianza”, se dice en la Declaración.
Estas sencillas palabras denotan el cansancio que hay acerca del “doble rasero” existente en la política internacional desarrollada por Occidente.
El anunciado plan de acción de los BRICS incluye:
– Encuentros de los ministros de Asuntos Exteriores de los países BRICS para tratar temas de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
– Encuentros de los ministros de Economía, directores de bancos centrales, representantes de las autoridades financieras y fiscales de los BRICS en relación a las reuniones del G20 y a los encuentros multilaterales con el Banco Mundial y el FMI.
– Actividades multilaterales y reuniones separadas de los ministros de Comercio de los BRICS y los ministros de Agricultura de los cinco países.
– Una segunda reunión de ministros de Salud y reuniones provisionales de grupo sobre las economías y el comercio de los BRICS.
– Una tercera reunión en 2013 para intentar resolver cuestiones sobre la competencia.
– Reuniones sobre ciencia y tecnología, así como la primera reunión del Foro para la urbanización, y el segundo Foro de Cooperación de ciudades hermanadas y municipios de los estados que forman parte del grupo, en 2012 en la India.
Durante la cumbre, las partes han desarrollado nuevas áreas de cooperación. En particular, es reseñable la cooperación multilateral en materia de energía, el desarrollo de la evaluación científica general y la estrategia a largo plazo para los países BRICS. Al mismo tiempo, se incluye un diálogo sobre políticas de juventud y la cooperación en cuestiones relacionadas con la población.
Además, en la cumbre se presentó el documento “Las economías de los BRICS: un informe sobre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica”.
En esta extensa lista se incluyen acciones acerca de consultas permanentes sobre una amplia gama de temas, pero no hay que olvidarse de la coordinación de esfuerzos para proteger los propios intereses. En la cumbre se han articulado claramente cuáles son estos intereses.
Los líderes de los BRICS expresaron categóricamente su descontento con la política de las instituciones financieras occidentales. En su opinión, la reforma de estas instituciones no es suficiente y no tiene en cuenta los intereses del grupo. De modo que acordaron desarrollar un Banco de Desarrollo común que compense el daño causado por las políticas financieras de los países de Occidente.
Al mismo tiempo, se firmó un acuerdo para establecer un sistema de pagos en divisas nacionales entre los miembros del grupo. El objetivo es restarle fuerza y, a la larga, reemplazar al dólar en las transacciones entre estos países. Los ministros de Finanzas se comprometieron a desarrollar propuestas acerca del Banco de Desarrollo en la próxima cumbre. Actualmente el intercambio comercial entre los BRICS asciende a 230.000 millones de dólares y es muy posible que pronto alcance los 500.000 millones.
Será la primera vez en la historia contemporánea que haya una potente estructura financiera dedicada al comercio internacional sin la participación del dólar.
Por otro lado, los líderes de la cumbre también centraron su atención en algunas de las principales cuestiones de la política internacional actual. Señalaron la desproporcionada representación de las naciones y los continentes en el Consejo de Seguridad de la ONU. “Rusia apoya a la India, a Brasil y a Sudáfrica como candidatos a convertirse en miembros del Consejo de Seguridad de la ONU”, declaró el presidente ruso. Una seria advertencia para los estrategas de la OTAN que planean la cirugía política en algunos países. La declaración de la cumbre hizo eco sobre la inadmisibilidad del uso de la ONU “para encubrir la eliminación de regímenes indeseables y la imposición de formatos unilaterales de decisión ante situaciones de conflicto”.
Siria e Irán fueron también fueron objeto de debate. “Hablamos de temas de política exterior y se prestó especial atención a los puntos calientes: incluyendo la situación en Siria”, informó Medvédev. “Consideramos que para evitar la interferencia externa en los asuntos de Siria es importante permitir que el gobierno y la oposición mantengan un diálogo. Para ello no hay que mencionar que desde el principio este diálogo está condenado al fracaso, y que sólo la acción militar será capaz de poner las cosas en orden. Esto tiene poca visión de futuro y se trata del enfoque más peligroso”. También se consolidó la postura que rechaza una ataque contra Irán. China, India y Sudáfrica obtienen de este país entre el 12% y el 20% de las importaciones totales de petróleo. Las declaraciones son directas: “Debemos evitar la agitación política que dé lugar a fluctuaciones en el mercado mundial de materias primas que afectan al flujo de bienes”, dijo el Primer Ministro indio, Manmohan Singh. La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, apoyó su declaración y condenó la política de bloqueo contra Irán y la escalada de la retórica de la guerra.
Si tenemos en cuenta que poco antes, el primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había expresado su intención de atacar las instalaciones nucleares de Irán, es evidente que el mundo se divide en dos enfoques radicalmente diferentes a la hora de conformar la agenda internacional. Los BRICS constituyen una fuerza que tiene un enfoque alternativo al occidental.
Este hecho no podía pasar desapercibido en Occidente. El diario “Washington Post” se refirió a la cumbre como una “nueva era”. El hecho de que los BRICS tienen una serie de intereses comunes fundamentales es una realidad que determinará la futura consolidación del grupo. Es posible que se avance hacia la aparición de una alianza capaz de proponer un nuevo orden mundial, más moderno y equitativo.
Dmitri Sedov es miembro de la Fundación de Cultura Estratégica, think tank dedicado a los asuntos internacionales.
LA NACION