31 Jan El padre de Etoile, Revancha e Ituzaingó
Whipper In entregó su impronta de enorme calidad
El próximo miércoles 5 de febrero, la cancha auxiliar del Hipódromo de San Isidro será sede del Handicap Whipper In (1400 metros), contienda reservada para todo caballo de 4 años y más edad que rinde homenaje a uno de los pilares de la cría nacional de caballos SPC, allá a fines del Siglo XIX.
Criado en Inglaterra por Mr. Henry Chaplin, fue titular entre otras pruebas clásicas del Babraham Stakes y del Prince of Wales’s Stakes Handicap, siendo registrado oficialmente en el Stud Book británico como Whipper-In.
Descendía de Hermit (GB) (Newminster) y Scarlet Runner (GB), por Orlando (GB) en Haricot (GB), por Lanercost (GB), siendo por ende hermano paterno de los muy reconocidos Gay Hermit (GB) y Acheron (GB).
El terrateniente Chaplin, primer político elevado a vizconde por la nobleza inglesa, era un turfman de raza y propietario de Hermit, ganador del Epsom Derby de 1867 con la monta de John Daley. Las crónicas de ese entonces hablan de un desquite personal de Chaplin con su antiguo mejor amigo Lord Herny Rawdon-Hastings, quien en vísperas de la boda de Henry con su amada novia Lady Florence le robó el corazón de la bella joven. Hastings y Florence terminaron contrayendo enlace a la brevedad, Chaplin penó la pérdida de su gran amor, pero en el Derby le ganaría miles de libras a Hastings, que persuadido de las disminuidas chances de Hermit a causa de una lesión y pensando que no se hallaba en plena forma apostó un fortuna en su contra, , bancada por el pecho herido de Chaplin en una victoria de infinitos contornos.
Adquirido por Guillermo Kemmis para el Haras Las Rosas, Whipper In (GB) desembarcó en estas tierras en 1886 y se transformó rápidamente en un padrillo de primerísimo nivel. En una época donde tallaban en nuestro país varios sementales europeos de real envergadura, lideró las estadísticas de su rubro en 1893 y 1894. Lo suyo no fue fastuoso en cantidad de tiempo, porque en una suerte de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”, le bastó algo más de un lustro para labrar su identidad a fuego en las bases del elevage autóctono.
Su obra cumbre se llamó Etoile, por Whipper In y Dichosa, por Blair Adam (GB), que sumó 16 triunfos consecutivos en la temporada 1892, entre ellos el Gran Premio Selección (2000 metros) por 3 cuerpos sobre Alina, su única oponente en 2’11” clavados, piloteada por Ildefonso Lacruz para la ecurie de Enrique Acebal. Posteriormente perdió el invicto el domingo 8 de octubre de ese anuario al caer al pescuezo de Buenos Aires en 2’40”2/5 para el Gran Premio Nacional (2500 m.). Y es una de las yeguas más sobresalientes de todo el historial.
En esos años, la caballeriza J.B. Zubiaurre tuvo en su escuadrón a los notables Ituzaingó, un vástago de Whipper In y Machree (GB), por Macaroni (GB), titular por ejemplo del Gran Premio de Honor (3500 metros) de 1892, cuando batió por 3 y 2 cuerpos a Amazon y Sargento en 3’47”; y Malakoff, un figlio de Vera (IRE), por Arbitrator (IRE), vencedor también en 1892 del Gran Premio Jockey Club al derrotar por 2 largos y ½ cuerpo a Landseer y Carnot en 1’51” para los raros 1750 metros de dicha edición. Pedro Aguirre conducía a ambos ejemplares.
Un repaso del Pattern Races de aquella época refleja la capacidad transmisora de Whipper In. El Clásico Apertura (2500 metros), obtenido por el citado Ituzaingó en 1893, fue ganado por Brandzen –en Marion (GB), por Macaroni (GB)- en 1896.
Niobe –en Mnemosyne, por Phoenix (FR)- y Satanella –en Sweetheart, por Phoenix (FR)- se agendaron respectivamente el Clásico Criadores (1200 metros) de 1893 y 1894. La primera, además, doblegaba a los machos en el Gran Premio Nacional de 1892 con la chaquetilla del stud Buenos Aires, nada menos, empardando antes con Soleil el Clásico Competencia (1300 m.). Y la segunda se llevaba en 1892 los Clásicos Río Paraná (1600 m.) y Los Haras (2200 m.), éste empatando con Purí.
