26 May Al Qasr se llevó la gloria y el pasaje a Santa Anita
Por Diego Mitagstein
Un gran caballo para ganarle a otro gran caballo. Con una frase tan simple podría resumirse lo que ocurrió en el Gran Premio 25 de Mayo (G1-2400 m, césped) del viernes último en el Hipódromo de San Isidro, la carrera que clasificó para el Breeders’ Cup Turf (G1) de noviembre en Santa Anita Park al representante peruano Al Qasr, el ganador, y en la que quedó a las puertas de esa hazaña Bogeyman, el escolta y favorito de la mayoría.
El del hijo de Aptitude -padrillo que murió hace un par de semanas en el Haras Vacación- fue otro triunfo extranjero en pistas nacionales, propicio para que saquen la cabeza los tremendistas y también los chauvinistas, aquellos para los que cuando gana un caballo llegado desde otros países es casi una ofensa, pensamiento ridículo si los hay siendo parte de una hípica como la Argentina que no dejó tierra sin conquistar.
Al Qasr se llevó la carrera patria simplemente porque fue el mejor. No ganó ni porque Jorge Ricardo se apuró, como muchos también objetaron, ni porque pudo correr en la punta con parciales moderados. Habrá que dejar de buscar excusas y pensar que, a veces, otros pueden tener al caballo superior.
Nacido en los Estados Unidos y adquirido por Fahed Mitre en Keeneland con Dante Zanelli como agente, Al Qasr había corrido bien el Latinoamericano (G1) -fue quinto- y mucho mejor el República Argentina (G1), cuando un tropiezo en la largada lo privó de llevarse esa carrera. Con ver el video alcanzará para darse cuenta que su victoria ahora no cayó del cielo. Ya había estado delante de Bogeyman en la prueba continental, y ahora volvió a hacerlo, por dos cuerpos para ser más precisos. Y mucho más lógico es con aclimatación de por medio, como fue la que realizó en todo este tiempo.
El jockey Carlos Trujillo -cuyo desembarco aquí parece estar a punto de concretarse- ubicó temprano a Al Qasr entre los de adelante, apareado con Nordeste (Petit Poucet) en la primera parte y con Bogeyman y Siembra Azul (El Sembrador) a sus patas.
El andar de todos era cómodo, pero entusiasmaba la acción de Bogeyman, con Jorge Ricardo serenándolo cada segundo, justamente, para no apurarse. En mitad de la curva se hizo un hueco entre Al Qasr y Nordeste y el brasileño hizo lo que tenía que hacer, aprovecharlo para ganar el espacio y ponerse a la par de sus rivales.
Ricardo aguantó con las riendas a Bogeyman todo lo necesario, pero en los 300 metros llegó la hora de rematar la carrera. Lo hizo y el alazán sacó unos cuatro cuerpos. Todo parecía definido, sino fuera porque, paliza de Trujillo mediante, Al Qasr empezó a volver, a volver y a volver.
Bogeyman parejeó la última cuadra y el zaino grandote preparado por el enorme Juan Suárez lo pasó de largo, ahogando el festejo de las tribunas, donde ya aplaudían la faena del favorito.
Detrás, Almudena (Silver Planet en madre Engrillado…) completaba el 1-3 para la hípica inca, un premio más que merecido para tanta valentía competitiva demostrada por sus propietarios, capaces de ir a correr hasta el fin del mundo -sin ayudas ajenas- en pos de un triunfo que los haga quedar en los libros.
La hora catastrófica
Al Qasr apenas había cruzado el disco del Gran Premio 25 de Mayo adelante y las caras largas no tardaron en aparecer. Que Ricardo se apuró, que no sabemos cuidar para la larga, que nuestra genética no sirve, que lo dejaron correr adelante con comodidad, etc., etc.
En definitiva, todas esas opiniones son atendibles, pero quienes las pronuncian deben saber que se trata de carreras de caballos. De que, a veces, el mejor puede no ser de los nuestros, así como en muchas ocasiones -incontables a esta altura de la historia, sí lo fue.
El Gran Premio 25 de Mayo fue una verdadera fiesta para el turf argentino, con una carrera que hacía mucho tiempo no se lucía tanto, con 30.000 personas -según la cifra oficial- vistiendo las tribunas, desafiando al frío y a la llovizna ténue que varias veces amagó con arruinar todo.
En todo ese contexto mucho tuvo que ver la revitalización que se le dio al segundo Pellegrini nuestro, como se lo llamó durante muchos años, y la condición de clasificatorio para el Breeders’ Cup Turf, lujo que comparte con carreras insignia a nivel mundial como el King George VI & Queen Elizabeth Stakes Sponsored by Betfair (G1) inglés, el Arlington Million (G1), el Grosser Preis Von Baden (G1) alemán o el Irish Champion Stakes (G1). La estatura de nuestro 25 de Mayo está a la vista.
Fue Al Qasr el que se ganó el derecho a viajar a Santa Anita Park y Fahed Mitre, su propietario, ya anticipó que aceptará con gusto tal privilegio. Otra excelente noticia para el turf de esta parte del continente.
Al Qasr ganó el 25 de Mayo porque fue el mejor. Bogeyman perdió cuando parecía que ganaba. Un gran caballo venció a otro gran caballo. Y no hay nada más por explicar.
TURF DIARIO