Museo del Bicentenario: la senda de la historia

Museo del Bicentenario: la senda de la historia

Por Florencia Angiletta
Los 200 años de historia de un país merecían un museo que lo recuerde y conmemore. Y ésa es la tarea del Museo del Bicentenario, inaugurado el 24 de mayo de 2010, en el marco de los festejos por los 200 años de la fundación de la patria, y que desde entonces ha recibido más de 1.500.000 visitantes.
Su propia edificación está ya imbuida de historia, porque se emplaza en las galerías subterráneas pertenecientes a la antigua Aduana Taylor, construida en 1857 por el arquitecto Edward Taylor, de espaldas a la Casa Rosada. Durante muchísimos años, el viejo edificio de la adua­na permaneció abandonado y derruido. No fue hasta la gestión de Néstor Kirchner que se comenzó a realizar la restauración del espacio. Finalmente, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner determinó restituirlo como la Aduana de Buenos Aires y como el lugar físico donde se homenajea a la cultura del Bicentenario. Este arduo proceso de recuperación patrimonial, de carácter arqueológico y arquitectónico, requirió varios años de trabajo. La nueva obra abarcó una remodelación de las fachadas de la estructura y la creación del anexo con la Plaza Colón, a través de la reja federal, que la integró de manera más armónica al predio de la Casa Rosada.

Grandes reliquias
Hoy puede disfrutarse de una original arquitectura en un amplio y luminoso espacio vidriado de 5 mil metros cuadrados, así como de una propuesta museológica con­temporánea que invita a recorrer desde la Revolución de Mayo de 1810 hasta la actualidad. El museo se organiza a partir de tres núcleos temáticos: el primero vincula al visitante con la geografía originaria y el segundo señala la impronta fundacional de la ciudad de Buenos Aires.
Por último, el tercero presenta en 140 metros de galerías abovedadas la colección principal, que conjuga material de archivo, videos documentales, creaciones plásticas y pantallas. Entre otros, allí pueden apreciarse el escrito­rio que perteneció a Domingo Faustino Sarmiento, una urna electoral utilizada en 1916, un pañuelo que simbo­liza la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, el bastón de mando usado por el ex presidente Raúl Alfonsín, la lapicera de oro que usó Carlos Menem en el traspaso de mando y la birome Bic con la que firmó Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003.
Así, la propuesta museológica ofrece disfrutar, a la vez, de una maravillosa colección de objetos de época, explo­rar los restos arqueológicos de la antigua Buenos Aires y vivenciar una innovadora muestra audiovisual, además de recorrer la importante exhibición de obras de arte la­tinoamericano y las muestras temporarias programadas Definitivamente, la invitación a revisitar el pasado nacio­nal, en un espacio moderno y renovado, coincide con el lema del museo: “Porque tenemos historia, construimos futuro”. Con entrada gratuita, abre de miércoles a domin­gos y feriados, de 10 a 18.
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