Prueban con éxito una terapia para el Síndrome de Intestino Delgado Corto

Prueban con éxito una terapia para el Síndrome de Intestino Delgado Corto

Por Pablo Sigal

El Síndrome del Intestino Corto (SIC) es un problema que puede afectar tanto a adultos como a chicos. Consiste en tener el intestino delgado con una extensión de, al menos, 30 por ciento menor a la normal. Paliar su déficit suele ser engorroso y traumático. Pero, gracias a una medicación relativamente nueva en Argentina, se está logrando mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los resultados alcanzados con esta terapia en el país -dicen los expertosson los mayores de Sudamérica. Los casos de 16 pacientes adultos y 12 pediátricos fueron presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Nutrición Clínica y Metabolismo (ESPEN), que se realizó la primera semana de septiembre en Viena, Áustria.

Héctor Solar es especialista en el tema y lidera el equipo de Soporte Nutricional, Rehabilitación y Trasplante de Intestino de la Fundación Favaloro, que estuvo a cargo de esa presentación. En diálogo con Clarín explicó que el SIC “es un problema poco frecuente y pocos médicos saben cómo tratar a estos pacientes”.

En el adulto normal, la longitud promedio del intestino delgado es de 321 centímetros, según estudios que hizo Solar con órganos para trasplante. Se define como intestino corto cuando mide menos de 200 centímetros. Y hay casos extremos en que la longitud del órgano puede ser menor a los diez centímetros, con consecuencias severas para el organismo.

El SIC tiene dos causas posibles:

por haberse extirpado partes del intestino delgado en una operación, debido a un infarto intestinal, un trauma abdominal o complicaciones posquirúrgicas, entre otras. También se puede nacer con parte del intestino delgado faltante o dañado.

Esto suele derivar en síntomas como diarreas reiteradas, cuadros de deshidratación e insuficiencia renal, desnutrición por mala absorción de nutrientes, vitaminas y minerales, que generan anemia, cansancio, dificultad o imposibilidad de moverse, pérdida de masa ósea y muscular, caída del cabello y sequedad de piel y uñas quebradizas. En los pacientes con SIC, el aporte artificial de nutrientes por todos los elementos que el intestino no puede absorber es clave para mantener la salud en el adulto.

Si el cuadro es muy grave, los pacientes deben recibir hidratación y nutrición por vía endovenosa, a través de un catéter en una vena central.

Esa forma de nutrir a los pacientes -Nutrición Parenteral, NP- se infunde durante más de catorce horas por día. “Según la longitud y el segmento intestinal del paciente, la NP se necesitará por meses, años o de por vida. Los bebés, a menudo prematuros, la requieren las 24 horas para asegurar su crecimiento”, explicó Solar.

En Argentina no existen datos oficiales de la cantidad de pacientes que sufre esta patología. Un estudio de la Universidad de Alicante (España) concluyó en 2018, tras analizar casos en más de cien hospitales, que la prevalencia era de 4,18 pacientes por millón de habitantes. Otra estadística europea habla de cinco pacientes por millón. Desde 2017, Solar impulsó el desarrollo del Primer Registro de Pacientes Adultos con Falla Intestinal Crónica por Síndrome de Intestino Corto en Argentina. Hasta el momento se detectan en hospitales del país 19 nuevos pacientes adultos por año.

El normal funcionamiento del intestino depende de varios factores. Entre ellos, las enterohormonas: regulan la velocidad del tránsito intestinal y mantienen activas las vellosidades intestinales, responsables de la absorción de los nutrientes.

La ausencia de enterohormonas por pérdida de segmentos intestinales contribuye a la mala absorción en el SIC. Por técnicas de laboratorio se desarrolló el remedio teduglutida, que tiene las mismas propiedades del Glucagon Like Peptide-2 (GLP-2) producido en el intestino, pero con un tiempo de duración media en el intestino más prolongado (tres horas versus siete minutos). Se aplica por vía subcutánea (una inyección diaria), con el propósito de que las vellosidades intestinales no se atrofien, el estómago se vacíe más lentamente y el intestino tenga más tiempo para la absorción de líquidos y nutrientes.

“Los pacientes mejoran día a día, hasta con intestinos de apenas 8 centímetros de longitud. Gente que padecía hasta veinte deposiciones diarias las reducen hasta un ritmo normal, con menos de cinco deposiciones”, agrega Solar. El medicamento fue aprobado por la FDA y la EMA y a fines de 2020 obtuvo el visto bueno de la ANMAT en Argentina. “Esta medicación mostró -tras 24 semanas de tratamiento- una reducción de más de un 20 por ciento de los requerimientos de nutrición parenteral en los adultos que lo recibieron y alcanzó el mismo objetivo en el 80 por ciento en niños mayores de un año a los que se les indicó”, señaló Solar.

LA NACION