02 Aug Nacional y veloz
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Por Augusto Brugo Marcó
El Renault Fluence es un auto de jerarquía para los modelos de producción nacional ya que entre otras cosas ofrece un nivel de calidad y tecnología a la altura de los modelos europeos. Fue el primer modelo fabricado en el país en ofrecer navegador satelital de origen incorporado al panel de instrumentos y dispone de un respetable nivel de seguridad, posee control de estabilidad ESP. Ahora su motor naftero de 2,0 litros recibió un plus de poder con la incorporación de un turbo que lo lleva a desarrollar 180 caballos y lo transforma en el auto más veloz de producción local. Alcanza los 218 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en menos de 9 segundos. El diseño exterior contras¬ta con su espíritu deportivo ya que prácticamente no presenta diferencias con respecto a la versión convencional. Sólo se modifica el diseño de las llantas e incorpora luces de xenón. El interior tampoco presenta cambios que delaten su potencial. El comando del navegador todavía sigue siendo poco intuitivo. En líneas generales su diseño es armónico y atractivo y la habitabilidad es respetable al igual que su generoso baúl. Sólo las plazas traseras pueden resultar algo incómodas debido a la caída del techo.
Una vez en circulación las suspensiones del Fluence Sport presentan un comportamiento levemente más firme que, por ejemplo, la versión 2.0 Privilége. A pesar de ese ajuste en los esquemas el andar en general es muy confortable. Por su parte la caja manual de sexta está bien aprovechada para explotar los 180 caballos. Acelera sin problemas cuando el control de tracción está activado, pero cuando el selector está en desconectado se presenta un patinamiento del tren delantero que puede resultar difícil de dosificar para pies poco experimentados.
Un aspecto a tener en cuenta es el precio ($ 158.700) que lo posiciona como el sedán con la mejorrelación precio prestaciones de su segmento.
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