El nombre de la crack Etoile ilustra asimismo la única versión del Clásico Primer Paso (1000 metros), correspondiente a 1893. Y ocupa en dicho calendario las marquesinas de los Premios Clásicos Carlos Casares (1000 m.), Progreso (1200 m.), Rivalidad (1200 m.), Lamadrid (1200 m.), Luro (1100 m.), Competencia (1300 m.), Producción Nacional (1400 m.), Iniciación (1600 m.), Estímulo (1750 m.), Santa Rosa (1600 m.) y Primavera (1750 m.); agregando a su brillante palmarés el Clásico Comparación (1750 m.) de 1894, más los Clásicos Libertad (2000 m.) y Chacabuco (3000 m) de 1895.
Los mencionados Satanella e Ituzaingó brillaron en el Clásico Otoño (1600 metros) de 1892 y 1893. Sebastopol –en Silvood- cerraba en el Clásico Chacabuco (3000 metros) de 1896 para Whipper In el triplete iniciado por Ituzaingó (1894) y Etoile (1895). Thalia –en Mnemosyne, por Phoenix (FR)-, su propia hermana Niobe y Etoile le daban otro “hat trick” en el marco del Clásico Estímulo (1750 m.) de 1891-92-93. El desaparecido Clásico Santa Rosa (1600 m.) marcaba la tercera trilogía para el reproductor a través de Thalia (1891), Etoile (1893) y Porteña (1894). Por su parte, Ituzaingó, Malakoff y Etoile edificaban en 1892-93-94 la tríada del Clásico Comparación (1750 m.). En tanto, Satanella, Ituzaingó y Etoile armaban el terno del archivado Clásico Primavera (1750 m.) de 1891-92-93.
El Clásico Porteño (2000 m.) de 1894 quedaba en poder del excepcional Revancha –en Lotus, por Whirlwind (GB)-, héroe a la sazón con la blusa del establo José María del Gran Premio de Honor (3500 m.) y del Gran Premio Internacional (3000 m.) –hoy Carlos Pellegrini- de idéntico año, más los Clásicos Invierno (2200 m.) y Capital (2500 m.) de 1895. Y en 1986, la tajada mayor del Porteño se dividía entre Revancha y la recién aludida Porteña –en Delicia, por Vanderdecken GB)-, protagonistas de una puesta. Porteña, empero, se inscribió principalmente en los anales en 1894, por sus conquistas con la casaca del J.B. Zubiaurre del Clásico Selección (2000 m.) y del Gran Premio Nacional (2500 m.), éste en puesta con General Lavalle al cabo de 2’42”1/5, con Yankee a 1½ cuerpo, concediéndole allí el segundo Derby a su padre.
Instituido en 1889, el Clásico Casey (2000 metros) cuenta en sus registros con los impactos de Ituzaingó (1892) y Malakoff (1893), que a la vez se apropiaron en esos ciclos del Clásico Buenos Aires (3000 m.). Y el Clásico Palermo (3000 m.), con los halagos de Ituzaingó (1893) y Revancha (1894), el primero en puesta con Anacoreta.
Además, en Maroñas, su hija Reverie –en Lotus, por Whirlwind (GB)-, propia hermana de Revancha, se agenció el Gran Premio José Pedro Ramírez (3000 m.) de 1894 en Maroñas, dirigida por Isidro Sánchez y bajo la tutela de Tomás Guillén para la caballeriza Progreso. Su descendiente Eureka (URU) (Oriental), repitió su hazaña en 1899 para el stud Gordon, también presentada por Tomás Guillén y con Fernando Pérez en las riendas; en 1898, era mandamás en el óvalo oriental del Gran Premio Jockey Club (1750 m.). Otro Ramírez para Whipper In fue el conquistado por Sebastopol en 1896 para la cuadra Belgrano, con Isidro de La Cruz a bordo y la preparación de Isidro Sánchez.
Whipper In es abuelo materno de Rancagua (Wagram y Reverie), ganadora en 1907 de los Clásicos Polla de Potrancas y Selección de Palermo; de los padrillos Los Molles (Buenos Aires), Colmenar (Old Man), Remember (Progreso) y Coronel Murga (Pietermaritzburg), éste laureado en los 2300 metros de Maroñas; y de Plaisanterie (Buenos Aires), madre de Nutria, titular en Maroñas de los Clásicos Presidente de la República y Diana.
Guillermo Kennis junto a Phoenix (FR), otro gran padrillo del Haras Las Rosas
(pintura de George Gascoyne, 1889)