22 Aug Nuestros dirigentes se aferran a un modelo que sólo da resultados un tiempo
Por Laura Mafud
Años atrás la gente ni soñaba con Internet. Digamos que la Red tiene ¿5000, 6000, 7000 días de existencia? ¿Cómo serán los próximos 7000 días de nuestras vidas?, abre así el juego a la imaginación el ingeniero industrial y profesor del ITBA Federico Qüerio, autor de Inteligencia estratégica en economías turbulentas.
Bajo la premisa de que es necesario adaptarse a los cambios, a fin de poder ver y construir futuro, Qüerio alienta a los hombres de negocios así como a los dirigentes políticos a encarar la planificación para los tiempos de caos de un modo estratégico. Cada tres años, tenemos que reinventarnos, sentencia. El líder estratega, por lo tanto, no debe estar solo: tiene que saber convocar, convencer y liderar.
El volumen, de lectura ágil, combina la física e información dura con la administración y ejemplos de color. Aborda temas como planeamiento estratégico, el hombre y la empresa, elementos de creatividad, la globalización y modelos exitosos.
En pos de trazar un camino que llegue a buen puerto, es importante, destaca Qüerio, utilizar la creatividad para imaginar escenarios. Es que, en otras palabras, ser estratégico es bueno y sano. Y justifica: En la ambigüedad trabajan 24 centros neuronales y es muy posible que aparezca el estrés. Si se imaginan dos o tres escenarios, aunque no se sepa qué probabilidad tienen, es posible que no se tenga estrés.
En este sentido, algunos empresarios argentinos, ante escenarios económicos que se presentan turbulentos, cometen errores. Ver el futuro aterra y se toman decisiones del tipo no hay mal que dure 100 años. ¡Hace 50 siglos que los egipcios vienen barranca abajo! O toman posiciones casi de fe, optimistas, del estilo somos los mejores del mundo, basados en que en algún momento brillamos. Hay poca predicción que supere los dos o tres años. Es muy difícil administrar el presente. No se logra la paz para pensar a cinco años. Muchos argentinos se dejan tapar por lo cotidiano y por devolver la pelota antes de ver cómo posicionarse.
A la hora de pensar estratégicmante, Qüerio rescata las enseñanzas y datos significativos de las culturas ancestrales. Los mapuches, cuando querían elegir a un guerrero de lanza, reunían a toda la tribu y los candidatos tenían que dar un discurso. En el escalafón del guerrero está ser jefe y, si no sabe hablar, no puede ser jefe, afirma.
Cuando manejamos, si vamos despacio, miramos 10 metros adelante del auto. En la vida real, vamos cada vez más rápido y el cambio es veloz. La primera condición para mirar el futuro es verlo; la segunda, tener un plan B, algo que, asegura, muchas veces no sucede. Parece mentira pero la gente, nuestros dirigentes, se aferra a un modelo, cuando éste da resultado sólo un tiempo. Así como fue la tablita del dólar, el austral, la convertibilidad. Pero ojo, es tremendamente habitual, excepto en la mujer, que sabe que debe reinventarse constantemente. Por eso ama la moda, que es la manera más light de reinventarse, concluye.
EL CRONISTA
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