08 Nov Domador de Caballos
Por Tamara Armada
“Agoté las diez poses que tengo”, le dice, a modo de broma, Martín Ochoteco al equipo de producción de National Geographic Channel durante la sesión de fotos que realizan para el lanzamiento del programa Domador de Caballos, y sonríe mientras le recuerda que más tarde se reunirá con “la paisanada”.
Sucede que Ochoteco no es una figura mediática ni la nueva cara del perfume francés que desprenderán la mitad más uno de los hombres del país este verano, sino todo lo contrario. Él doma caballos. Sin embargo, sus principios no tradicionales para lograrlo son reconocidos y apreciados a nivel mundial. Él como domador emplea el método baquiano y amansa como lo hacían en los pueblos originarios, quienes, al no tener contacto con los españoles ni con los gauchos, empezaron a domesticar a los caballos según su instinto, sin recurrir a la vio¬lencia en ningún momento, sino generando un vínculo pacífico con ellos. ¿Cómo lo hace? Escuchando al animal. Eso significa reconocer y comprender sus necesidades. “Cada caballo es único, por lo tanto, no existe una fórmula en particular para la doma”, explica el hombre capaz de adiestrar a estos animales en un lapso de entre una semana y diez días, dependiendo del temperamento de cada uno de ellos y de las comodidades del espacio físico en el que trabaje.
Según Ochoteco, lo fundamental es que cuando no se hace uso de la fuerza ni de la agresión, el potro siente una confianza total, y al no estar alerta ante un posible castigo, capta todo lo que se le enseña, es decir, que el caballo al relajarse tiene una mayor sensibilidad para todo.
¿Cuáles son los pasos para lograrlo? Dice que antes de subirse al potro busca que lo identifique como amigo y que lo reconozca con la vista, por la voz y por el olor para mostrarle movimientos que hará una vez que lo monte en pelo en la primera o segunda agarrada. A medida que lo va amansando, le enseña, de manera progresiva, a frenar, doblar, recular y girar sobre la pata. En principio lo hace dentro del corral y después lo repite fuera, y le da mayor importancia a la prolijidad que a la velocidad de los movimientos.
“Desde hace años, los hombres domestican al caballo modi¬ficando el habitat natural, afectando su comportamiento y cometiendo errores que terminan asustándolos o creándoles traumas”, comenta para explicar por qué además de trabajar con el caballo, resulta esencial hacerlo con todas las personas involucradas en el caso, ya que hay que analizar los elementos que rodean al animal para mejorar sus condiciones de vida y lograr recuperarlo.
La mayoría de los caballos con traumas han sido expuestos a mucha violencia, la cual sólo entorpece la doma y la mejoría. “En estos años lo que más hice fue sacarles mañas a los caballos, como patear o que no se dejen montar, teniéndoles considera¬ción y dándoles tiempo. Pero esas mañas no fueron inventadas por ellos, sino que alguien se las generó”, reafirma Ochoteco y garantiza: “Sé que cada vez que logro amansar un potro salvaje, algo en el universo está cambiando”.
El programa Domador de Caballos se emitirá el domingo 11 de noviembre a las 22hs. Repite los jueves a ñas 20 hs. por NatGeo.
REVISTA MIRADAS